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martes, 21 de diciembre de 2010

Aligerando, Que Esto Se Acaba

De vez en cuando, es bueno pararse a ver las cosas que han cambiado en la vida, lo que hemos conseguido y que puede animarnos, los errores cometidos que pueden solucionarse... No es necesario volverse demasiado obsesivo con estos auto-exámenes, pero qué menos que una vez al año. Y ahora que 2010 llega a su fin, pues ya toca.

Desde que escribo en un blog (o dos, o...) esta mirada hacia atrás se hace más fácil. Bueno, ya escribía antes en mi devezencuandario por ejemplo, aunque creo que no tenía la costumbre de repasar regularmente. La verdad es que si escribiese más a menudo tendría más detalles para el resumen anual, pero dadas las "circunstancias ajenas a nuestra responsabilidad" (y otras más que ajenas, anejas), algo es algo.

El año está bastante enmarcado en mis problemas físicos. Muy por encima de todos los demás, el hecho de no sentir placer me ha trastocado bastante. Son ya casi tres años así; lo que ocurre es que este año el balance ha sido bastante malo, puesto que he pasado por médicos, pruebas, psicólogos... Vamos, que creo que he estado bastante volcado con el asunto y no he obtenido nada. Supongo que seguiré hablando del tema en el futuro, aunque creo que crearé una página apartada para ello, para dejar de mezclar este asunto con otros que puedan ser interesantes de comentar en el blog.

Mi búsqueda continúa en muchos aspectos de la vida, aunque probablemente no estoy utilizando los mejores métodos y tengo bastante que mejorar en ese aspecto, pero por lo menos reconozco que son asuntos que están ahí, pendientes de resolver.

En cuanto a la búsqueda de acompañante para el camino, precisamente los defectos en mis métodos no me están llevando por el mejor de los recorridos. Me sorprende lo poco que se vuelca la gente en tratar de hacer las cosas más fáciles. Posiblemente a veces también me tendría que incluir en ese lote, porque seguro que los ideales que busco son difíciles de hallar, pero no me puedo incluir en la parte egoísta que veo casi constantemente.

De verdad que cooperar un poquito no cuesta tanto; es como utilizar los intermitentes de los coches: un ligero gesto con un dedo ayuda a que los demás sepan cuáles son tus intenciones. Esta y otras cosas me cabrean: ¿Por qué hay que andar adivinando lo que quiere cada persona, con lo sencillo que sería simplemente hablar? Y luego está la actitud de "aquí me las den todas, que yo no muevo un dedo". Con lo sencillo que soy de comprender y lo fácil que es tenerme contento... Pero esto no es un problema mío, sino de educar a los demás (aunque también tienen que dejarse, porque sino es imposible).

En el lado positivo, últimamente entiendo un poco mejor mi funcionamiento interno. Es sorprendente la cantidad de información que puede obtener uno de sí mismo simplemente observándose un poco. Lejos queda el control que puede llegar a obtener una persona que se estudie con dedicación (estudiosos de Programación NeuroLingüistica, Gestalt, Yoguis...), aunque creo que tampoco hay que pasarse para evitar caer en obsesiones. En mi caso, yo creo que si me pusiese a estudiar en serio estas cosas sería más perjudicial que beneficioso para mí.

En fin, en líneas generales es mejorable y otro año se abre ante nosotros para conseguirlo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

No Merece La Pena

Hoy podría haber ganado mucho dinero si alguien hubiese querido apostar. Como gran lamentalista que soy, hice una predicción que se cumplió al dedillo. Habría sido una buena compensación, por lo menos. O no.

Después de seis meses, volví a la consulta del urólogo y estuvimos de acuerdo en que mi problema urinario ha mejorado bastante con la medicación, por lo que debo seguir tomándola. Pero después, al preguntarle por mi problema sexual, como me imaginaba, me ha dicho que no me puede ayudar. Que no hay nada que puedan hacer por mí. Le he pedido que hable con alguien, que ellos tienen contactos con otros médicos y yo por mi cuenta no puedo hacer nada. Imposible, según él; no tienen a nadie que se encargue de esto.

Hablar de esto ¿de qué sirve? Ni siquiera me desahoga. Y no merece la pena. No merece: No es digno, no hace méritos. La pena: la aflicción, la tristeza, el dolor, el castigo, el luto. No hace méritos para obtener mi atención, para que me recree en ello. Ni lo más mínimo, para soportar el peso de toda esta mierda en la que me siento metido. Esto... ¿cómo era...?

¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!
...
Y etcétera, etcétera.

Desde luego, una cosa es imaginarse lo que le van a decir a uno y otra es que se lo digan realmente. Dos veces, puesto que ya hubo una primera. Más todas las otras veces en que los médicos se han quedado con cara de poker al contarles que no siento el placer de antes. El diálogo con ellos siempre ha sido complejo, porque ¿cómo explicas cosas que se salen de sus esquemas? Me imagino sus procesos mentales y creo que ni siquiera entienden de lo que les hablo.

Comprendo perfectamente que la SS está saturada, que no hay recursos para todo y que lo mío no es mortal. Pero simplemente se han desentendido del problema. Me han cerrado la puerta.

Volveríamos a lo de siempre, que la medicina tiene sus límites y bla bla... Da la sensación de que los problemas a resolver cada vez son más complejos... Pero me cuesta creer que los médicos no vayan a conferencias, no lean otros casos para seguir aprendiendo... Da la sensación de que sólo se centran en lo que ya saben. Pero ¿quién soy yo para cuestionarles?

La verdad es que intento relativizar, con los montones de enfermedades raras que hay por ahí. ¡Qué soledad, qué desolación, qué poco se puede hacer! Sólo queda vivir lo que queda, vivir.

Por suerte soy ateo, así que no puedo sentir que me haya castigado $deity (coloque aquí su deidad favorita).

Lo que me lleva a pensar... ¿Qué cojones habré hecho para estar así? ¿Qué habré tomado o qué habré hecho para trastocar mis sensaciones así? Es que tiene huevos ¿eh?

A muchos pacientes que toman ciertos antidepresivos les pasa algo parecido, de forma indefinida incluso años después de dejar el tratamiento. Al parecer algunas sustancias químicas del cuerpo dejan de funcionar como antes, pero poco se sabe sobre el tema. Es la pista más cercana que consigo encontrar. Quizá algún día me dé por detallar lo poco que voy descubriendo. O no.

