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martes, 30 de diciembre de 2008

Por Qué No Te Callas

Desde que me levanté por la mañana, como tantos otros días, he tenido sensación de sueño constante. Y eso que creí dormir bien, bastantes horas y sin mucha interrupción, pero la calidad del sueño no debe ser buena porque no me siento descansado.

Estoy de vacaciones desde hace unos días, disfrutando bastante de los horarios libres. Podría haber intentado echarme una siesta, pero siempre pienso que luego me será más difícil dormir. Hace unos días fui al médico por un resfriado que no consigo quitarme de encima y me preguntó si la tos me impedía dormir. Le contesté que la tos no, pero el insomnio que llevo padeciendo ya tiempo sí que lo hace. No comentó nada, se limitó a recetarme un jarabe para la tos y me marché.

Ya se lo he dicho montones de veces. Incluso me recetó hace tiempo unas pastillas para dormir, pero ahora en vacaciones no quiero tomarlas. Quizá cuando vuelva al trabajo las tenga que utilizar otra vez. He aprendido a vivir con ello, lo cual no quiere decir que sea adecuado. A menudo es como vivir entre nieblas, mareado, desorientado.

El cerebro tiene gran capacidad de adaptación. Lo siento todos los días tanto con mi problema del sueño como con la anhedonia sexual. Mi padre me dijo hace poco que me ve más feliz que de costumbre... Siempre he sido de carácter retraído, aunque creo que paso por etapas más comunicativas y puede que ahora sea una de ellas. No sé si realmente soy más feliz, pero creo que al menos intento aceptar los acontecimientos como ocurren.

Puede que fuera más feliz con una vida sexual plena, pero es difícil explicar a los demás los cambios que he atravesado. Los amigos a los que les he contado lo que me pasa reaccionan de forma muy diferente. Unos se quedaron casi horrorizados con la perspectiva de que no sienta nada a mi edad; me imagino que se pusieron en mi lugar. Otros me dicen que lo mío es psicológico y que pienso demasiado en ello, agudizando el problema.

Ni lo uno ni lo otro... Cierto es que echo de menos no poder correrme y quedarme a gusto como antes, pero deben haber cambiado bastantes cosas dentro de mí, porque pienso "¿y qué le voy a hacer, si no me corro?". Sigo vivo, tengo otras sensaciones, no tengo una anhedonia generalizada. No hay perspectivas de solución a la vista. ¿Serviría de algo martirizarme? Eso sí, es difícil hacer comprender a la gente que a consecuencia de no sentir nada, mi deseo se ha modificado, ha bajado mucho. Es diferente, si cabe mucho más mental que antes.

La famosa frase del Rey en el título viene a cuento de que mi cerebro no se desconecta cuando me voy a la cama. Pienso que el tema del sueño y el del orgasmo atenuado están relacionados, pero hasta que alguien de la comunidad médica se decida a indagar, poco se puede hacer.

El tema del control mental es una técnica que tengo que desarrollar para aprender a descansar bien, entre otras cosas. De momento lo que ocurre es que me vienen a la cabeza montones de pensamientos. No son negativos, pero como no se callan, impiden que pueda conciliar el sueño adecuadamente. El resultado es que suelo acabar levantándome y escribiendo parrafadas como esta, mientras espero a que se calmen los ánimos lo suficiente como para volver a intentar dormir.

martes, 28 de octubre de 2008

La Gran Diferencia

El día anterior a sentir los dolores de la uretritis que mencionaba en la entrada anterior (absténganse de leerla personas sensibles o hipocondriacas), me estaba yo meneando el tema y noté que las sensaciones eran algo más potentes del usual no-orgasmo, la eyaculación sin placer que tengo desde marzo. Sentí un ligero cosquilleo en el momento de correrme; no puedo decir que fuesen contracciones eyaculatorias propiamente dichas, pero sí fueron como pequeños espasmos en la zona, en el límite de la percepción.

Me pareció genial tener alguna sensibilidad mayor de lo normal para variar. Después de aquello pasé unos cuantos días en que no se me ocurrió hacer nada por el tema de los dolores. Es posible que también la propia inflamación tuviese algo que ver en el cambio de las sensaciones. Cuando terminé mi medicación con los antibióticos y me encontré mejor, llegó un día en que me volvió a apetecer pelármela otra vez.

Desde que tengo el problema de la anorgasmia, siempre he pensado que la causa es física, que me han tocado algún nervio o algún músculo que me impide tener las contracciones de la eyaculación y por tanto, disfrutar de la mayor fuente de placer. He leido bastantes páginas sobre el tema y creo que las conclusiones las iré sacando personalmente a partir de la información que encuentre, porque es una afección que no está estudiada y es difícil que se le dediquen recursos. Como me comentaba Carlos en otra entrada, los fondos para la investigación suelen venir de la industria farmacéutica, que los destina a las enfermedades que despiertan mayor interés.

En alguna página que ahora no consigo localizar había visto ejercicios con los que se decía que se regeneran los tejidos del pene, ejercicios similares a los estiramientos y separaciones de fibras musculares que hacen los fisioterapeutas para que las nuevas fibras se generen sanas. Los intenté unas cuantas veces. También estaba bastante excitado con algún pensamiento subido de tono y la abstinencia seguramente formó parte del juego. Y como he dicho, puede que la recién superada uretritis tuviese algo que ver.

Fuera como fuese y sin saber cuáles fueron exactamente los factores y cómo se combinaron, estaba en la cama boca arriba, masturbándome lentamente, con la goma de los calzoncillos justo debajo de mis testículos. Empecé a sentir que superaba el primero de los problemas usuales: el fluido se acumulaba detrás del esfínter externo, dando lugar a la maravillosa sensación de la construcción del orgasmo. Esto llevaba sin ocurrirme meses y también lo había leído en varias páginas, así que notaba perfectamente la diferencia.

Después de un rato, sentí que me iba a correr, pero esta vez parecía de verdad y así fue: aunque la potencia de las sensaciones no fue la misma de antaño, noté perfectamente las contracciones de mis músculos desde el ano hasta el glande. No pude evitar gemir de placer, casi gritar de éxtasis. Y después lloré de felicidad. "Me he corrido, Dios mío, me he corrido", sollocé. Un torrente de emociones me embargaba. Estuve un par de minutos llorando. Luego me levanté para ir al baño y asearme antes de volver a la cama.

De momento no se ha vuelto a repetir. Supongo que se tendrán que dar de nuevo las circunstancias, pero creo que la respuesta está ahí fuera esperando a que la encuentre.

Pruebas Médicas Desagradables

ATENCION: ARTICULO DESAGRADABLE. SI ERES APRENSIVO NO LO LEAS.

Llevo unos días bastante tenso. Tuve un accidente haciendo "guarreridas sesuales" con mi pareja... Está claro que ni siquiera importa si es estable, si tienes la mala suerte de tu lado. Aunque siempre utilizo preservativo si hay penetración, hubo un rato que me lo quité, porque estaba intentando penetrar pero se me acabó bajando la erección. Más adelante me volví a colocar el mismo preservativo y seguramente me entró suciedad o aire. Seguí intentando el tema pero no había manera. El sexo anal nunca ha sido lo mío en ninguno de los sentidos, pero a veces se intenta complacer al compañero aunque no se trate de una práctica agradable, para qué él disfrute.

Tres días después del incidente, comenzó a dolerme cuando iba a mear, sobre todo al inicio de la micción. El dolor estaba bastante localizado a poca distancia del orificio de salida. Enseguida comprendí que había pillado algo y pedí cita con el médico, al que no pude ir hasta pasados dos días más. Le expliqué a mi doctora lo que me pasaba y me preguntó si había tenido alguna relación de riesgo. Le conté lo que había pasado, me examinó (para entonces se me veía la uretra inflamada y bastante cerrada) y después de mirar el vademécum un rato, me recetó unos antibióticos, me solicitó una prueba de orina y una muestra del exudado uretral para descartar las ETS más comunes.

El nombre de la prueba ya me sonaba fatal. Intenté tomármelo a coña pensando "exudado uretral: me suda la polla", pero mi preocupación no disminuyó a pesar de las risas nerviosas que traté de echarme en casa.

La toma de la muestra (el exudado uretral) al día siguiente en el hospital fue muy desagradable. En la consulta había dos enfermeras. Me mandaron bajarme la ropa y sentarme en el sillón. Observé la larga varilla con una terminación más ancha (supongo que de algodón) con la que tenían que tomarme la muestra. Aparté la vista. Sentí cómo intentaba introducirla por mi uretra; le costó bastante porque la tenía muy cerrada por la inflamación. Intentaba no quejarme, pero era imposible. Después de bastante forcejeo la volvió a sacar, dijo "ya está" y cuando estaba a punto de levantarme, me dijo que no, que ya estaba la primera, pero que faltaba una segunda muestra. Repitió el proceso. En total fueron un par de minutos como mucho, aunque la tortura los hace largos.

Pasaron dos semanas y volví al médico para ver los resultados de los análisis. Me comunicó que ninguna de las pruebas, ni siquiera el análisis de orina, había dado un resultado evaluable. La doctora me preguntó qué tal estaba y si le había comentado a mi pareja el tema. Le dije que me encontraba bien y que sí, se lo había dicho y él no tenía ningún síntoma. Me comentó que con los antibióticos que me había mandado, en principio estaría solucionado, pero que prefería repetirme las pruebas para quedarse más tranquila. Acepté, aunque estuve de acuerdo con ella en que era muy doloroso.

Al día siguiente me escapé un rato del trabajo para volver al hospital. Las enfermeras que había eran otras y la que me tocó no se anduvo con chiquitas: Casi no me había dado tiempo a apartar la vista cuando introdujo la varilla con bastante rapidez y la removió allí dentro antes de extraerla. Después hizo lo mismo con la segunda. No pude contener mis exclamaciones de dolor. Luego me entregó el resguardo para recoger los resultados. Me despedí y salí de allí. Pasé por la puerta de la sala donde debía pedir el justificante médico para el trabajo, pero había tanta gente que no me molesté en esperar y fui a buscar mi coche.

Volví al trabajo. Lo peor de todo fue el estado de ansiedad con el que me quedé; estuve todo el día bastante obsesionado mentalmente con el tema. No me podía sacar de la mente la imagen de lo que había pasado y eso que ni siquiera miré, porque no hubiera podido hacerlo, pero el dolor, la sensación de que me rasgaba por dentro, mi angustia... Mi control mental me falló por completo. No podía dejar de pensar en ello aunque ya había pasado y no rendí mucho ese día. Fui a mear varias veces con dolores. La primera vez incluso vi unas gotas de sangre. La "tía mujer" me llegó a hacer herida por dentro.

