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miércoles, 20 de febrero de 2008

Opiniones de tapadillo

De tarde en tarde, a veces una conversación en la comida o con amigos heterosexuales, gira inesperadamente en torno a la homosexualidad. No quiero explicarle mi vida a nadie, al igual que no me gusta que ciertas personas me cuenten sus experiencias. Ninguna de las dos partes obtendríamos nada provechoso de contar intimidades. Pero cuando sale el tema y comienzan a brotar los tópicos, no puedo evitar corregir al menos unos cuantos, aunque por supuesto tengo que callarme muchas cosas porque no me apetece que sepan de mi "otra vida".

No sé cómo ha salido hoy el tema. Eramos sólo cuatro a comer, menos de lo habitual: dos chicas, un compañero y yo. Si no recuerdo mal, ha sido alguna tontería: he pedido pollo de segundo plato y mi compañero ha dicho algo como "jo, cómo te vas a poner, de lo que se come se cría, te van a salir las plumas por las orejas". No ha sido literal, no recuerdo la frase, pero he seguido la broma de las plumas y el tema ha ido derivando.

Este chico sacó varios de los "típicos tópicos": que todos los "maricones" tenemos pluma, que todos nos vestimos como modelos y tenemos cuerpazo, que somos unos lanzados que no dudaríamos en insinuarnos a quien sea y violar sus espacios vitales, que todos somos unos cariñosones y que nos aprovechamos de eso para pegarnos a las mujeres... En fin, no han salido todos los tópicos porque hay montones, pero no dudo que volverá a haber conversaciones de este tipo para que podamos reirnos un poco de vez en cuando.

Yo creo que antes me cabreaba cuando veía y escuchaba estos tópicos. Nunca me he sentido identificado con casi ninguno de ellos: son parte del gran problema de identidad que tengo, por el que me he sentido perdido bastante tiempo al no encontrar referencias que me ayudasen a encontrar mi lugar en el mundo. Hoy en día me fastidia un poco que la gente siga teniendo una idea tan limitada de nosotros, pero por otro lado eso mismo me divierte a veces.

En mis intervenciones en la conversación he dicho que si todos los "mariquitas" parecen tener pluma, es por que esos son la parte visible, pero no la única. Le he empezado a crear dudas, asegurándole que mucha gente casada vive doble vida, o acaban separándose porque no son capaces de continuar. Tampoco somos todos unos osos amorosos, sino que la personalidad de cada uno es diferente y "habemos" muchos ariscos, antipáticos, sosos, etc., al igual que hay gente maravillosa, amable y vital en todas las divisiones de la humanidad que se puedan hacer.

En cuanto al tema de que violamos heterosexuales a la mínima oportunidad que se nos presenta, únicamente he hecho mención de que también hay heteros feos, FEOS que no atraen :) También se sentía violento porque un día en una tienda vio un par de tíos muy en plan "fashion" que no dudaban en probarse los pantalones sin entrar a los probadores, ya que estaban todos ocupados. Le contesté que eso le ponía violento simplemente porque lo pensaba, ¿acaso no le pondría violento ver a un camionero cambiándose de ropa fuera del probador? :)

Por cierto, he soltado aquello de que "se dice que un 10% de la población es homosexual". Luego he dicho que se imaginara, si en la oficina somos 100, hay 10 homosexuales. Ha sido muy divertido, inmediatamente todos debían estar repasando mentalmente las caras de la oficina, intentando imaginar quiénes serían los homosexuales. Se me ha olvidado mencionar que esa proporción (o la que sea, que no tengo idea de la cifra y no sé que hacer para encontrar una buena estimación, si es que eso es posible) también se da en todos los ámbitos de la vida: de cada 10 taxistas, 1 homosexual, de cada 20 enfermeras, 2 lesbianas... Curiosamente este chico decía que le daba repelús ver a dos tías besándose, así que quizá ahí también tenemos un tópico desmentido de los heterosexuales.

Ah, se me olvidaba, también salió el tema de que "hoy en día los gays no se cortan y se ponen a besarse en público en plan bestia". Ahí le comenté mi visión de que los heterosexuales tampoco se esconden y que algunos parece que están comiendo langostinos del ruido que hacen al darse la paliza en una parada de autobús o donde les pille :D Mira que un besito simpático o una caricia de cariño en público me parecen adorables, pero una carrera de lenguas... ¡Idos a un hotel, coño!

martes, 19 de febrero de 2008

La Primera Vez

Mirando atrás en el tiempo me doy cuenta de lo pardillo que he sido hasta bien entrado en años. Mis primeras experiencias se retrasaron mucho en comparación con la edad a la que mucha gente se inicia hoy en día. Bueno, en todas las épocas ha habido gente más adelantada, más lenta y después yo en otra categoría aparte :). De todas formas ahora me río al recordar en perspectiva algunos de esos episodios, ya que de todo se aprende.

La primera vez que fui a un bar de ambiente me costó horrores decidirme. Conocí el sitio porque hablaban de él en un foro extranjero de Internet al que estaba suscrito. Qué gran invento Internet, no sé cómo me habría desenvuelto si no existiese... Por fin un día me fui para allá, aunque necesité una vuelta a la manzana antes de atreverme a entrar. Dentro descubrí un bar como otro cualquiera, lleno de gente que no me atreví a observar mientras sorbía de mi tónica. No estuve más de media hora antes de volverme para casa, pero ya estaba dado el paso.

Algunas semanas después fue allí mismo la primera vez que otra persona me sobó el paquete. En el momento del que estoy hablando tenía... ¡26 años! El primer beso me lo robó la misma persona unos segundos después. Fueron dos sensaciones especiales por ser la primera vez, pero no tuvo que pasar mucho tiempo para darme cuenta de que esa persona no me convenía. Pero esa es otra historia que ni siquiera merece ser contada.

La primera vez en una cama con otro hombre tuve suerte, aunque no lo disfruté, pero no por su culpa, sino porque yo me había imaginado muchas cosas y no resultó como pensé. Estaba como ido con la experiencia y él lo notó y me decía "mírame, soy real". Luego la cosa se animó y la verdad es que fue una paliza, terminé sudando como un pollo y también tuve mi primer susto con el semen, ya que no me di cuenta de apartarme a tiempo y él me asustó un poco, con razón, ya que hay que tener mucho cuidado.

La primera vez que disfruté de verdad fue muy hermoso, tanto en la forma de conocerle como cuando llegamos a la cama alguna semana después. Ese instante de incertidumbre, de no saber si algo va a salir bien o no, que se diluye de golpe con un beso apasionado y unas caricias deliciosas... Nos dimos los teléfonos y quedamos otro día. Para mí fue muy romántico, el ritmo mucho más pausado y agradable. Cuando nos desnudamos, acariciándonos, comiéndonos y nos acurrucamos juntos sentí de veras lo que yo había soñado que debia ser la primera vez.

Con algunas personas siempre es como la primera vez, aunque cuesta encontrarlos. Y lo peor es que no sé qué hacer para conservarlos. Los que me han hecho disfrutar lo saben, pero todo el mundo tiene sus propias vidas y a menudo es difícil compatibilizarse. Yo pongo todo lo que puedo de mi parte., así que espero que algún día vuelva a seguir disfrutando de estas experiencias como la primera vez.