Me pregunto cuánto tardará en pasarle esto a algún médico que tenga contactos; estoy seguro que ya le tiene que haber pasado a más de uno, lo que indica que es algo verdaderamente difícil de resolver... O mejor, cuánto tardará en pasarle a alguien que tenga pasta para financiar una investigación... La pasta todo lo puede... ¡Hey! ¡Ya está! ¡Ya lo tengo!:

1.- Seleccionamos un grupo de ricos.
2.- Mezclamos unos Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina con su desayuno. (Lo que viene siendo de toda la vida, poniendo la droja en el colacao. O mira, en vez de ponerles cereales enriquecidos en hierro, se les ponen enriquecidos en ISRS).
3.- Esperamos a que a alguno le den los efectos secundarios (anhedonia sexual).
4.- Cuando se dé cuenta de que no se corre cuando tendría que correrse, el rico montará en cólera, diciendo que en tiempos de Franco nos corríamos mejor y volverá del revés a sus médicos particulares hasta que descubran la solución.
NOTA MENTAL: Sería útil estar por los alrededores para cuando solucionen el tema, poder apuntar cómo se hace.

Yo seguiré con mi búsqueda particular. En solitario va a ser más complicado. Menos mal que por ahí están los chicos de ejaculatoryanhedonia.com, también atascados con el tema y parece que son los únicos que han dado con algo en casos particulares. Sólo queremos encontrar una solución y contársela al mundo. Ya hay médicos como el Dr. Andrew Rynne, intentando abrir los ojos de la comunidad médica. Si algo no se puede explicar, no siempre es un problema mental ni una invención del paciente.

lunes, 4 de octubre de 2010

La Mirada Sucia

Bueno, creo que vamos a exponernos un poquito, que ya toca.

No sé dónde leí o escuché hace poco eso de: "Dios mío, si me has quitado la fuerza, ¿por qué no me has quitado las ganas?". Y me identifico plenamente, porque no me puedo satisfacer, al no funcionar mi mecanismo de sentir placer, lo cual se convierte en un ciclo cada vez peor; a su vez, mi vista y mi cerebro no paran quietos, con lo que en todas partes acabo por ver con "la mirada sucia". Aunque realmente para mí no es una mirada sucia (pienso más bien en cuánta hermosura hay en el mundo), sino un deseo contenido, una excitación psicológica casi continua...

Veamos algunos casos, reales (o no) para hacerse una idea...

...A mi llegada a un restaurante por primera vez, me encuentro con que el cocinero es un hombre maduro, bajito, gordete, peludo y con bigote (combinación explosiva donde las haya), que está poniendo la mesa y como el espacio para pasar es limitado, me detiene un momento tocándome el antebrazo ligeramente con una mano mientras termina de colocar los cubiertos que faltan con la otra. [Atención: hemos tenido un contacto. Central: Enviar señales de calma a todos los miembros todas las extremidades].

...O entro en un bar de barrio y me fijo en que llega gente de barrio, mujeres de barrio con sus maridos de barrio, con sus tripotas de barrio, a tomar una birra en la barria, digo en la barra. Y allí sientan sus traseros en las sillas altas de espaldas a mi mesa. Es difícil no dirigir de vez en cuando una mirada disimulada entre los compañeros de trabajo a esas posaderas redondeadas... Puesto que ya ha tenido uno la precaución de intentar sentarse con vista. [Central: Límite de tiempo en las Batuecas alcanzado. Retener la salivilla antes de que brote por la comisura de los labios. Redirigir la mirada al interlocutor que nos está hablando. Reconectar audio.]

...O voy por la calle o en el metro y... en realidad cualquier lugar puede ser adecuado para jugar mentalmente al concurso "Mister Alrededores", en el que se adjudican los premios a los hombres más buenérrimos del entorno. Pena que no saben que están participando. Me pregunto si les interesaría recibir el premio. [Central: Registrando salida de personal. Actualizando listas. Reconociendo nuevas entidades. Escaneo completado. Ejecutar sistema de puntuaciones.]

...O simplemente, voy al supermercado y me encuentro a la mitad de la clientela en ropa deportiva. Uuuuuffffffffff. [Central: Ejecutar reinserción de ojos en sus espacios orbitales. Aumentar distancia de seguridad con sujetos XY.]

...O veo con frecuencia a ciertas personas de mi entorno y no puedo evitar pensar "joder, que gusto debe ser que te acaricien con esas manos", o directamente "dios, menudas pajas que debe hacer con esas manos". Yo creo que si fuésemos un poco más animales, la conclusión a estas situaciones sería similar al perro que se frota repetidamente contra tu pierna. [Central: Intentando contener suspiro. Controlando presión de bomba de oxígeno. Motor principal entrando en revoluciones críticas.]

Es un efecto curioso. Y más en verano, que como ya he comentado alguna vez, es una gozada ver cómo la gente se destapa más para sobrevivir al calor, los antebrazos (con lo que me ponen) van al aire... O bueno ya el tema de la playa directamente es pa' nota. Aaaarfffff arrrffffffff. [Central: ¡Mayday! ¡Mayday! Recuperando proceso de control autónomo. ERROR IRRECUPERABLE DEL SISTEMA. Asientos eyectables preparados.]

...Menos mal que de momento las erecciones se controlan, porque sino me pasaría todo el día enfrentándome al reto de Pepsi. Con lo largo y duro que es. Jo, es que es un reto muy largo, y muy duro.

Pues sí, siempre pensando en Lo Único (que por algo lo llaman así), pero es lo poco que pediría: poder sentirme querido y disfrutar de lo que ya no tengo. Porque puedo ser muy bruto en mis descripciones, pero todo queda ahí, en el pensamiento y en la mirada, en las fantasías que no se cumplen. Por eso siempre digo que soy inofensivo, que lo único que hago es mirar y fantasear. Yo creo que si un día una de mis fantasías me hiciera caso, me daría tanto gusto que me explotaría el nabo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Ideas Inconclusas

A veces pasa la tira de tiempo y no actualizo; el caso es que me veo en alguna lista de blogs con la etiqueta de "hace cuatro semanas" y pienso que ya va siendo hora de volver a escribir; se me ocurren cosas, pero no con las ganas suficientes para desarrollarlas, o no me atrevo a publicarlas. A menudo me ocurre que una vez escritas, me parecen cosas tan personales que la verdad, me da un poco de miedo exponerme tanto. Pero quizá va siendo hora de revisar los borradores que tengo por aquí e ir sacando alguno que otro.

Mientras tanto, intento vivir con ganas todo lo que va surgiendo. La vida está tan llena de cosas que nunca podremos aprovechar todo lo que se nos presenta. Escoger unos caminos significa casi siempre abandonar muchos otros.