Llevo unas semanas entre médicos, fisioterapeutas y chorradas varias que no paro, no puedo parar y querría quedarme en casa descansando o distraerme de alguna forma. Esta misma semana tengo otra revisión médica y espero no encontrarme tan mal, sino lo mismo me da por saltármela después de haber esperado a que llegase. Estoy un pelín agobiado por los acontecimientos... Ya iré comentando más por aquí. Sé que si no me obligo un poco, nunca me pondría a escribir.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Cuánto Daño Ha Hecho House

Cuando alguien acude a su médico, espera que éste le dé una solución a un problema de salud que le impide disfrutar de calidad de vida. Pero sobre todo, espera que alguien le escuche y le dé ánimos para afrontar la enfermedad o el proceso de curación.

Hace unos años se estrenó una serie de televisión de esas que de vez en cuando rompen los esquemas establecidos: En House, el médico protagonista tiene el pequeño defecto de ser demasiado sincero, lo que a menudo ocasiona situaciones de gran dolor psicológico, puesto que la sinceridad es una virtud sobrevalorada: la verdad duele, y mucho.

Desde que comencé a buscar información por Internet acerca de la anhedonia eyaculatoria, nunca he podido encontrar que se comente una solución al problema, aunque en muchos sitios se describen los síntomas. Mi lugar de referencia es este foro de HisAndHerHealth sobre eyaculación sin orgasmo (en inglés), lugar que aparece enlazado en la página de la Wikipedia inglesa sobre anhedonia. Encontrar información en español se hace más complicado.

El hecho de no ver en Internet ninguna solución a este problema médico ya me tenía bastante mosqueado, pero esperaba que los doctores me dijesen algo al respecto. Por algo se tiran casi diez años mínimo estudiando para llegar a tener su puesto en un hospital, ¿no?

A continuación expongo la conversación prácticamente literal que mantuve con el urólogo (pena que no pude grabarla, porque seguro que no pueden creerlo):

Yo: Hola.
Jodido Arquetipo Urólogo Soplapollas (JAUS): Dígame, qué le pasa.
Yo: Pues en pocas palabras, que no tengo ninguna sensación en los orgasmos.

El médico anota algo en una hoja mientras arquea las cejas, después me mira.

JAUS: Pues eso no tiene solución.
Yo: ¡Gracias!

No me lo puedo creer. ¿Dónde estaba este tío cuando en clase explicaban cómo hablar con tacto? Seguro que jugando al mus.

JAUS: Eso que me cuenta no se sabe por qué ocurre, puede ser cualquier cosa, pero no se conoce la causa.
Yo: ¿Podría ser a raíz de las operaciones de fisura anal? Yo he comenzado a notarlo después de la segunda operación y...
JAUS: No, no creo que sea por eso.

Genial, no se sabe la causa, pero él no cree que sea por eso. Es totalmente lógico.

Yo: Vamos a ver, ¿cómo que no tiene solución? Alguien habrá investigado sobre el tema, digo yo.
JAUS: Pues no, los problemas de anorgasmia masculina son raros y sin causa conocida. Los mecanismos de erección, eyaculación y orgasmo son muy complejos.
Yo: Pues yo no tengo problemas de erección ni de eyaculación, sólo es el orgasmo.
JAUS: ¿Ah, es sólo el orgasmo?
Yo: Sí.

Anota algo más en el ordenador...

JAUS: ¿Y antes, tenía orgasmos?
Yo: Sí, claro. Yo noto que la sensación es muy débil, como si el bolo eyaculatorio no se estuviera acumulando antes de ser expulsado de forma normal y...
JAUS: Como le comento, esos mecanismos son muy complejos, en su caso ha mantenido parte de los reflejos y ha perdido el del orgasmo... Yo no puedo ayudarle. Le voy a dar cita con el andrólogo, que es el especialista en cosas raras.

Otra vez, no puedo creer este trato.

Yo: ¿Pero cómo que cosas raras? No me diga que no ha visto nunca otro caso parecido, porque no le creo.
JAUS: He visto pocos, la verdad. Como le digo, el andrólogo quizá pueda orientarle de alguna forma.
Yo: Pues vale.
JAUS: Le doy el volante para que pida cita. Es un especialista que no tiene muchos pacientes, así que seguramente le atenderán pronto.

Me extiende el volante. Me levanto y por supuesto, no se me ocurre darle las gracias.

Yo: Adiós.
JAUS: Hasta luego.

Fui a pedir cita a la sala dedicada a ello, un lugar con ocho o diez mostradores de los cuales sólo dos estaban en activo atendiendo. Cojo mi número de la máquina expendedora y veo que quedan unos 60 hasta que me toque el turno. Hora y media larga después, me acerco al mostrador y le doy el volante a la chica. Ella introduce unos datos en el ordenador y me dice que actualmente no puede darme cita para ese especialista, porque tiene toda la agenda ocupada. Le comento lo que me ha dicho el urólogo de que ese médico tenía pocos pacientes y me dice que imposible por ahora, que me pueden mandar la cita por correo o acercarme más adelante, por lo que le pido que me la envíen por correo cuando sea posible. Confirma mis datos postales y me marcho.

Manda huevos, manda cojones, hay que joderse... La Seguridad Social cada vez está más masificada y encima como mi problema no es mortal, se la pela soberanamente darme una solución. Ya veremos más adelante cuando me den cita para el andrólogo.

Los Médicos No Me Aciertan

No sé cómo me las apaño, pero la mitad de las veces que voy al médico, me encuentro con que mi doctora de cabecera no está. No sé si se tratará de una estrategia para evitar que vayamos al médico si no estamos muy enfermos, o simplemente que los centros de salud están hasta las cejas de pacientes. Si realmente lo necesitas, te pasan con otra consulta. Esto mismo me ocurrió cuando me decidí a consultar al médico por primera vez el tema de mi anhedonia eyaculatoria. También me fastidia el hecho de que cada vez te vea un profesional diferente, cuando los médicos "de familia" están precisamente para controlar las enfermedades a largo plazo y coordinar las actuaciones necesarias.

Esta doctora me preguntó qué me ocurría. Le comenté que no sabía si tendría que ver con las operaciones de fisura anal que me habían hecho, pero que había perdido la capacidad de sentir los orgasmos y quería consultarlo con un urólogo. Por supuesto estuvo de acuerdo y ella misma me hizo el parte interconsulta para que no necesitase pedirlo en el mostrador, así que fue bastante diligente. Me dieron cita para mediados de octubre de 2008... A todo esto, yo había dejado pasar casi cinco meses desde la segunda operación porque en principio pensé que el tema se solucionaría solo, pero ahora esto me dejaba en espera otros dos meses más.

Por suerte relativa para mí, me llamaron por teléfono el sábado 13 de septiembre para adelantarme la cita del urólogo, puesto que les había surgido un hueco para el día 17. La relatividad de la suerte la explicaré en el siguiente artículo, para no extender este demasiado y porque creo que merece comentario aparte.

Hace unos días también decidí pedir cita para consultar el tema de mi sueño irregular. Esta vez sí que estaba mi médico correspondiente. Justo después de la segunda operación ya le había comentado que dormía fatal y ella no le dio importancia, diciéndome que seguramente habría descansado mucho con el tema de la baja, pero que todo volvería a su curso. En esta última visita, le comenté que continuaba igual, que estaba cansado todo el día y me daba miedo que algún día me pudiese quedar dormido al volante. También le dije que quizá la fatiga estaba relacionada con la anhedonia, para pedirle su opinión.

Después de hacerme unas pocas preguntas, me dijo que debía intentar relajarme, tomarme una infusión, hacer actividades aburridas antes de acostarme para que me entrase sueño y que a la cama sólo debía ir a dormir, dejando de pensar. Me recetó unas pastillas y me dijo que si después de media hora en la cama no conseguía dormir, me tomase una y anotase cuántos días las necesitaba, para saber si sería necesario pautármelas para toda la vida. Le comenté también el tema de que me habían adelantado la cita del urólogo para dos días después y me dijo que el tema se salía de su campo, que mejor lo trataría el especialista. Al menos fue sincera en eso.

Salí de la consulta y miré la receta que tenía en la mano: Lorazepam. Mierda. Ya había probado las benzodiazepinas anteriormente, como por ejemplo relajantes musculares, y me dejaban hecho una braga. Me dije que tenía que investigarme a mí mismo y encontrar la forma de reducir al mínimo la toma de fármacos. Además, en mi opinión los médicos deberían buscar la raíz del problema antes de intentar atajarlo todo con pastillas.

He tomado las "pastis" un par de veces, porque los días siguientes necesitaba estar descansado, pero no las veo como solución, además de que el descanso sigue siendo insuficiente en mi opinión. Me parece que tendré que buscarme una clase de relajación o algo así.

Vuelta a la Rutina

<ironia>¡Hummm! Estoy saboreando uno de esos deliciosos momentos depresivos</ironia> que suelen azotarnos justo antes de la vuelta al trabajo. Siiii, esa sensación de no saber qué hacer, si poner una película o tirar la televisión por la ventana; si seguir el impulso de llamar a alguien, justo antes de darte cuenta de que todo el mundo está ocupado con sus vidas. Seguro que tampoco eso es del todo cierto, pero no me encuentro con ganas de hablar con nadie y a la vez si :S. Con un estado mental así, pensé que mejor me quedaba en casa. Mi pata izquierda se sigue resintiendo, quitándome las ganas de lo que me vendría mejor: un paseo. Creo que lo mejor que puedo hacer es trastear en casa, que siempre hay cosas por finalizar y después intentar dormir lo mejor posible para estar descansado mañana.

Entiendo que esto es un estado normal; he leído o escuchado en alguna parte que la "depresión post-vacacional" ocurre cuando dejamos de vivir el periodo caótico sin horarios de las vacaciones y volvemos a incluir las rutinas normales en nuestras vidas. No me preocupa lo más mínimo; simplemente quería sentarme a escribirlo.