Uno de los asuntos que me tiene ocupado últimamente es leer este blog de un chico que lleva años intentando comprenderse a sí mismo. Lo llevo siguiendo hace años, y la verdad es que entrar ahora de lleno a la situación actual, sin tener la perspectiva de todo lo que ha ido publicando, puede ser un poco duro. Pero es increíble cómo escogen las palabras para expresar lo que sienten. Él, este otro y muchos otros.

De vez en cuando me encuentro pensando mucho más de lo que debería, pero la falta de conocimientos suele hacer que me detenga en algún momento y continúe por otros derroteros. Este chico a veces cuenta cosas bastante interesantes, pero otras da la sensación de que piensa demasiado. La vida no se puede llevar así. Sin embargo, me estoy poniendo como ejercicio leerle y escucharle, porque no mucha gente hace lo que él. Y creo que tomar alguna de sus ideas para sacar mis propias conclusiones también puede ser un buen ejercicio. Quizá en próximas entradas vaya contando más cosas por aquí.

Callar por no querer hacer daño

Esta tarde ha sido curiosa en cuanto a mis sentimientos. Me he ido al infierno (casi hacía un par de meses que no iba ya por falta de ganas) y he encontrado conocidos allí; conocidos a los que no les deseo nada malo, pero con los que no me apetece tener relaciones sexuales...

Hay un chico que piensa que "le guardo rencor" (son las palabras que siempre suele utilizar). Yo nunca le he deseado nada malo. Simplemente intenté tener una relación con él hace años. No funcionó porque me evitó durante un mes y cuando quiso quedar de nuevo conmigo, a mí ya no me apetecía. Suelo tener la mala costumbre de mantener mis opiniones salvo que algo me muestre claramente que debo cambiar, y este no ha sido el caso precisamente. Así que cuando me habla, le contesto con educación, aunque no quiero nada más. Mientras, él se debate entre hablarme y enrabietarse. Hoy le he visto en el infierno y le he saludado para que vea que no le he retirado la palabra. Me ha devuelto el saludo. Espero que entienda que es mejor así. Por lo menos para mí lo es y yo tengo mi conciencia completamente tranquila.

También he visto hoy a un hombre que conocí al principio del verano. La primera vez que estuve con él, la cosa fue medianamente bien. Estuve una segunda vez con él, aunque ya había detalles que no me gustaron y no me apetecía volver. Reconozco que obré mal, porque no volví a llamarle ni nada y me marché de vacaciones. Pero es que no me apetecía dar explicaciones. Pensé que acabaría dándose cuenta él mismo de que no había ganas por mi parte. Pero eso es un error; a lo mejor a él sí que le apetece e intenta insistir para que nos volvamos a ver. Cada persona vive en su propio mundo y mis percepciones no tienen nada que ver con las de los demás.

A veces es difícil hacer entender a otra persona lo que pensamos. Hoy yo quería decirle que no me apetece tener relaciones sexuales con él. No me importa que seamos amigos si quiere, aunque seguramente él querrá el pack completo. Pero no se lo he podido decir, porque me parecía un poco violento comentárselo allí, con toda la caterva de cotillas por los alrededores. Si hubiera podido hablarle en la calle, lo habría intentado. Quizá hubiera tenido que hablar con él, aunque hubiera sido allí mismo, porque me insistió varias veces que un día tenía que ir a ver su casa... No sé, yo creo que si llama se lo comentaré, pero no voy a buscarle activamente.

Cuando he salido a la calle me encontraba desorientado, raro. Me he parado al lado de un escaparate y me he preguntado qué me pasaba. Enseguida me he dado cuenta de que estaba incómodo por no haber podido hablar claramente con este hombre. Luego he estado pensando en lo que me apetecía hacer, llegando a la conclusión de que lo mejor era volver a casa. Chico, a veces funciona lo de hablar con uno mismo, escucharse y hacer lo que sale del ombligo. Y aquí estoy, ahora más feliz por haber podido identificar lo que me pasaba y lo que quería hacer.

domingo, 22 de agosto de 2010

Cuando Llegue El Día



El cansancio me invade, pero el sueño me elude.

Vuelta.

Aunque estoy destapado y en ropa interior, hace demasiado calor.

Sudo.

Vuelta.

Entra aire por la ventana. El sudor anterior se enfría desagradablemente. Me tapo con la sábana.

Vuelta.

Otra vez tengo calor. Vuelvo a sudar. Me vuelvo a destapar.

Vuelta...

Resoplo, me levanto y voy al baño por segunda vez, raro en mí. Es la tercera noche seguida que duermo mal. Estoy acostumbrado a dormir solo, pero no hay suficientes camas en esta casa. Ya sabía a lo que venía. Mi compañero duerme a pierna suelta, a juzgar por los sonoros ronquidos que emite continuamente. Envidio su suerte. Me planteo si despertarle, más que nada por fastidiar y porque sepa lo que jode. Me siento en la cama. Ya no sé qué hacer.

Miro por la ventana. Una espesa negrura lo invade todo, rota por las luces a unos cientos de metros. Los coches, precedidos por sus burbujas de luz blanquecinas, no cesan de moverse en toda la noche. Me pregunto a dónde irán a esas horas, y me imagino que se están divirtiendo más que yo, de bar en bar, de fiesta en fiesta por la zona.

Poco a poco la fatiga se va apoderando de mí. Vuelvo a la cama. Cuando llegue el día, me fengaré y promablebente ya... nno... zzzzzz.

Prueba Visual De Enfermedades Psicológicas

Por lo que decían en el sitio donde lo leí, esto era bastante popular en los blogs rusos últimamente:



Lo que se ve, se dice que es una prueba inicial filtrada desde el ejército ruso. He aquí la traducción: "Seis preguntas que ayudan a identificar cualquier enfermedad psicológica oculta que los jóvenes soldados puedan tener. Si el soldado no puede ver el número en uno de los 6 círculos en la foto de la prueba, es probable que padezca:

  • No puede ver el círculo 1: Agresividad alta, tendencia a ser conflictivo. Se recomienda que haga más ejercicio físico y duchas frías.
  • No puede ver el círculo 2: Habilidades intelectuales posiblemente por debajo de la media. No debe trabajar con equipos sofisticados.
  • No puede ver el círculo 3: Posible libertinaje. El soldado debería recibir una ración mayor; debería tener más tareas de actividad física; no debe estar relacionado con suministros de comida, etc.
  • No puede ver el círculo 4: Posible inclinación a la violencia. Puede ser asignado como un líder de su unidad, ya que puede mantener la disciplina.
  • No puede ver el círculo 5: Posible homosexualidad latente. Puede tener ligeros impulsos de atracción descontrolada por el mismo sexo.
  • No puede ver el círculo 6: Posible tendencia esquizofrénica. Se requiere inspección adicional.