De todas formas, estas vacaciones no han sido muy provechosas que digamos. Me hace falta tomar más decisiones personales para llevar el rumbo de mi vida. Ha habido días que no me he movido de casa ni he hecho nada provechoso para mi desarrollo personal. Perder el tiempo así es bastante inútil. Siempre he dicho que creo necesitar alguien que me guíe un poco, pero esta claro que eso tiene que cambiar.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Sala X

Hace años, estando en Barcelona, me hablaron acerca del Cine Arenas en la Carrer de la Creu Coberta 22 (aunque creo recordar que yo entré por la Carrer de Tarragona), al ladito mismo de la Plaça d'Espanya. En aquellos tiempos yo estaba bastante verde (no como Shrek o Hulk, sino en cuanto a experiencias) y me daba un poco de miedo ir solo, pero finalmente me decidí. Pagué mi entrada y me metí en la sala, donde encontré mi primer problema: no veía prácticamente nada debido a la oscuridad.

Por cierto que, al menos en aquel entonces, no era una sala X; la película que estaban poniendo no era erótica ni pornográfica. Recuerdo que era una "peli" de acción y tiroteos, lo que me llamó la atención debido a que el cine estaba lleno de hombres que iban allí a hacer "guarreridas sesuales". Al poco tiempo salí de la sala y descubrí que los baños tenían más luz y que la gente no paraba de entrar y salir y pasear por todas partes. Además me pareció que había bastante público. Y nadie se quejaba de que le tapaban la pantalla al levantarse y pasar por delante, oyes.

Paseando por allí me encontré con que el bar del cine era como un pub y realmente así me lo confirmó el camarero: los fines de semana era el único sector del local que estaba abierto. Pedí un refresco y mientras lo tomaba, observé a mi alrededor. El lugar era curioso, porque en una de las paredes estaban proyectando una película porno gay, pero sin sonido, ya que simultáneamente tenían puesta la música del local, que eran canciones de Julio Iglesias y similares. En aquel momento supe que iba a ser difícil olvidar esa mezcla :) En la sala, una peli no pornográfica y la gente haciéndose pajas; en el bar, una peli pornográfica y la gente escuchando a Julio Iglesias. Manda huevos :D

Hace tiempo también me habían hablado de que las Salas X son otro punto más de reunión que tiene "el ambiente". Como en Barcelona había sido incapaz de ver nada, me costaba un poco encontrar la motivación para ir, pero finalmente un día me fui para allá. Me pareció curioso que la taquilla estuviese de tal forma que fuera imposible verle la cara a la taquillera. Por cierto, el precio es incluso más caro que el de los cines "normales" (y yo que siempre me quejo de que el cine está por las nubes).

Nada más traspasar la puerta exterior me equivoqué y fui hacia otra puerta que no debía (me imagino que la sala del proyector). Rauda y veloz, la taquillera salió de su "economato" a preguntarme que a dónde iba, si había salido y vuelto a entrar o algo así. Le dije que acababa de entrar, que me acababa de vender la entrada y me indicó que ya podía pasar. La sala estaba al fondo pero antes de pasar vi que los servicios estaban fuera y yo me estaba meando, para variar.

Curiosamente allí mismo entablé contacto, aunque era difícil plantearse nada por la cantidad de suciedad, sobre todo en los suelos, así que la historia quedó en pausa hasta mejor ocasión. Después pude comprobar que la sala de cine no era tan oscura como la de Barcelona, que había mucha menos gente, que había un par de plantas (me pareció que en la de arriba había también alguna mujer (¿quizá profesionales?), pero la iluminación no daba para mucho. La zona del bar estaba bastante vacía y con gente rara.

Después de unos cuantos paseos decidí ir a mear otra vez y marcharme para casa. En ese momento descubrí que la gente es verdaderamente guarra. Queridos niños: tened cuidado cuando os arriméis a un urinario y si podéis, no entréis en contacto físico con lo que es, concretamente, toda la superficie, puesto que en cualquier rincón puede estar pegada la semilla de un varón (cerdo) anterior (y eso por decirlo finamente). Menos mal que fue sólo el dorso de una mano y que había lavabo y jabón, pero aun así las arcadas me sobrevinieron un buen rato cada vez que me acordaba. Es lo que tiene una imaginación tan vívida, que me hace pasar muy buenos momentos, pero no la puedo desconectar en las experiencias desagradables.

En resumen: un lugar demasiado sucio para superar un calentón (salvo claro está, para quien le guste esa suciedad), por un poco menos dinero que lo que cuesta una sauna (incluso aunque sea el doble, mejor ir una vez a un sitio más limpio que dos a una pocilga) y con las mismas posibilidades, si no menos, de entrar en contacto con alguien, ya que como en todas las parcelas del ambiente, la clientela no suele variar.

Posdata - Actualización: Curiosamente buscando información he dado con la noticia "el último cine gay" y la última vez que pasé por allí me comentaron que efectivamente estaba planificada la extensión de la Carrer de la Diputació. Espero que no cierren el cine o que por lo menos lo puedan trasladar a otro sitio...

Intemporales

A veces me vienen a la cabeza recuerdos que no logro situar exactamente en el tiempo. Mi manía de intentar rescatar tantos detalles hace que en ocasiones no escriba una entrada por ser incapaz de incluir todos los pormenores, pelos y señales. Pero me he dado cuenta de que la mayoría de las veces, lo que importa es la historia en su conjunto y no los elementos por separado. Así que si no especifico los datos temporales en algunos artículos, va a ser por falta de memoria, pero aun así creo que es interesante contar el asunto por alguna razón.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Gracias, Majo

Quería hacer una reseña, aunque sea breve, para homenajear a una persona que he conocido hace un mes. Un hombre alegre, optimista, vital e increíble. Un hombre que, aun con mi problema actual, consigue que sienta algo. Es más, me hace llegar a lo máximo que puedo sentir gracias a su dedicación y empeño incansables.

Es difícil explicarle a alguien que no sientes los orgasmos. En los hombres, el orgasmo sano va acompañado de la eyaculación, así que observando que se produce esta última, mentalmente se asocia el hecho de que la persona ha llegado al clímax del placer. Yo sé que él se preocupa por lo que le cuento, pero no puede comprender cómo me siento.

Como ya he dicho en otras ocasiones, nunca he sido muy sexual, pero sabiendo que no voy a sentir prácticamente nada, muchas veces hasta se me quitan las ganas. Seguramente también será alguna consecuencia de lo que le pase a mi cuerpo por dentro. Me he disculpado con él muchas veces y sé que le gustaría que tuviésemos más actividad, pero no puedo. Mi periodo refractario cada vez es más largo y los intentos de continuar la estimulación me resultan desagradables.

Espero que comprenda que estoy muy a gusto con él y que aunque no tuviésemos relaciones sexuales, es una de las mejores personas que he conocido jamás. Muchas gracias por estar ahí apoyándome.

Problemas de Mecánica

Me sigue costando horrores quedarme dormido. Después, durante el día, me quedo adormilado en cualquier momento; no llego a dormirme, pero es una vergüenza dar alguna cabezada de cansancio en el trabajo. O simplemente, ir arrastrado todo el día, sintiendo que mi cerebro es más lento que el de los demás. Pero lo que me da miedo de verdad es que un día pueda ocurrirme conduciendo, que viene a ser la actividad más peligrosa que suelo realizar. Y cuando lo cuento, me llaman exagerado. No lo digo por decir, sino porque hace un rato me lo han llamado.

Hace bastante tiempo que me pasa, aunque anteriormente yo creo que no era tan frecuente. Podía estar un día falto de sueño, pero después solía recuperar y tan pancho, o por lo menos iba saliendo adelante.

Hace un par de años ocurrió un episodio que me hizo replantearme cómo me ven otras personas: normalmente yo solía "sufrir en silencio" mis temas de cansancio, pero por aquella época tenía familiares en casa. Un día que fui a hacer algo de compra, creía que me iba a caer frito en la carnicería, mientras el carnicero comentaba las mil y una maneras de preparar sus maravillosos productos a la clienta que iba delante mío. Para una compra que podían haber hecho en diez minutos, se tiraron tres cuartos de hora (sin exagerar) contándose cómo hacían los guisos. No sé por qué no me largué; supongo que necesitaba la compra. El caso es que llegué a casa muerto y cometí mi segundo error. En lugar de meterme en la cama, que además habría sido extraño porque eran las siete de la tarde, expresé mi cansancio unas cuantas veces y mi familiar arremetió verbalmente por sorpresa contra mí, diciendo que dejase de quejarme, que todo el mundo tenía que aguantar ciertas cosas y que lo hacían sin rechistar, todo esto en un tono bastante fuerte y que terminó rematando mi moral, para agregarla a mi estado físico.

Muchas gracias. No lees estas líneas, pero si lo hicieras deberías saber que desde entonces me guardo de decirte nada y trato de escoger mis palabras cuando hablo contigo, no sea que me lo eches en cara. No es por rencor, sino por no recibir broncas que creo que no me merezco. Broncas, que eres un broncas.

El tema del sueño insatisfactorio ha seguido de forma intermitente, pero desde la última operación yo creo que se ha agudizado y estoy pensando que también puede tener alguna relación con el tema de la anhedonia sexual. No sé si serán causa o efecto, o puede que no tengan que ver, aunque me extraña que ambas cosas estén tan activas desde la misma época.

Esto me pasa como siempre, por pensar. No importa que me lo hayan prohibido; la cabeza siempre está activa y lo malo es que por la noche es el peor momento. Es como si justo en el umbral en el que debería quedarme dormido, los pensamientos se disparan de golpe impidiéndomelo. Anteayer creía que lo tenía controlado y sonreí para mis adentros mientras caía en los brazos de Morfeo... Ayer por más vueltas que daba no conseguí dormir hasta que cambié de cama (dormir acompañado es un problema que da para otro artículo...). Hoy, al igual que casi siempre, tengo una sensación de sueño acojonante pero me he dado cuenta de que llevaba un buen rato y no podía quedarme dormido, así que me levanté a escribir todo esto.

Llevo una semana de vacaciones y casi se van a convertir en unas jornadas de mecánica corporal: mañana me toca de nuevo sesión de fisioterapia (la cuarta ya) para ver si me terminan de arreglar la pienna, que ya había dejado mucho tiempo. También me toca cita médica para intentar volver a explicarle que sigo durmiendo fatal, a ver si esta vez no pasa de mí, porque no aguanto ya este cansancio. Y el miércoles, al úrólogo a explicarle lo de la falta de orgasmos, que no tiene buena pinta.

Estoy hecho una braga, sí... Donde yo reconozco todos estos problemas y limitaciones, otras personas piensan que soy un hipocondriaco. Y realmente creo que es al revés, ya que muchas veces dejo aparcados mis problemas porque en la Seguridad Social pasan de todo. Ahora he vuelto a la carga porque con el trabajo es más difícil encontrar tiempo para los médicos y porque me encuentro en el límite del cansancio. Sólo quiero estar mejor y si me dicen que no hay medicación para estas cosas y tengo que aguantar, aguantaré, pero que me lo diga un profesional médico.

viernes, 22 de agosto de 2008

Soy Asesuar

Como he dicho en alguna ocasión anterior, no todo son malos momentos en la vida. No quiero que las pocas personas que leen este blog piensen que me paso el día en una depresión continua. Lo que ocurre es que utilizo estas páginas para descargar mis cabreos. Debería escribir mucho más a menudo, para contar muchas más cosas, pero generalmente cuando me encuentro bien no pienso mucho en el blog y cuando estoy mal, me cuesta ponerme a escribir. Es un tema complicado.

Sigo igual con el tema del sueño irregular, muchas semanas bastante cansado. Peor es el asunto de la falta de sensaciones con el sexo. Por lo que he podido leer, lo llaman anhedonia eyaculatoria, pero en todas las páginas que he visto sólo hablan del problema y ninguna apunta una solución. Me da mal rollo. Ya he pedido cita para el urólogo, pero todavía faltan casi dos meses para que llegue el día. Esta Seguridad Social que tenemos, siempre es tan insuficiente... En fin, no sé qué hacer sino esperar y confiar.

"Soy asesuar, soy asesuar y no puedo parar" puede sonar a exageración y realmente lo digo para tomármelo a coña... El deseo sexual sigue ahí: cuando veo un hombre masculino y sexy sigo sintiendo ganas de pegarle un achuchón. También sigo teniendo erecciones. En algunos artículos que he leído dicen que la anhedonia aparece a menudo asociada a una depresión, pero qué coño: para mí que va a ser al revés y que cuando llevas un tiempo sintiendo que no te corres a gusto, puedes empezar a deprimirte.

Tampoco es una astenia generalizada como suelen apuntar, aunque sí que hay algo de ello y confío en que los médicos hagan bien su trabajo con la información que pueda darles. Pero no es un estadio avanzado: sigo obteniendo placer visual viendo un paisaje hermoso, sigo disfrutando de la música, sigo salivando cuando me llega el aroma de un guiso, sigo poniéndome en éxtasis cuando me lo como y sigo obteniendo un agradable placer cuando alguien me acaricia con cariño.

Lo único que se me ha estropeado es el mecanismo del orgasmo. Precisamente lo que más jode. He conocido personas maravillosas en los últimos tiempos que me han hecho alcanzar lo máximo a lo que puedo llegar actualmente, pero recuerdo cómo disfrutaba antes de tener estos problemas y no hay color. No es culpa de ellos, pero no me quedo totalmente a gusto, aunque intento disfrutar lo que puedo.

Recuerdo aquellos orgasmos con mis músculos palpitando rítmicamente en el momento del clímax y los echo de menos. Espero poder volver a tener esas sensaciones porque sería durillo dejar de disfrutar tan joven... Por otra parte, el cerebro tiene una capacidad de adaptación asombrosa y supongo que lo acabaría aceptando.

No sé qué hacer

Visitando otras bitácoras me he dado cuenta de algunos métodos curiosos que han utilizado, voluntaria o involuntariamente, con los cuales han conseguido subir bastante en los resultados de los buscadores. Aunque no sé qué hacer para reproducirlos, se me ha ocurrido un pequeño experimento cuyos resultados comprobaré en unos días, a ver qué pasa.

lunes, 16 de junio de 2008

Inalcanzable

Estos días estoy más que desesperado. Siento una necesidad muy física, un enorme deseo de abrazar a alguien, dejarme abrazar, achuchar, acariciar, besar, sentir su calor junto a mí... Y no alguien cualquiera, sino que como es costumbre en mí, busco un aspecto físico muy particular; me cuesta muchísimo sentirme satisfecho con alguien que no me excite sexualmente y por suerte o por desgracia, la vista juega un papel muy importante en mi excitación.

De vez en cuando veo a alguien así: generalmente un hombre de menor estatura que yo, gordete en su justa medida, de carnes apretadas, velludo y de rostro masculino. Ultimamente vuelven a gustarme mucho los bigotes... Me ponen cantidad y recordar alguna experiencia ya muy pretérita, o imaginarme haciendo el amor con un gordete bigotudo, me pone a cien... Aunque si un rostro me atrae normalmente me da un poco igual el vello facial.

Me acuerdo de las experiencias que he tenido en el pasado, que son de las pocas imágenes de las que puedo disponer para excitarme, aparte de las fotos que recojo de internet. Intento disfrutar con ellas, pero hay un gran vacío... Me falta el tacto de un cuerpo junto a mí, el aliento recorriendo mis zonas sensibles, los besos que tan bien saben, las miradas llenas de ternura y de sexo. Jadear dejándome hacer, dar la vuelta a la tortilla y comérmelo entero viendo cómo disfruta.

Por la calle, en el metro o en las tiendas, a veces descubro hombres que me quitan el hipo, pero son todos inalcanzables: o bien están casados o simplemente ¿cómo iba a acercarme a ellos para decirles que su visión me acelera el pulso, que estaría en la gloria si pudiera darles un achuchón, que me atraen de una forma tan animal, pese a lo que puedan decirles otras personas? Pues eso es lo que me gustaría hacer, igual que los albañiles a las chicas: "¡Guapo! ¡Ven y hazme un hombre!". "Madre mía, eso es carne y no lo del Burriquín". "Joder, qué hermosura. ¡Anda que si voy, con lo que te doy!".

En la desesperación, a veces intento acudir a sitios donde es posible ligar, al menos en teoría. En la práctica, llevo meses sin comerme una rosca. Y es más desesperanate aún ver pasar un cuerpazo por delante de uno y que no haya posibilidad alguna de establecer contacto, por ser todo lo contrario a lo que el otro busca. Y sin embargo, la gente que no me gusta se acerca a mí y yo intento decir que no estoy interesado de la forma más educada posible.

En serio, menuda mierda. Aparte del tema físico, que no sé por qué ahora echo tanto de menos (siempre he vivido solo), está el tema sentimental, en el que ya ni siquiera entro por su complejidad. Sólo decir que sé que mi forma de pensar me lo pone todavía más difícil, ya que primero quiero encontrar a alguien por quien me sienta atraido y creo que los sentimientos pueden desarrollarse después... Por supuesto que hay gente que me dice que debo cambiar mi forma de pensar, pero no sé qué hacer para tener otras miras. Yo creo que casi toda la vida ha sido así.

Hay días que estoy muy quemado y no veo la salida. Además, como ya he comentado, mis sensaciones ya no son las de antes, mis orgasmos no tienen intensidad y no me siento satisfecho. Me cuesta mucho excitarme si no es de forma visual y aun así, llegar a correrme se me hace difícil e insatisfactorio...

Como no tengo otra forma de quejarme, intento desahogarme un poco con el blog. Espero que vengan tiempos mejores y poder contarlos también.

martes, 27 de mayo de 2008

No-orgasmos

Si algo puedo asegurar desde la primera vez que me operaron debido a una fisura anal, es que ahora mis orgasmos son una mierda, simple y llanamente. Tras esa primera operación no cesaron las molestias de la fisura, así que correrme (cuando lo conseguía) era una mezcla de placer muy atenuado en el fondo de una desagradable especie de picor-escozor más potente que la sensación placentera. Me imagino que los músculos que se contraían en el momento del orgasmo hacían que la herida mal cerrada produjese esa sensación desagradable, así que la verdad es que no intenté desahogarme muchas veces porque se me quitaban las ganas.

Como cuento en ese artículo y en otros del blog, cuando me hicieron revisión médica transcurridos tres meses de la primera operación, decidieron que debían operarme de nuevo para eliminar una fístula que había aparecido mientras la fisura se cerraba. Me volvieron a meter en la lista de espera, que esta vez fue algo más corta, pero para el día que llegué a la segunda operación ya casi tenía dolores similares a los de antes de la primera. Se lo comenté al cirujano y me dijo que ya que estaban, intentarían terminar de corregirlo todo.

A todo esto, tanto antes como después de la segunda operación, un par de personas se habían puesto en contacto conmigo a través de mis anuncios en bearwww, con objeto de conocernos y echar un polvete. Es curioso que suelo tener poquísimos contactos, pero encima estos me coincidiesen en esos fatídicos meses. Aunque intenté quedar con ellos para conocerles en persona, sin intención de llegar a nada porque no me encontraba bien, al final ni siquiera pude tomarme un café con ninguno, puesto que pasé unos días bastante malos. Sé que se cabrearon y me pesa, porque seguro que pensaron que me rajé porque no me gustaban.

Llegó el día de la segunda operación y la temporada de baja tras ella. Tengo la sensación de que el dolor fue algo menor, o quizá estaba más concienciado, o conseguí cuidarme mejor. Eso sí, el dolor que me produjo el cirujano al explorarme sólo dos días después fue impresionante. Me dijo que ya lo veía bien y que no necesitaría más revisiones.

Evidentemente tardé bastantes días en pensar en sexo. Las primeras veces que me hice una paja, pasados ya como diez días, tenía que ser de pie porque en cualquier otra posición era bastante molesto. La vez anterior había sido igual, así que me resigné y me contuve bastante... No hubo mucha paja durante la baja.

Parece que los dolores han desaparecido casi completamente, aunque todavía estoy mosqueado por algunas molestias que pudieran conducirme otra vez al quirófano (creo que es normal tener esos pensamientos después de dos operaciones)... Pero lo que también se ha ido con el dolor es la mayor parte del placer. Intentaré explicarme mejor...

Normalmente durante el juego amoroso, la tensión se acumula en los músculos que forman parte del mecanismo del orgasmo, hasta que superado el umbral, se dispara violentamente produciendo las contracciones de la eyaculación, que suelen constituir la mayor fuente del placer. A mayor acumulación de tensión y mayor excitación, el orgasmo suele ser más placentero.