Cada soldado debería pasar la prueba antes de obtener destino, de acuerdo con la orden #2299.

(visto en osogrande2.tumblr.com [página no apta para leer en el trabajo]).

Ya Toca La Depre Post-Vacacional

Y es que nada más llegar de vuelta a casa, me sentí mal. La sensación era como tristeza, aflicción, una especie de opresión en el pecho como si quisiese llorar. Además, noté el cambio porque no llegué a casa directamente del viaje, sino que pasé una noche más en casa de un amigo, para poder ayudarle con el equipaje y otras cosas. Pero cuando él me trajo a casa y se marchó, el sentimiento fue bastante repentino.

Intento mantenerme ocupado, ya que cuando pienso en ello, como ahora escribiendo estas líneas, me siento peor. Las principales razones que intuyo son dos: haberme quedado "solo" de nuevo después de quince días y el próximo retorno a la rutina del trabajo. Yo creo que me pasa siempre al final de las vacaciones y es una circunstancia superable.

En cuanto a lo de quedarme solo, en realidad no es así, puesto que tengo a mis padres, puedo llamar a algún amigo "de los de toda la vida", etc... El problema es que no me apetece: debo ser gilipollas, pero no me siento completamente a gusto con ellos. No soy capaz de disfrutar de lo que me ofrecen. Siempre he sido muy introvertido, me he tragado todos mis problemas. Y ahora que puedo explicarlos, no siento la misma comodidad con todo el mundo.

Parte de este sentimiento está provocado porque estos días prácticamente he hecho lo que me venía en gana (aunque bueno, ha habido sus honrosas excepciones) y ahora siento que vuelvo a la rutina y me faltan cosas. Por suerte, esto también se convertirá en el acicate para no quedarme parado y continuar siendo activo.

La última razón para sentirme así es la falta de compañía. Pero no de cualquiera, sino alguien especial. Así que habrá que seguir en la brecha y continuar la búsqueda.

martes, 3 de agosto de 2010

Error o Casualidad

Llevaba 5 semanas salteadas yendo a la consulta de la psicóloga privada los miércoles. Una de las primeras veces, además, coincidió la consulta inicial en la SS con una de la privada el mismo día. La verdad es que me llevé un chasco al comprobar que en la SS no me habían dirigido a un psiquiatra como yo quería. Ella me comentó que un psiquiatra me diría exactamente lo mismo. Pero yo en este caso creo que lo que necesito es un médico. He estado acudiendo a estas consultas de psicología de mala gana, por no encontrar otra salida.

En la primera consulta de la SS se dedicó a sembrar mi cabeza de dudas. Aun así, me llevé una impresión algo mejor que en la privada. Quizá el no tener que pagar influía en mi visión. Me dijo que si quería seguir adelante, concertábamos una entrevista otro día y estuve de acuerdo. Mi idea era dejar en algún momento la consulta privada y centrarme en la pública.

Pasó más de un mes y por fin llegó el día de la segunda visita en la SS. O al menos eso creía yo. Le dije a mi jefe que me iba al médico y me fui al ascensor. Mientras tanto, busqué la cartilla de las citas y vi "29 de junio, 10:30h". ¿Cómo? ¡Mierda, no puede ser! Miré el reloj: miércoles 30 de junio. El ascensor llegó abajo. Sin salir, pulsé de nuevo el botón de mi planta y volví para arriba. "La cagué: la consulta era ayer. Con tanta cita médica, se me ha pasado" -dije al entrar. Me senté y seguí trabajando.

Me sentía culpable por no haber podido llamar para cancelar la cita y que hubiera acudido alguien que lo necesitase. Saqué la cartilla. Venían cuatro números de teléfono consecutivos para llamar al centro de salud. Marqué cada uno de ellos, pero no me descolgaron. Entonces lo dejé. Dejando aparte de la culpabilidad, me sentía aliviado. No me apetecía nada tener que ir a otra psicóloga. Mi cabeza había decidido perder el hilo de la consulta y se me había pasado. ¿Habrá sido por error, o aposta aunque de forma inconsciente?

De momento he decidido dejar así el tema mental. Aunque no siento casi nada de placer sexual, no lo he dejado pasar; a veces lo vuelvo a intentar si surge la ocasión. Sigo sin sentir nada más, aunque a veces intento hacer los ejercicios, u olvidarme un poco del sexo.

Hasta después del verano no tengo ninguna cita médica, ni ganas. Me voy a pirar de viaje quince días, y espero desconectar del trabajo, aunque no creo que pueda desconectar de lo otro. Por suerte, hay otras cosas en la vida; por desgracia, esto me afecta bastante aunque intente evitarlo.

miércoles, 14 de julio de 2010

Sesion V (de voyme)

La Sesión V estaba planificada para las nueve de la noche porque no había ningún otro hueco en la agenda a quince días vista. Acepté aunque desde que salí de la Sesión IV, mi plan era decidir en ese tiempo qué iba a hacer a partir de ahí. Desde entonces, aparte de algunas veces que decidí pelármela sin planificación, en esos días también hice los ejercicios tres o cuatro veces, con menor éxito que cuando no me estaba dedicando a ellos.

Así que llegó el día y desde el principio le comenté que como no había notado ninguna mejoría, iba a dejarlo. Puso cara de circunstancias... Entiendo que ella quisiera llevar el tratamiento a término, pero yo necesitaba dejarlo. Me estuvo intentando dar los últimos consejos: sobre todo, que debería seguir con los ejercicios. Se le escapó que la posible mejoría "si se produce, que tampoco te lo puedo garantizar, suele ser a largo plazo... Bueno, a medio plazo" (quiso corregir, al darse cuenta de que sus palabras no me iban a animar). Me dijo que si quería, llamase después del verano para pedir cita y comentar si había habido alguna mejoría... A mí no me apetece nada y además ya tengo psicóloga "gratuita" (la pago con impuestos) en la SS, así que de momento no tengo intención de volver a esta. La mejoría tendrá que venir entre lo que avance yo por mi cuenta y lo que me pueda ayudar la de la SS... Y bueno, a ver por dónde me sale esta.

Vale que la culpa no ha sido de ella; simplemente no me ha funcionado el método. Pero ¿a medio o largo plazo? Lo siento, a mi bolsillo no le sientan bien estos gastos, sobre todo si no hay una recompensa a la vista. Y un detalle que no me ha gustado nada es que, después de quince días, no tuvieran la factura preparada. Me parece una dejadez auténtica. Y con lo paranoico que soy yo para mis datos, no me ha molado nada tener que darle una dirección para que me la envíen por correo, así que decidí no darle la mía. Además, no es la primera vez que no tienen la factura preparada. Me da la impresión de que si el paciente no protesta, aquí más de uno trabaja con dinero negro.