En mi caso, las contracciones de los músculos parecen haberse debilitado mucho, o quizá al ser operado me han tocado en algún sitio indebido. El hecho de que la operación haya sido en el culete debe influir negativamente en mi disfrute... Nunca he "disparado" la eyaculación con mucha fuerza, pero la poca que tenía, que me producía intenso placer, casi ha desaparecido. Antes podía sentir las contracciones perfectamente y ahora es una sensación extremadamente suave, sin fuerza y que, evidentemente, me deja poco satisfecho.

En mi desesperación las últimas semanas intentaba encontrar a alguien que me motivase lo suficiente como para aumentar mis sensaciones, pero como ya he comentado, no he conseguido nada salvo terminar bastante quemado. No sé qué hacer para sentirme mejor. Quizá la situación mejore con el tiempo. Quizá haciendo ejercicios de Kegel o similares pueda fortalecer los músculos. Desde luego, ahora mismo mi insatisfacción me tiene bastante fastidiado.

lunes, 26 de mayo de 2008

Prohibido Pensar

Cuando todavía iba al colegio, me apuntaron a una clase de kárate para que hiciese ejercicio. Empezar desde niño puede crear buenos hábitos para la salud y en mi caso estaba más que justificado, ya que aunque al parecer nací más delgado de lo normal, enseguida me recuperé con creces y desde siempre he sido gordito. Llevo toda la vida haciendo dieta por temporadas y después recuperando más peso del perdido, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

El profesor de kárate era un hombre autoritario y nos imponía disciplina en las clases. Con mi carácter siempre introvertido, la verdad es que creo que le tenía un poco de miedo. Pero me imagino que casi todos los de la clase se lo tenían. Con un sólo grito conseguía que la mayoría diésemos un respingo del susto e intentásemos hacerlo mejor para evitar el castigo, que los había y muy creativos. También debo decir que fue el primer hombre en el que me fijé sexualmente en mi despertar hormonal, por supuesto sin que él lo supiera, pero esa también es otra historia que deberá ser contada en otra ocasión.

Las clases de kárate no sólamente constaban de duro ejercicio, sino que a veces nos reunía a todos y hablábamos, o nos hacía ir un fin de semana a ejercitarnos por el campo, o nos ponía una película y nos hacía preguntas sobre ello. No creo que hoy en día un profesor de una "asignatura extraescolar" se implique tanto en la educación de sus alumnos como lo hacía él, intentando despertar también nuestras mentes, algo que en principio no estaba dentro de sus responsabilidades.

En alguna de sus charlas nos contaba historias para hacernos pensar, historias simbólicas cuyo significado no siempre llegábamos a captar por completo. De algún modo, alguna de esas historias se quedó en mi memoria. No creo que sea capaz de explicarla convenientemente, pero voy a hacerlo lo mejor posible.

La historia era bastante tenebrosa y venía a decir que todos tenemos dentro un demonio esperando a salir a la luz y devorarnos. Para evitar que el demonio saliese, había que mantenerlo ocupado constantemente, de modo que no tuviese tiempo de emerger y acabar con nosotros. Para ilustrarnos mejor, nos dio el ejemplo de una persona que pensó que asignándole un montón de trabajo al demonio podría olvidarse de él, así que le encargó lavar montones y montones de ropa, limpiar la casa, arreglar el jardín, hacer la compra, cocinar... Según sus cálculos, el demonio tendría trabajo para una semana, así que se despreocupó y se fue a hacer lo que le dio la gana. Cuando estaba a punto de terminar la semana, volvió para encargarle más trabajo al demonio y descubrió horrorizado que había terminado antes de tiempo y en una enorme marmita estaba cocinando a su madre.

Meditar puede ayudar mucho a conocerse uno a sí mismo y a los demás. Cuando las cosas van bien, se produce un círculo de buenos pensamientos que a su vez parece que generan nuevas circunstancias favorables. Supongo que el flujo es en los dos sentidos y las circunstancias favorables también hacen que tengamos pensamientos agradables. Pero cuando algo se tuerce, a veces el círculo gira gradualmente hacia los pensamientos negativos y todo se ve con otros ojos. Personalmente creo que también es productivo meditar sobre aspectos negativos...

Yo creo que todos los que escribimos o creamos algo, por pequeño que sea, sabemos que es jodido encontrarse mal, pero produce una cantidad de ideas increíble que quizá no se nos ocurrirían estando alegres. Pero también es cierto que a veces cuando uno tiene tiempo para pensar, puede convertirse en un arma de doble filo y luego cuesta mucho más controlar anuestro demonio interior e impedir que nos devore.

Ultimamente he tenido tiempo para pensar, mucho, demasiado. Intentaba encontrar a alguien que me diese esperanza, pero a cada paso que daba me distanciaba más de mi objetivo y empecé a obsesonarme cada vez más rápido. La carga se hizo insoportable, sólo conseguí empeorar mi estado anímico y decirme a mí mismo, otra vez, que necesitaba un descanso de todo. Pero la vida no se detiene, así que no se puede descansar sino confiar en que llegarán tiempos mejores.

Un buen amigo me ha prohibido pensar... en mis miserias. Me ha dicho que si no lo hago, me dará un par de hostias. Lo que me faltaba, recibir palos. No sé qué hacer... Sé que lo dice por mi bien, para que me reponga y piense en positivo. Ojalá todos pudiésemos tener esa fortaleza, ojalá pudiésemos controlar a nuestro demonio, mandarlo todo a tomar por culo y comenzar de nuevo con la experiencia ganada.

Espero que con el tiempo podré encontrar mi lugar, aunque no va a ser fácil. Nunca lo es.

domingo, 18 de mayo de 2008

Fatiga y Frustración

Hace poco cogí las primeras vacaciones que he podido disfrutar en bastante tiempo, ya que previamente con el tema de las bajas médicas, los dolores, etc., no me encontraba con ganas. Pero por fin esta vez pude aprovechar y me fui de viaje con un amigo. Nos lo pasamos genial, aunque nos dimos unas tremendas palizas caminando por las ciudades, pero creo que mereció la pena y que es la mejor forma de conocer todos los rincones.

Sin embargo "El Tema" se ha dado bastante mal estos días, sin cumplirse ninguna de las expectativas que tenía: pensé que ya que en mi ciudad había conocido a algunos hombres buenos de las zonas que iba a visitar, podría toparme con ellos o al menos con alguno parecido.

De momento voy a obviar el primer viaje que hicimos a Barcelona, ya que es una ciudad que me gusta mucho, a la que he ido varias veces y que estoy seguro que volveré a visitar. Me centraré por tanto en el segundo viaje, en el que acudimos a la capital andaluza, que yo todavía no conocía.

El primer día, justo antes de llegar al hotel, vi salir de la pastelería vecina a un hombre muy parecido a uno de los conocidos que tanto echo de menos, con la mano al hombro de su mujer. Me pregunto si sería o no, aunque lo más seguro es que yo estaba condicionado mentalmente y me lo imaginé. Y si fue de verdad, me pregunto qué habrá pensado... Estuve divagando acerca de si enviarle un saludo por teléfono, pero no me pareció adecuado.

El ruido, sobre todo en la habitación del hostal (que no hotel, como se anunciaba en Internet) ha sido infernal y si he dormido ha sido por puro agotamiento, después de caminar tantos kilómetros como hemos hecho. El tranvía me parece un pegote que les han puesto a la ciudad y que no mejora nada, más bien al contrario. Asimismo, mientras que a Barcelona siempre me apetece volver, en Sevilla no he sentido ese "tilín" que me empuje a regresar.

Tenían monumentos muy espectaculares que hemos disfrutado recorriendo, pero no sé por qué me imaginé la ciudad más grande. Con todo lo que hemos pateado, casi nos han sobrado un par de días que nos podíamos haber ahorrado en costes y en aburrimiento por repetición. No quiero ofender a nadie, estas son mis primeras impresiones y nunca se sabe si el futuro me volverá a llevar por allí.

Debo decir que uno de los bares de osos me pareció increíblemente cutre, lúgubre y sucio. No daré nombres para que nadie se ofenda... Sin embargo, por suerte el otro bar me dio una impresión mucho mejor, quizá por la comparación, pero creo que está bastante bien.

El Infierno al que acudimos tenía cosas interesantes, sobre todo la piscina, pero también otras muy cutres: las habitaciones eran mínimas, con colchonetas enanas. No sé, supongo que es como en todas partes, hay aspectos mejorables y otros que les dan mil vueltas a los demás.

Lo de acudir al Infierno surgió ya el primer día, ya que el tiempo no acompañaba. La verdad es que todos estos días ha estado nublado y lloviendo a ratos. En el local, la suerte fue intermedia: había hombres atractivos, pero sólo conseguí acercarme a uno que se dispersaba constantemente mirando a los demás... Y realmente no llegamos a mucho.

Ya estábamos a punto de marcharnos, cuando vi a un osete que debía de haber llegado a esa hora. Nos fuimos a un privado y estuvimos un rato. Lo pasé bien, salvo por mi problema de orgasmo atenuado, pero desde luego que no fue culpa suya. Unos días después le vi por el bearwww y le saludé, pero no obtuve respuesta. En fin, si no quieren siquiera saludar, qué le vamos a hacer...

Volviendo al tema de la asistencia, yo creo que esos hombres interesantes que vi aquel día deben estar casados y sólo van entre semana... A continuación intentaré explicarme un poco mejor.

El segundo día que fuimos, ya casi al final de nuestra estancia y tratándose de fin de semana, pensaba que habría más gente y más de mi gusto, pero resultó que aunque la afluencia era mucho mayor, no había NI UNO SOLO en el que me pudiese fijar. Me quedé muy frustrado y con ganas de sexo... Eso me empujó a ir al Infierno de aquí con una suerte parecida: sólo un par de hombres que me gustaban pero con la mala fortuna de que yo a ellos no.

Hay que estar desesperado de verdad para salir corriendo al Infierno justo después de recorrer más de 500 kilómetros y hacer una comida rápida. Me imaginaba que el resultado podía ser malo, pero necesitaba estar con alguien. El primero que me ligó no consiguió ni que se me levantase. Pobre, no quería fastidiarle, la culpa era mía, pero al poco de estar con él me di cuenta de que lo iba a pasar mal, así que le dije que no podía ser, que lo sentía mucho, y me marché.

Después de dar mil vueltas y de que nadie me hiciese caso, me fui con una persona con la que ya había coincidido anteriormente otro día en un bar. La cosa fue de lo más normalita, nos besamos un rato y me la meneó, pero mi orgasmo, aunque alivió el fluido retenido, lo sentí muy débil y me dejó insatisfecho. Le di las gracias y volví a sudar y a darme la última ducha. Mientras tanto perdí de vista mi toalla entre todas las que había colgadas, pero por suerte me habían dado dos a la entrada así que fui desnudo hasta el vestuario para recogerla.

Había gente que se fijaba en mí mientras yo esperaba a secarme, pero no me encontraba con ganas para corresponder a nadie, porque no eran mi tipo. Finalmente me sequé, me vestí y salí para casa. Sentí unas necesidades tremendas de tomar mucho dulce, un gran chocolate y un donut me habrían entrado perfectamente. Pero resistí los impulsos y vine a casa.

Quería escribir sobre muchas cosas, aunque me he pasado el resto de la tarde entre cenar, leer el correo y algunos blogs. Quería constatar que estoy muy desesperado y que tengo que reflexionar mucho sobre mí mismo. También hay facetas mías que debería recuperar o desarrollar: organizar mi colección de dibujos, por ejemplo, y ampliarla si puedo. Nunca he sido un artista, pero he visto cosas en el viaje que podría dibujar y pintar yo mismo para enmarcar y poner en las paredes de casa, tan vacías todavía.

En cuanto a las fotos que he hecho en el viaje, no estoy nada satisfecho. Calculo que un 80% son bastante malas, un 10% malísimas (sobre todo por descuidos en los ajustes al tirarlas) y el resto pueden salvarse. Ese pequeño porcentaje son las que del primer vistazo me parecen buenas por la composicíon y los colores, aunque esperemos que el resto se puedan retocar y quedar mejor, pero soy bastante perezoso para ponerme a intentar arreglarlas.

Llevo ya tiradas muchas fotos desde que me compré la cámara y sigo siendo bastante malo en cosas básicas: aparte de los fallos de encuadre, foco, ajustes, etc., el mayor problema es que no consigo definir bien el motivo, por lo que salen muy "liadas", sin un objetivo claro y no me impactan positivamente. No sé qué hacer para solucionarlo, aunque creo que puede ser cuestión de practicar mucho más.

domingo, 4 de mayo de 2008

El Infierno

Desde la primera vez que fui a una sauna, decidí aplicarle ese calificativo por el calor que se pasa en esos locales. Supongo que no soy el único que las llama así.

No recordaba que las saunas eran adictivas. Llevaba años sin acudir a ellas, ya que tuve la mala suerte de contagiarme de bichos unas cuantas veces y con lo difíciles que son de quitar, terminé harto y asqueado de mí mismo.

¿Hay algún médico en la sala? No sé qué hacer, pero por lo que he leido, no hay forma de prevenirlas, porque se harían resistentes al insecticida, pero hay quien dice que se te lo aplicas justo después de que te hayan infestado, no les daría tiempo a poner huevos y reproducirse. Me encantaría que alguien pudiese darme una opinión formada al respecto.

Practicar el celibato no es fácil; el deseo sexual no desaparece y habiendo sitios como el Infierno es complicado no sucumbir. Y si vas y tienes éxito, es difícil quitarse de la cabeza la idea de volver a probar. Pero por ahora intentaré controlarme para no volver a infestarme.

Para los no iniciados, una sauna (hablaré sólo de las de ambiente homosexual) es básicamente un local donde acuden hombres con la sana intención de follar (o no). Una forma rápida de tener relaciones sexuales, en general sin haberse conocido previamente. La sauna en sí (es decir, las habitaciones donde hay calor seco o húmedo) sólo son parte del tinglado y de hecho, normalmente sólo ocupan una pequeña parte. Cerca de esas salas suele encontrarse la zona de duchas, alguna de ellas de agua fría para los valientes que se atreven tras unos minutos sudando.

El resto suelen ser pasillos, escaleras, sillones, pequeñas (o no tan pequeñas) salas con colchonetas (para pasar a la acción en privado, o no tan en privado)... Casi todas tienen una zona o sala oscura (hay gente a la que le pone eso) y algunas incluso una piscina o jacuzzi y más instalaciones. Normalmente tienen también un bar donde se puede tomar un refrigerio.

Al pagar la entrada en una sauna, nos darán unas chanclas del número que pidamos, así como una toalla, un trozo de sábana para enrollar a la cintura y la llave de una taquilla para cambiarnos de ropa. Anteriormente incluso proporcionaban dos toallas y alguna cosa más, pero la tacañería suele hacer mella en los dueños de los locales y la mayoría de las veces cobrarán por toallas adicionales y otras cosas que pidamos (preservativos, lubricante, etc).

Una vez dentro, se busca la taquilla cuyo numero coincide con el de la llave que nos han dado. Allí podemos desnudarnos y dejar nuestra ropa. No hay que olvidar cerrar bien la taquilla para evitar robos. En la recepción de la sauna podemos dejar objetos personales o de valor que no queramos dejar en la taquilla.

Después de desnudarse, la limpieza ante todo: lo ideal es darse una ducha para evitar malas experiencias después, ya que hay que tener en cuenta que es fácil sudar en estos sitios. A partir de ahí, todo depende de lo que vayamos buscando y de la suerte.

Personalmente prefiero las saunas donde van maduros y gorditos. No me atraen nada físicamente otro tipo de hombres, así que hay que escoger adecuadamente el local al que acudir, ya que de otro modo no hay nada que hacer. Para descubrirlas, afortunadamente hoy en día existe Internet, aunque nunca hay que descartar la pregunta directa si tienes el suficiente descaro, como hizo un amigo mío la última vez. Estábamos de viaje y entramos en un bar frente a la calle de una sauna, para ver si podíamos observar si circulaba gente. En estas que sale un hombre de la puerta de la sauna y mi amigo sale disparado del bar. Ya habíamos pagado, así que salí tras él:

Yo: ¿Donde vaaaaaas?
Amigo (dirigiéndose al que acababa de salir de la sauna): Oye, perdona, que no soy de aquí, ¿te puedo hacer una pregunta?
Hombre (flipando): Eeh... Estooo.
Amigo: ¿Qué tipo de gente viene a esta sauna? ¿De nuestra edad, sobre los sesenta, o mayores?
Hombre: Mayores, mayores...
Amigo: Gracias, gracias. (El hombre se marcha).
Yo: Joder, pues vámonos a la otra que habíamos visto.

Es curioso que en un sitio donde todo el mundo va desnudo y presuntamente a practicar sexo, también se produce el fenómeno de "El Hombre Invisible"... Seremos seguidos por personas que no nos atraen y perseguiremos a quienes no estén interesados en nosotros. Y aunque a veces contactaremos con alguien con el que la cosa no funcionará, de vez en cuando saltará la chispa y nos pondremos malitos del corazón. De ahí a la adicción hay poco, aunque los aspectos negativos obligan a controlar la asistencia.

Abulia

Llevo mucho tiempo dejándome remolcar por la vida, sin tomar decisiones para cambiarla y mejorarla. No sé si estaré deprimido, no sé qué hacer... realmente no me apetece hacer nada. Puede que mi estado físico (sobre todo la gordura) y los valores anormales de componentes en la sangre me estén privando de la voluntad para llevar a cabo las cosas a diario. Ya estoy a dieta y con ejercicio para tratar de mejorar, aunque me da la impresión de que hay un peso en el que me quedo estancado, pues no logro bajar más. De todos modos intentaré continuar con ello, puesto que parece que algunos pantalones ya me quedan un poco más flojos.

Hoy, siendo el día de la madre, he estado un buen rato preparando el regalo. Sabía que tenía que hacerlo, sobre todo para no quedar mal con respecto a los demás, pero no me apetecía lo más mínimo. Al final, recibir un "yo creo que estos ya los tengo" antes que las gracias, tampoco ha ayudado mucho a pensar que valió la pena.

Hace una semana estuve de viaje (quizá sea contenido para otra entrada). Han sido unos días bastante plenos, haciendo lo que nos venía en gana, sin pensar en obligaciones más allá de pasarlo bien y ver cosas. Además teníamos un buen guía, totalmente impagable, gracias a quien hemos podido ver mucho más de lo que habríamos disfrutado en un viaje organizado. Sin embargo, nada más volver a casa me ha golpeado la falta de interés por todo.

Más bien podría decir que he vuelto al estado "normal", a la rutina que me molesta, pero de la que no sé cómo salir. Necesitaría replantearme muchas cosas, aunque no sé ni por dónde empezar. Soy consciente de no ser el único en esta situación de desorientación. De hecho, escribir este artículo viene un poco por haber leído "Conócete a ti mismo" en "El Sentido de la Vida", una página que vengo siguiendo desde hace mucho tiempo ya. Pero estoy seguro de que me queda mucho más por reflexionar sobre mí mismo que a él.

Mañana me toca trabajar. Si tengo suerte y consigo terminar todo lo necesario (bastante probable, porque muchas cosas son casi automáticas), el madrugón será sólo mañana y estaré casi otras tres semanas de vacaciones. Todavía me quedaban por disfrutar todos estos días del 2007, que no he podido utilizar antes por la baja de la primera operación.

A ver si con un poco de suerte me puedo volver a marchar de viaje unos días a otra parte. Por lo menos así desconecto de mis historias un tiempo, aunque sería mejor darle un poco al coco de forma constructiva para mejorar mi situación emocional...

sábado, 22 de marzo de 2008

Sueño trastocado

Qué noches más largas, qué desesperación. Ya no sé qué hacer. Desde que me operaron esta última vez, con tanto reposo como tuve que tomar al principio, tengo el sueño descontrolado: no hay forma de pegar ojo cuando debo. Cada vez me duermo más tarde. Es como aquella canción de Sabina: me dan las diez y las once, las doce y la una, las dos y las tres... pero sin la diversión que allí se relata, que por lo menos me compensaría un poco el cansancio.

No hay más que ver las horas en las que me pongo a escribir, aburrido como estaba ya de dar vueltas en la cama sin ningún resultado. Teniendo en cuenta que me prodigo muy poco por aquí, cuando podría haber escrito ya unos cuantos artículos de interés, al final he vuelto en el momento en que no tengo nada que contar. Pero necesitaba hacer algo...

Después de la otra operación me ocurrió lo mismo y también de vez en cuando soy dado a atravesar periodos más o menos largos de insomnio. A menudo es por pensar en el trabajo, no porque me encuentre agobiado, sino porque por ejemplo, inoportunamente un domingo me viene a la cabeza algún tema que he dejado a medias, se me activa el cerebro una vez estoy en la cama y me vienen montones de ideas a la vez. Y con tanto jaleo no hay manera de quedarse dormido.