He hablado bastante; como todo me daba igual, incluso le he contado algún chisme mío. Me ha vuelto a preguntar si tengo más sensación con la masturbación o cuando estoy con alguien y le he contestado lo de siempre: que es diferente. Que con la masturbación tienes más control, pero con otro hombre tienes el goce de verle disfrutar, el calor, la ternura y otras cosas que no tienes estando solo. Pero ninguna de las dos formas es mejor que la otra; simplemente
son distintas. En ese punto, le he comentado que por ejemplo, con dos personas a la vez también es otra cosa diferente y se ha sonreído, diciendo que bueno, eso ella no lo sabía. Pues sí, también es distinto, a veces mejor (si todos colaboran), a veces peor (que de todo se puede encontrar uno).

En resumiendo, el mundo del folleteo y del pajereteo es muy variado. Yo sé lo que me gusta y lo que no. Puedo probar cosas que creo que me pueden gustar; puedo ir descubriendo cosas que quizá no me imaginaba que me pudieran gustar. Pero es difícil que mejore si busco algo totalmente distinto de mis gustos. Entiendo que el tema de los ejercicios se trata de concentrar las sensaciones en el menor tiempo posible, teniendo una fase previa de excitación, pero intentando no mezclar las fantasías en la segunda fase, concentrándote en lo que sientes... El problema es que una de las cosas que más me excita precisamente es tener fantasías o ver imágenes que me pongan, así que mis segundas fases se van bastante a la mierda con esta forma de ejercicios.

Pues nada, al final me estuvo animando para que me socialice, busque pareja incluso, ya que el cariño de otras personas puede influir en mi mejoría... Ha habido una vez que se me ha quedado mirando y me ha preguntado qué pensaba. Realmente no estaba pensando en nada concreto, sino más bien esperando que ella continuase por algún lado; me ha parecido un truco un poco malo, como esos monólogos de la comedia en los que las mujeres dicen de repente ¿me quieres? o ¿en qué piensas? y todo acaba en una frase cortante que hace brotar carcajadas de la gente. Le he dicho que lo sentía por ella, que me imaginaba que le gustaba resolver sus casos y tal, pero que no era culpa suya. Pero lo siento más por mí que por ella. El problema lo sigo teniendo yo.

Pues eso, que la verdad, ha sido un alivio dejar de gastarme dinero así, ya que yo sin terapia sigo relativamente feliz salvo en este tema. Por otro lado, queda esperar a ver por dónde me sale la otra; de este tema ya tocará hablar la semana que viene.

lunes, 12 de julio de 2010

Sesión IV + Extras

Desde que comencé este rollo de la terapia, cada vez me da más pereza escribir sobre ello. Faltan dos días para la próxima sesión y todavía no había descrito la anterior. La razón principal es que tengo la sensación creciente de que no estoy sacando nada en claro, salvo gastar dinero a lo tonto. Si al menos hubiese notado alguna mejoría, quizá me parecería que merece la pena. Pero ahora mismo no me lo parece y volveré a hablar con ella del tema.

Quizá simplemente no estoy haciendo bien los ejercicios de masturbación que me propone. No me puedo excitar adecuadamente porque no tengo las sensaciones eléctricas de antes, con lo cual el ejercicio no suele acabar bien. En serio que no pienso de forma consciente en que va a salir mal. Simplemente me acuerdo de algo que me excita un montón y me pongo a ello. Mentalmente estoy metido en el asunto, disfrutando lo que puedo y después de un rato, cuando me apetece terminar... la nada.

No quiero tirar por tierra su trabajo; estoy seguro de que es una psicóloga excelente (no en vano me la recomendaron dos médicos diferentes). Simplemente no me está funcionando este método y prefiero hablar con ella, y pasar a otra página.

Por otra parte, ya me dieron cita con el servicio de salud mental de mi pueblo. Pensé que me mandarían a un psiquiatra (yo lo prefería, porque pienso que es un médico quien me tiene que echar un cable), pero al final es otra psicóloga. Lo curioso es que tuve mucho más "flechazo" con ella que con la privada... Me dio la impresión de que iba mejor encaminada. No sé, su forma de lanzarme las preguntas puede que fuera más incómoda... pero es que me hizo pensar mucho más, plantearme muchas más cosas. Tanto es así, que tenía la cabeza bullendo de ideas cuando salí y casi me costaba concentrarme para conducir. Esperemos que la buena sensación dure bastante y lleguemos a descubrir algo. Lo malo es que este servicio está muy saturado y probablemente las visitas serán cada mes, como mucho.

En cuanto a temas físicos, como comenté la vez anterior, iba a tener visitas a varios médicos:

El urólogo no vio nada anormal en el análisis hormonal. Yo pienso que, ya que me he recorrido el circuito completo de médicos, si a nadie se le ocurre algún tipo de prueba diferente, va a ser difícil descubrir algo... Pero en fin, me recomendó que me viera un fisioterapeuta de suelo pélvico que tienen en el equipo... Y ya que estaba allí, acepté simplemente por descartar algo más. Como siempre sin ningún tipo de romanticismo, ni besos ni nada, me hizo un reconocimiento de los músculos interiores del culete y luego de las conducciones nerviosas de la columna, sin encontrar nada fuera de lo normal.

Por otro lado, para el tema del sueño me hicieron las pruebas de la alergia cutánea (a mi entender las reacciones fueron bastante leves, pero tendré que esperar a octubre) y me llamaron para que me viera el otorrino. Me hicieron una fibroscopia (usease, cámara por la nariz) que por suerte no fue tan desagradable como yo me imaginaba. Después de tantas pruebas, no sé si me queda algún orificio corporal por explorar :)

Por lo que vio, al parecer sí que puede haber alguna obstrucción respiratoria cuando duermo. Pero me comentó que no había una operación para ello, que tenía que perder peso y que haciendo ejercicio seguramente se fortalecerían las paredes de la garganta y dejaría de roncar, con lo cual descansaría mejor.

Así está la cosa por el momento... Toca hacer lo posible para ir mejorando y continuar tomando decisiones sobre el camino a seguir. Esperar de forma pasiva no serviría de nada.

domingo, 27 de junio de 2010

El Sueño De Una Noche De Estresado

Como ya he comentado en otras ocasiones, llevo ya bastante tiempo durmiendo regular; siempre pocas horas para mi gusto, sin quitarme nunca el cansancio de encima por completo, aunque al menos voy aguantando. Pero de vez en cuando, a mi cerebro le apetece gastarme una bromita y se emplea a fondo para que sólo consiga dormir un par de horas. El muy hijo de puta (hay que decirlo más), sabe que si me la gasta un jueves, puedo recuperarme algo durante el fin de semana, así que desde su atalaya donde todo lo ve y lo controla, se busca la forma de fastidiar un poco más y más de una vez me hace la puñeta los lunes para que vaya arrastrado toda la semana.

Ya he comentado el tema a diversos galenos. Por fin (no sé por qué antes no, por qué he tenido que esperar y estar tan mal tanto tiempo) parece que me van a hacer bastantes pruebas, pero lo primero que me han dicho es que pierda peso. Allá por octubre retomaré el tema. Desde luego que soy consciente que tengo muchísimo sobrepeso y vamos a ver cuánto consigo perder de aquí a entonces. Luchar contra el peso es una de mis eternas batallas, lo que significa que hasta ahora nunca he conseguido vencer.

Como comentaba anteriormente, me toca una semana un poco estresante: estoy con bastante trabajo, mi jefe presionando para que lo termine ya, yo intentando cuadrar las horas del mes y de la semana... Y no se les ocurre otra cosa a los hospitales, que darme 4 citas médicas para completar. Encima no me puedo quejar, porque me van viendo los temas lentamente; pero va a ser una semanita que no me voy a querer perder.

Comenzaremos el martes con una cita del urólogo que me parte la mañana y que está en a tomar viento de lejos de mi oficina. A ver si por lo menos me dicen si soy mujer o algo (es para revisar un análisis hormonal de la sangre). Veo la prolactina por encima del límite y me ha pasado en otros análisis ya... En parte, no me extraña ese valor. La psicóloga dijo que estos urólogos a veces cogen casos que otros médicos no suelen tratar.

Continuaremos el miércoles con la primera cita de psiquiatría de la SS por la mañana y la Sesión IV con la psicóloga por la tarde. Mae mía mae mía. Yo creo que se va a liar parda.

Y el jueves, como complemento para que después tenga que recuperar horas de trabajo otro día, me han llamado para que vaya a facerme pruebas de alergia. Ya ni me acuerdo la de años que han pasado desde la última vez que me las hice. He sido alérgico a los ácaros del polvo y a ciertos pólenes desde que nací, supongo. El otro día la neumóloga a la que me mandaron para estudiar el tema del sueño no fue muy agradable de trato, pero eso sí, me mandó hacer un montón de pruebas.

Por otra parte, tengo suerte de estar en el turno de verano, que es genial. Lo he cogido con un montón de ganas aunque estoy cansado; me ha dado la vena consumista y me voy "de compras" aunque luego la mayoría de las veces no me lleve nada. Ya lo tenía planificado desde antes de que llegase este horario. Espero estar igual de activo todo el verano; la verdad es que hay montones de posibilidades: viajes cortos de una tarde, piscina, paseo, estudiar, trastear, ordenar papeles, hacer fotos... El año pasado desperdicié el tiempo completamente y este año va a ser diferente; ya lo está siendo.

Hace unos días fui a un centro comercial por echar un vistazo a las ofertas de ropa que habían sacado, y no pude evitar despollarme vivo mientras buscaba pantalones de mi talla... El tejido debía ser tan malo, que venía ya con pelotillas por dentro. Me dio el ataque de risa y no podía controlarme. Me dio por pensar si me estarían viendo por las cámaras de seguridad, descojonado secándome las lágrimas delante de las perchas de los pantalones. Me costó un montón controlar la risa (a veces me pasa con el estrés y la verdad es que me desahoga bastante). Luego en los probadores comprobé que no me valía ninguna de las prendas marcadas con mi supuesta talla. No entiendo por qué permiten hacer tallas iguales que son de medidas diferentes. En fins.

jueves, 17 de junio de 2010

Sesión III

Tenía esto en borrador y hasta hoy domingo no me había puesto a terminar de editarlo, pero ya va siendo hora, para que no se me acumule con el texto de la siguiente...

En cuanto al tema de la sesión, no estoy de acuerdo con la forma de ver las cosas que tiene la psicóloga; al principio traté de hacerle ver que mi forma de entender el sexo es y SIEMPRE HA SIDO pausada, tranquila, disfrutando de cada momento. Pero ella me expuso su teoría acerca de que estoy estableciendo en mi cabeza una asociación entre la poca sensación y la estimulación prolongada en el tiempo, y que tengo que romper esa asociación.

Para ello, básicamente me comentó que debo limitar el ejercicio a dos fases de quince minutos como muchísimo (la primera de excitación con los estímulos o fantasías que necesite, la segunda dejando aparte esas fantasías y concentrándome únicamente en mis sensaciones). Dijo que debo intentar concentrar las sensaciones más potentes posibles, evitando que el grado de excitación baje y abandonando si esto ocurre. De ese modo, en teoría, se va rompiendo la mala asociación.

Yo entiendo su teoría, pero en mi caso no lo veo correcto; de lo poco que creo disfrutar ahora precisamente es de ese ritmo pausado, esa tranquilidad. Estoy probando el método ya que sino de poco serviría estar yendo a terapia. Pero los resultados son prácticamente nulos, porque al no tener las sensaciones físicas que tenía, intentar llegar de golpe al no-orgasmo me deja igual de insatisfecho, si no más que antes. Entiendo que en otro caso este método pueda funcionar, pero en el mío me da la sensación de que se está intentando resolver un problema que no existe: ¿cómo voy a potenciar unas sensaciones que no tengo?

Por otra parte, no me gustó un pelo que no me comentase el tema del tiempo cuando me explicó el ejercicio en la sesión anterior. ¿A qué estamos jugando? Cada vez que voy a verla me cuesta una pasta. La otra vez se limitó a contarme el ejercicio y yo claro, fui a mi ritmo habitual.

Mis expectativas son bastante bajas; ya que casi me he visto "obligado" a ir a terapia psicológica (puesto que todos los médicos terminaron recomendando lo mismo cuando se les acabaron las ideas), quizá en compensación esperaba algo "especial". No sé, que el terapeuta leyera más lo que siento y tuviese otro tipo de recursos. En las primeras sesiones he intentado estar abierto a responder todo lo que me preguntaba, pensando que en algún momento descubriría "no sé qué" y vaya usted a saber cómo, activaría algún interruptor mágico en mi cabeza.

Sé que quizá es poco tiempo para que un tratamiento sirva de algo. Pero si de verdad sirviese, yo creo que algo debería haber notado ya. Así que dependiendo de que haya evolución o no, me voy a plantear dejar esta terapia, ya que me duele soltar pasta para nada y empezaré con la de la SS el día 30.