Además ahora sentia la necesidad de hablar con alguien. Estaba escuchando el sonido del aire azotando las persianas y las barandillas, mientras daba vueltas como un tonto, solo en mi cama fría. Es uno de esos momentos en que se echa de menos terriblemente a alguien a quien abrazar con tranquilidad, sin necesidad de que haya sexo, solo para sentir el calor que paliaría la soledad.

Ya me encuentro mejor que al principio de la convalecencia, aunque todavía no me veo con fuerzas para tener contacto con nadie... Me imagino que la gente que me escribe (no muchos), pensarán que estoy poniendo una excusa con lo de mi operación. Mira que me hubiese gustado quedar alguna vez, pero no ha podido ser y supongo que el contacto se enfría y no vuelve a surgir la ocasión. Quizá mañana haga mi primera salida al mundo después de la operación, pero sigo sin encontrarme bien del todo, así que tendré paciencia.

Bueno, voy a ver si ahora consigo quedarme frito.

lunes, 3 de marzo de 2008

Operación ][

El día ha llegado de nuevo. Mañana me toca pasar otra vez por quirófano. De momento lo que me preocupa es que hace un par de días tuve un poco de fiebre... Cuando volví a casa el domingo tenía mucho calor, muchísimo y empecé a pensar ¿será la pitopausia? Me puse el termómetro y tenía 38, nada grave pero fastidioso que ocurra justo ahora... Así que espero que no se repita, porque me imagino que me retrasarían la operación. No sé qué hacer para asegurarme de que todo irá bien. La verdad es que lo de la salud nunca se sabe... Llevaba más de un mes perfectamente y en este momento sería una faena.

Por lo demás estoy bien. El día en el trabajo ha sido casi perfecto: he tenido tiempo de dejar preparado todo lo que necesitaba, no se ha presentado la ley de Murphy. Tenía mucho calor y estaba preocupado de que fuera fiebre, pero esta tarde me puse el termómetro y estaba normal. Mañana por la mañana me lo pondré antes de salir hacia el hospital.

Cuando he salido del trabajo me he sentido bien porque parece que ha llegado el fin de la espera médica. También me apetecía tomar alguna semana de vacaciones; a mi jefe siempre le cuesta concederlas. Esto no es lo mismo, porque sobre todo los primeros días será doloroso, pero al menos desconectaré un poco de los temas de la oficina. A ver si cuando vuelva, en algún momento consigo tomar vacaciones de verdad. Debido a la anterior baja médica, tengo acumuladas todavía casi todas las vacaciones del año pasado. Este jefe... él se pira, pero a los demás no los suelta. Así que al final o tendré que irme dos meses este año, o tendré que intentar que me paguen los días que no disfruto.

Pues nada, a esperar unos días hasta que pueda volver a casa. Tampoco es que se vaya a notar mucho en el ritmo de publicación aquí, pero al menos esta vez si no publico, va a ser por falta de acceso a un ordenador y no sólo por mala organización. Volveré contando los resultados y espero que muchas otras cosas.

domingo, 2 de marzo de 2008

Dilema: Me gustan los maduros

Aunque me gustaría expresarlo todo con mis propias palabras, a veces no sé qué hacer para explicar algunas ideas de mejor manera que lo han hecho otros. Por ello esta vez traduzco libremente un interesante artículo: "I Like Older Gay Men", acerca de un tema que me ha acompañado ya muchos años como es las relaciones de parejas con mucha diferencia de edad.

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Tengo un dilema que me tiene atrapado sin decidirme. Me siento predominantemente atraido sexualmente por los hombres maduros, pero con el ojo de mi mente pienso en un futuro con alguien más cercano a mi edad. Siento que ambas posturas están muy empatadas. No consigo verme con una pareja que no me encienda sexualmente. No quiero buscar sexo fuera de mi relación. Quiero que sea parte de mi relación. Me temo que arrastro algo de vergüenza a esta situación. Quizá es la falta de valor para estar con un hombre maduro (Tengo 37 años, estoy en Colorado). Quizá no quiero encontrar la raiz de mi atracción - todo ese rollo papi/padre... que me parece muy estremecedor. Me encantaría recibir algún consejo. Gracias.


Ser atraido por hombres maduros no es necesariamente problemático, siempre que seas adulto (que lo eres) y no tengas ningún asunto sin resolver de abuso infantil. Si hay algo en tu pasado que te atormenta, deberías resolverlo definitivamente. Si no, no hay razón para preocuparse de lo que los demás puedan pensar.

No caigas en la trampa gay de perseguir la fuente de la juventud. Muchos hombres gays piensan que más joven es mejor, pero la realidad dicta que las atracciones ocurren en todas las formas, tamaños y edades. En última instancia, que seas más feliz tiene prioridad sobre la necesidad de no destacar.

A veces, en la vida tienes que tentar a la suerte. La experiencia de la relación puede merecer la pena sobre el potencial sacrificio. Si todavía no puedes verte en una relación seria con un hombre maduro, puede que simplemente sea un fetiche. Si este es el caso, puedes permanecer fiel a alguien más cercano a tu edad dándote un capricho con porno que satisfaga tu deseo por los hombres maduros. Si te encuentras cada vez más unido a un hombre significativamente maduro, simplemente disfrútalo y permítete ser feliz en la relación.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Opiniones de tapadillo

De tarde en tarde, a veces una conversación en la comida o con amigos heterosexuales, gira inesperadamente en torno a la homosexualidad. No quiero explicarle mi vida a nadie, al igual que no me gusta que ciertas personas me cuenten sus experiencias. Ninguna de las dos partes obtendríamos nada provechoso de contar intimidades. Pero cuando sale el tema y comienzan a brotar los tópicos, no puedo evitar corregir al menos unos cuantos, aunque por supuesto tengo que callarme muchas cosas porque no me apetece que sepan de mi "otra vida".

No sé cómo ha salido hoy el tema. Eramos sólo cuatro a comer, menos de lo habitual: dos chicas, un compañero y yo. Si no recuerdo mal, ha sido alguna tontería: he pedido pollo de segundo plato y mi compañero ha dicho algo como "jo, cómo te vas a poner, de lo que se come se cría, te van a salir las plumas por las orejas". No ha sido literal, no recuerdo la frase, pero he seguido la broma de las plumas y el tema ha ido derivando.

Este chico sacó varios de los "típicos tópicos": que todos los "maricones" tenemos pluma, que todos nos vestimos como modelos y tenemos cuerpazo, que somos unos lanzados que no dudaríamos en insinuarnos a quien sea y violar sus espacios vitales, que todos somos unos cariñosones y que nos aprovechamos de eso para pegarnos a las mujeres... En fin, no han salido todos los tópicos porque hay montones, pero no dudo que volverá a haber conversaciones de este tipo para que podamos reirnos un poco de vez en cuando.

Yo creo que antes me cabreaba cuando veía y escuchaba estos tópicos. Nunca me he sentido identificado con casi ninguno de ellos: son parte del gran problema de identidad que tengo, por el que me he sentido perdido bastante tiempo al no encontrar referencias que me ayudasen a encontrar mi lugar en el mundo. Hoy en día me fastidia un poco que la gente siga teniendo una idea tan limitada de nosotros, pero por otro lado eso mismo me divierte a veces.

En mis intervenciones en la conversación he dicho que si todos los "mariquitas" parecen tener pluma, es por que esos son la parte visible, pero no la única. Le he empezado a crear dudas, asegurándole que mucha gente casada vive doble vida, o acaban separándose porque no son capaces de continuar. Tampoco somos todos unos osos amorosos, sino que la personalidad de cada uno es diferente y "habemos" muchos ariscos, antipáticos, sosos, etc., al igual que hay gente maravillosa, amable y vital en todas las divisiones de la humanidad que se puedan hacer.

En cuanto al tema de que violamos heterosexuales a la mínima oportunidad que se nos presenta, únicamente he hecho mención de que también hay heteros feos, FEOS que no atraen :) También se sentía violento porque un día en una tienda vio un par de tíos muy en plan "fashion" que no dudaban en probarse los pantalones sin entrar a los probadores, ya que estaban todos ocupados. Le contesté que eso le ponía violento simplemente porque lo pensaba, ¿acaso no le pondría violento ver a un camionero cambiándose de ropa fuera del probador? :)

Por cierto, he soltado aquello de que "se dice que un 10% de la población es homosexual". Luego he dicho que se imaginara, si en la oficina somos 100, hay 10 homosexuales. Ha sido muy divertido, inmediatamente todos debían estar repasando mentalmente las caras de la oficina, intentando imaginar quiénes serían los homosexuales. Se me ha olvidado mencionar que esa proporción (o la que sea, que no tengo idea de la cifra y no sé que hacer para encontrar una buena estimación, si es que eso es posible) también se da en todos los ámbitos de la vida: de cada 10 taxistas, 1 homosexual, de cada 20 enfermeras, 2 lesbianas... Curiosamente este chico decía que le daba repelús ver a dos tías besándose, así que quizá ahí también tenemos un tópico desmentido de los heterosexuales.

Ah, se me olvidaba, también salió el tema de que "hoy en día los gays no se cortan y se ponen a besarse en público en plan bestia". Ahí le comenté mi visión de que los heterosexuales tampoco se esconden y que algunos parece que están comiendo langostinos del ruido que hacen al darse la paliza en una parada de autobús o donde les pille :D Mira que un besito simpático o una caricia de cariño en público me parecen adorables, pero una carrera de lenguas... ¡Idos a un hotel, coño!

martes, 19 de febrero de 2008

La Primera Vez

Mirando atrás en el tiempo me doy cuenta de lo pardillo que he sido hasta bien entrado en años. Mis primeras experiencias se retrasaron mucho en comparación con la edad a la que mucha gente se inicia hoy en día. Bueno, en todas las épocas ha habido gente más adelantada, más lenta y después yo en otra categoría aparte :). De todas formas ahora me río al recordar en perspectiva algunos de esos episodios, ya que de todo se aprende.

La primera vez que fui a un bar de ambiente me costó horrores decidirme. Conocí el sitio porque hablaban de él en un foro extranjero de Internet al que estaba suscrito. Qué gran invento Internet, no sé cómo me habría desenvuelto si no existiese... Por fin un día me fui para allá, aunque necesité una vuelta a la manzana antes de atreverme a entrar. Dentro descubrí un bar como otro cualquiera, lleno de gente que no me atreví a observar mientras sorbía de mi tónica. No estuve más de media hora antes de volverme para casa, pero ya estaba dado el paso.