Tengo por delante una semana demasiado estresante para mi gusto: aparte de las prisas en el trabajo y tratar de cuadrar los horarios, me toca ir a 4 citas médicas diferentes entre el martes y el jueves. El miércoles, con dos loqueras diferentes, va a ser... pues eso, de locos.

Bueno, y volviendo a ella, se empeñó después en insistir sobre si no seguiría deprimido, si no habría superado mi depresión de HACE DIEZ AÑOS. Le dije que yo no me encontraba mal, que sólo estaba muy cansado por el problema de sueño. Me hizo un test de depresión sin decirme nada, aunque me di cuenta enseguida de lo que estaba haciendo.

No sé hasta qué punto condiciono mis respuestas al hecho de saber de qué va el test. Yo no me encuentro deprimido y ella me dijo lo mismo después de terminar el cuestionario. Creo que es normal estar jodido por perder el placer sexual en la vida, pero de ahí a pensar en la depresión va un abismo. Realmente hace diez años pasé una temporada bastante mala (y aun así, cada vez que me corría, disfrutaba mucho), pero está olvidado y noto la diferencia entre mi estado mental de entonces y el de ahora. Y ahora aunque tengo mis días regulares, en otros momentos me lo paso pipa. La experiencia de la vida te va dando más recursos. Y re-cursis.

miércoles, 9 de junio de 2010

Sesión II

La sesión de hoy también ha resultado bastante predecible. Después de comentarle algunos aspectos de mi familia que me ha preguntado, primero me ha soltado una perorata sobre cómo funciona el sistema nervioso. Ha dibujado una campana de Gauss, poniendo "Rendimiento" en el eje vertical y "Estímulo / Ansiedad" en el horizontal. Quería explicarme que si bien cierta cantidad de estímulos pueden producir respuestas (rendimiento), cuando hay demasiados estímulos o bien los solemos ignorar, o lo que es peor, nos pueden producir ansiedad, que hace que la respuesta sea menos efectiva cada vez. No sé si es un gráfico muy adecuado para explicarlo, pero se entiende lo que quería decir.

Me ha comentado que el objetivo que tenemos para que yo mejore, consiste en eliminar todo lo que me está impidiendo disfrutar y centrarme en lo que puedo sentir. Que aunque tuviese algún problema físico (cosa que todavía no sabemos, pero de lo que yo sigo convencido), la idea es potenciar lo que pueda dentro de las posibilidades: aunque quizá (si existe tal problema físico) no llegue a estar tan bien como antes de tener el problema, la meta es rebajar la ansiedad al mínimo y aumentar las sensaciones tanto como sea posible.

Después me ha estado contando en qué consistirían los ejercicios que debo hacer, igual de predecibles que todo el discurso. No quiero ser duro con ella; simplemente son cosas sobre las que ya he leído muchas veces. Yo creo que no se trata de nada que no haya hecho ya; si acaso puede variar un poco el método y en eso intentaré centrarme. Quizá sería mejor intentar recordar sus palabras, aunque no sean exactas.

Es normal que a veces no te apetezca hacer sexo. De hecho, la primera condición para comenzar con estos ejercicios es que sólo lo hagas cuando te apetezca de verdad. No te fuerces, no te masturbes sólo por "a ver qué tal se da esta vez". Cuando encuentres el momento en el que te apetezca y estés excitado sexualmente, relajado y no vayan a interrumpirte, entonces puedes ponerte a ello.

Al principio, para ayudar a aumentar las sensaciones, puedes servirte de lo que sea que te excite: fantasías, pornografía... Empieza viendo o imaginando estas cosas de modo que cuando empieces a masturbarte despacio, la excitación vaya en aumento.

Cuando ya estés plenamente excitado, debes pasar a la segunda fase del ejercicio, que consiste en eliminar los estímulos que hayas estado usando (porno, imaginación...), irte a un lugar relajado y continuar masturbándote lentamente, pero ahora únicamente centrando tu atención en las sensaciones que tienes. Puede que en algún momento vuelvas a los estímulos anteriores (por ejemplo con la imaginación), pero debes centrarte en las sensaciones, para aislarlas de todo lo demás. Después, cuando te apetezca, eyaculas.

Puede ocurrirte que una vez te pongas con el ejercicio, sientas que no es el momento, que no te está satisfaciendo. Es normal que a veces pierdas la concentración, pero no por demasiado tiempo. Si ocurre durante más de medio minuto, será mejor dejarlo para otra ocasión. No te fuerces por terminar. De esta forma, lo único que consigues es enlazar cada vez más fuerte en tu mente las malas sensaciones.

Si te apetece, puedes utilizar algún lubricante. Puedes hacerlo alguna vez con él y otra sin él para poder comparar. En cuanto a la frecuencia, como digo, debe ser cuando te apetezca de verdad. Quizá unas 3 veces por semana puede estar bien, aunque por supuesto pueden ser más o menos, dependiendo del deseo.

Una vez acabes, debes anotar la satisfacción que hayas obtenido, en una escala de 0 a 10. Debes indicar si has usado lubricante o no y en su momento, comentaremos más detalles para ir ajustando el proceso.

Entiendo que puedas no tener fe en esto. No hace falta que la tengas. Entiendo que pienses que no vaya a funcionar. Simplemente, haz los ejercicios y vamos valorando cómo evolucionar. Esto es un método de sensibilización adulto y como tal, ninguno de los dos vamos a estar a gusto si no nos esforzamos.


Pues nada, poco más me queda por añadir... Me ha recomendado que tome vitamina B porque según comenta es "el alimento del sistema nervioso" y por lo que comenta, no pasa nada aunque no las necesite, puesto que el sobrante se elimina. Le he dicho que ya tomé esas vitaminas hace tiempo y no noté ninguna mejoría, pero volveré a tomarlas (todavía tengo medio envase en la nevera)

Por último, hemos anotado las siguientes consultas (la suya y otras a las que tengo que acudir, de momento los días 14 y 30). Y por suerte, le he pedido que me hiciera una factura para cobrarme y parece que no habrá problema (este punto me preocupaba un poco; me está costando bastante y al menos quería tener un documento donde se detallase la terapia).

Seguiremos "informando"...

miércoles, 2 de junio de 2010

Sesión I

Ya ha comenzado el circo. De momento, ya me cabrea bastante tener que salir un poco antes del trabajo para ir a donde el viento da la vuelta, para acudir a unas sesiones que ni me apetecen, ni creo que vayan a servir de nada (salvo para gastar un dinero que no me sobra). Pero dado que todos los últimos médicos que me han visto han apuntado a terapia psicológica, no me queda más remedio. Entiendo que no es culpa suya, que la idea de los médicos es ayudar... pero ya me gustaría poder reclamarles después el dinero perdido.