Algunas semanas después fue allí mismo la primera vez que otra persona me sobó el paquete. En el momento del que estoy hablando tenía... ¡26 años! El primer beso me lo robó la misma persona unos segundos después. Fueron dos sensaciones especiales por ser la primera vez, pero no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta de que esa persona no me convenía. Pero esa es otra historia que ni siquiera merece ser contada.

La primera vez en una cama con otro hombre tuve suerte, aunque no lo disfruté, pero no por su culpa, sino porque yo me había imaginado muchas cosas y no resultó como pensé. Estaba como ido con la experiencia y él lo notó y me decía "mírame, soy real". Luego la cosa se animó y la verdad es que fue una paliza, terminé sudando como un pollo y también tuve mi primer susto con el semen, ya que no me di cuenta de apartarme a tiempo y él me asustó un poco, con razón, ya que hay que tener mucho cuidado.

La primera vez que disfruté de verdad fue muy hermoso, tanto en la forma de conocerle como cuando llegamos a la cama alguna semana después. Ese instante de incertidumbre, de no saber si algo va a salir bien o no, que se diluye de golpe con un beso apasionado y unas caricias deliciosas... Nos dimos los teléfonos y quedamos otro día. Para mí fue muy romántico, el ritmo mucho más pausado y agradable. Cuando nos desnudamos, acariciándonos, comiéndonos y nos acurrucamos juntos sentí de veras lo que yo había soñado que debia ser la primera vez.

Con algunas personas siempre es como la primera vez, aunque cuesta encontrarlos. Y lo peor es que no sé qué hacer para conservarlos. Los que me han hecho disfrutar lo saben, pero todo el mundo tiene sus propias vidas y a menudo es difícil compatibilizarse. Yo pongo todo lo que puedo de mi parte., así que espero que algún día vuelva a seguir disfrutando de estas experiencias como la primera vez.

miércoles, 16 de enero de 2008

Celibato ¿voluntario?

Vamos allá con otra de esas declaraciones que no me van a hacer popular, pero tengo que admitir, hablando en plata, que follo más bien poco. Vale que no soy muy sexual (¿no dicen por ahí que los homosexuales somos muy promiscuos?) o quizá no he encontrado a quien me haga serlo, pero desde luego que me muevo muy por debajo de la media de actividad. Tal y como están las cosas, pueden pasar meses entre mis relaciones con otras personas.

Seguro que quien lea esto no lo cree, o simplemente se la pela (yo también me la pelo, qué pasa), quiero decir que le da igual. La penúltima vez que quedé con alguien y se lo dije (porque me preguntaron), alucinaron. Por cierto, tampoco hice nada con ellos aunque ellos querían y alucinaron más; no comprendían cómo una persona puede pasar tanto tiempo sin tener actividad sexual. En realidad tengo actividad sexual con la masturbación, pero la relación verdaderamente plena creo que sólo se logra con otra persona y eso es lo que no abunda en mis experiencias.

Tengo mis razones para ello... Para mí el sexo es algo muy especial y normalmente no me llena practicarlo "porque sí" con cualquiera. Además mis preferencias están bastante marcadas, así que si una persona no me atrae lo suficiente, la masturbación me satisface mejor. Por lo menos tengo suerte en ese sentido, porque conozco personas que no son capaces de masturbarse, no llegan así al orgasmo por más que lo intenten.

Hace tiempo tuve una temporada en la que visitaba las saunas y al menos de vez en cuando aparecía alguien interesante, pero tuve que dejarlo por la falta de condiciones higiénicas del lugar. Aquello era para mí un foco de ladillas y menos mal que no he pillado nada peor, pero los bichos ya me dejaron con un asco impresionante, sobre todo de mí mismo, y la obsesión necesaria para quitármelos no quiero volver a pasarla.

Si tuviese pareja también follaría más, y no necesariamente con él. Antes de que los monógamos se me revolucionen (si es que hay alguno más con esa forma de pensar aparte de mí), intentaré explicarme. Por lo que he visto, los solteros no nos comemos una mierda, sin embargo los emparejados no paran: entre ellos, con solteros escogidos por consenso, o todo junto.

La verdad es que ciertas parejas me dan envidia porque practican sexo con quien quieren y han llegado a un acuerdo sobre cómo hacerlo: recuerdo alguna pareja que me escogió y me pregunto cómo podría yo cambiar mi forma de pensar para tener sexo con más gente... Pero sigo con mis juicios arcaicos acerca de ese tipo de parejas, no sé qué hacer para evitarlo, porque les veo copando todo el público y yo no consigo llegar a nadie.

De todas formas, conozco también alguna pareja que hacía lo mismo pero de casualidad me enteré de que se separaron después de muchos años y además por lo que pude deducir, de malas maneras... Así que ser pareja abierta tampoco parece ser garantía de estabilidad.

Como conclusión, creo que puedo decir que el celibato no es del todo voluntario, pero habrá que conservar la paciencia.

¿Qué espero?

Sé que este articulo (como tantos otros) puede ganarme muchos más detractores que lectores, pero tengo la costumbre de ser sincero... De todas formas, tampoco se puede decir que me haya leído mucha gente, así que allá voy, a intentar explicar lo que espero...

Primero de todo, puede que mi forma de ver las cosas me esté limitando mucho con respecto a encontrar un compañero sentimental, pero no sé qué hacer para cambiar cómo soy.

Además, a veces no tengo claro si realmente busco un compañero sentimental; una vez me ocurrió y fue muy bonito, pero cuando se rompió por causas que nunca he llegado a conocer me marcó un poco. He pensado mucho sobre todo aquello, aunque ya no tenga mucho sentido porque han pasado años y las circunstancias han cambiado bastante... Así que por más que me pese, el pasado es algo que tengo que intentar olvidar, porque no consigo sacar nada en claro.

La mayor limitación que me veo es que estoy buscando un flechazo: busco alguien que primero me atraiga físicamente, porque pienso que lo demás, los sentimientos, se pueden ir desarrollando con el tiempo. Tengo amigos que me dicen que esta forma de ver las cosas está equivocada, porque el flechazo se agota y después no queda nada, mientras que si primero surge la amistad y se van desarrollando los sentimientos, cuando te quieres dar cuenta ya ha ocurrido: te has enamorado sin sospecharlo.

El problema es que mis preferencias físicas son muy cerradas y como he contestado alguna vez, "antes que tener sexo con ciertos tíos, preferiría una tía". No es que vaya a desplazarme hacia las relaciones heterosexuales, pero el físico de muchos hombres más que "ponerme", me "quita" completamente. Sí, soy raro, raro, raro. Por eso, veo muy difícil comenzar una relación en base a los sentimientos sin tener en cuenta el físico: cuando llegase el momento en que la otra persona estuviese enamorada de mí, yo no podría pasar al plano sexual si no me sintiese atraído por él.

He tenido temporadas en las que ansiaba no vivir solo. A veces es un coñazo. Por otra parte, estoy acostumbrado a ello y un cambio sería bastante chocante al principio. Lo que tengo claro es que en caso de que ocurra, hay que hablar mucho, que los tíos somos poco comunicativos en comparación con ellas y ponerse de acuerdo en todo, a veces cediendo uno, a veces el otro.

Dicen que en estos casos es inútil buscar, que las situaciones surgen y punto, así que no sirve de nada obsesionarse y sí estar abierto a lo que pueda ocurrir. Yo creo que todavía necesito matar un puntito de esa ansiedad y abrir un poco más las puertas para que llegue quien tenga que hacerlo.

martes, 15 de enero de 2008

Suavemente

Después de hablar más o menos tiempo con alguien, a veces se pone uno de acuerdo y surge la posibilidad de quedar. Normalmente cuando se queda por sexo, cada persona ya ha comentado las cosas que le gustan y sabe lo que el otro quiere.

Yo siempre digo que me gusta la suavidad, las caricias, besos, abrazos, sexo oral, etc. No soy amigo del dolor ni por lo más mínimo. Pero aunque no me gusta hacerlo, si una persona en un momento dado (no por costumbre) necesita roces más fuertes del tipo de pequeños pellizquitos, o que sean con las uñas o los dientes, puedo estar de acuerdo en darlos si eso le excita... De todas formas se me hace difícil porque me imagino que me lo estuvieran haciendo a mí y no me pone nada, sino todo lo contrario. Y por supuesto todo el tema del sado, dominación y cualquier cosa que se le parezca, aunque sea en su forma más leve, queda totalmente descartado.

Dado que disfruto mucho cuando hay cariño y suaves caricias, o por ejemplo me pasan la lengua por las tetillas (de las cosas que más loco me vuelven si lo hacen bien, tomen nota :D), pierdo la excitación cuando insisten en pellizcarme o estimularme más fuerte de lo necesario. En serio, no sirve de nada salvo para que deje de disfrutar, yo soy así y las situaciones son siempre calcadas...


- ¡Ay! De verdad, que si quieres que te mordisquee, yo lo hago, pero no me muerdas....
- Pero si no te he hecho nada.
- Ya. En fin, lo que tu digas... ¡Ay, que no me muerdas!
- ¿Pero te molesta? Si no es nada, sólo rozarte...
- Pero qué coño no es nada, que no me gusta, hombre.


...Y así sucesivamente, de poco sirve decirlo, porque el tío insiste e insiste. No sé qué hacer y no me ha pasado una vez, sino varias, con lo desagradable que es. Entiendo que a otros les pueda gustar una estimulación más fuerte, pero ¿tan difícil es comprender que a mí no me gusta lo mismo? Así que parece que a una persona que tenga esa costumbre no la sacas de ahí nunca. Lo que más me jode es que no sé si son tan cortos que no saben adaptarse, o es que no hacen caso porque no les da la gana y te están fastidiando aposta.

Por supuesto que en otras ocasiones he conseguido justo lo que me gusta y si por casualidad, alguno de los que me lo ha hecho así lee estas líneas, puede que se acuerde de mí muriéndome de gusto bajo su lengua. Olé, olé y olé, eso si que fue satisfacción. Aunque sé que nadie quiere repetir... a ver si alguna vez me equivoco y me llamáis, hermosos :)

Al próximo que me muerda los pezones le ostio.