Bueno, al menos parece que la idea es probar con varias sesiones y si no se produce ninguna mejora, nos volvemos a plantear el caso de otra forma. El último día de junio también tengo cita con un psiquiatra en la SS, que básicamente es lo que yo quiero: que me vea un médico. No me he atrevido a buscar uno privado. Sé que también va a ser un tema, por tratarse de un problema tan desconocido. Pero ya lidiaré con eso a su debido tiempo.

Realmente la sesión ha sido bastante predecible: contarle cuál es mi problema, los médicos que he visitado, lo que sentía y lo que siento. Después me ha pedido que le comentase más o menos cómo era mi vida sexual antes y después de comenzar el problema, para ver si se podía detectar algún hilo del que tirar.

Curiosamente, me he dado cuenta de un par de cosas:

1.- Yo atribuyo mi habitual somnolencia y cansancio sobre todo a los últimos dos años, en conjunto con la falta de placer. Pienso que la fatiga constante puede haberme influido en la disminución de las sensaciones. Pero resulta que ya había tenido algún episodio de fatiga extrema en el pasado. De hecho, cuando se rompió mi relación con mi primera pareja, hace ya unos siete años, el mayor detonante fue que no le llamé por teléfono en unos 4 ó 5 días, porque me encontraba hecho polvo. Esto llevó a que cuando él me llamó, tenía tremendo cabreo, unas cosas llevaron a otras y como no supe defender que le quería, se acabó.

Cuando aquello se rompió, yo estuve mal una temporada. Quise quedar con él para al menos tener una charla, quedar como amigos si era posible. Él no quiso y cada vez me costaba más coincidir por Internet. Al poco tiempo, un día salió el tema y me comentó que estaba en casa de un amigo en otra provincia. Le deseé lo mejor. Me sorprendió que hubiese encontrado a alguien tan rápido. Yo aquí sigo, después de todo este tiempo y aunque he hecho algunas intentonas.

2.- Durante mis escarceos amorosos, conocí a un hombre casado de otra ciudad, que estaba de visita por aquí. Me gustaba un montón físicamente, pero él tenía su vida organizada y no me gustaba la posición que yo iba a ocupar en su vida: el segundo plato. Su idea era básicamente así: que yo no hiciese nada en su ausencia. Me pareció un egoísmo increíble; él lo tenía todo: su familia, su trabajo, éxito en la vida... Yo no tenía nada y me pedía que fuese su amante exclusivo. En otras circunstancias (no estando casado, principalmente) quizá me lo hubiera planteado o hubiéramos llegado a un acuerdo de otra forma.

La historia es que la penúltima vez que estuve con él, fui a verle a su hotel. No recuerdo si se iba a marchar ese día... El caso es que no quiso hacer nada de sexo. Evidentemente tenía que cumplir con la mujer por la noche, pero me soltó tal mentira que me quedé a cuadros: dijo que por la mañana, pensando en mí, se había masturbado dos veces. Le dije que cómo no había esperado a la tarde, cuando yo iba a verle y me dijo que se había excitado mucho acordándose de mí, y que tuvo que hacerse un par de pajas para calmarse.

No sé si fue en esa misma vez o la siguiente que pasó por aquí, el penúltimo día no me dejó tocarle pero se puso a masturbarme frenéticamente. Poco antes de llegar al orgasmo, comprendí que lo que estaba intentando era vaciarme, para que yo no pudiese hacer nada en unos días. Entonces ocurrió que eyaculé prácticamente sin sentir nada, casi como me pasa ahora. Ahí si que fue la tensión del momento lo que me produjo esa falta de sensación. Me ha pasado pocas veces más y siempre por alguna razón clara: no me encontraba cómodo, estaba muy nervioso o algo por el estilo. Lo que me ocurre ahora no creo que tenga esa motivación, puesto que me lo tomo con calma, disfrutando lo que puedo aunque no sea mucho.

Creo que he llegado a la conclusión de que los hombres casados o similares me ocasionan más quebraderos de cabeza que las buenas experiencias que puedan darme. El tema es que si voy buscando pareja y encuentro personas con determinados compromisos, no son los candidatos que me convienen. Siempre he intentado disfrutar lo que me daban en lo posible, pero teniendo en cuenta que no podía convertirse en algo más serio. Ahora creo que ya paso bastante del tema, pero antes lo sufría en silencio, como las hemorroides.

También le conté un poco acerca de mi última pareja, puesto que de eso se trataba básicamente, quedando casi descartadas las relaciones esporádicas, que han sido mayoría, salvo que recordase algún detalle relevante. A este último hombre le conocí cuando ya tenía mi problema de anhedonia sexual, o como quiera llamarse. Al principio me metía bastante mentalmente en las situaciones, pero como el cuerpo ya no me responde como debiera, no disfrutaba demasiado del sexo. Además, tenía una personalidad bastante controladora y yo no lo llevaba bien, así que poco a poco me distancié de él. Sigo charlando de tarde en tarde con él, aunque ya no hay rollete.

En fin, yo creo que poco más que eso. Por supuesto me da un poco de corte contarle mis intimidades a una desconocida, pero así es como va la terapia... Supongo que si me paso con los detalles, ya me detendrá :) Por cierto, que me ha recomendado hacerme un estudio hormonal, pero el médico que me comenta no está en mi sociedad... Así que ya veré cómo lo soluciono.

Volviendo al tema del cansancio: Menos mal que hoy era festivo, pero ha sido un día muy malo... Espero que debido al calor. He estado en un estado de somnolencia tremendo casi todo el día. Me he levantado a las 8 y a las 9:30 más o menos he tenido que volver a tumbarme porque me caía de sueño. He abierto el ojo una hora después, sin sentirme descansado. No he hecho prácticamente nada, salvo salir a dar un pequeño paseo por la tarde. Me cuesta mucho esfuerzo vivir asín... Ya sé casi seguro que mi obesidad influye negativamente en la calidad de mi sueño, pero nadie me ha hecho un estudio para averiguar la causa y tratar de arreglarlo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Para Psicología

Buenas. Pues mire, llevo dos años de médicos y no dan con lo que me pasa. Y es normal, porque no hay información sobre el tema. O más bien, nadie se molesta en mirar el tema desde una nueva perspectiva. Casi todos ellos llegan a un punto en el que me recomiendan ir a un psicólogo, pero pienso que más que porque crean que es un problema psicológico, es porque al no encontrar evidencias físicas, me pasan al cajón desastre de los problemas mentales.

No me entienda mal. Por una parte pienso que ojalá fuera un problema psicológico, porque sé que entonces tendría solución. Pero por otra parte, si esto fuera psicológico, si mi mente estuviese realmente bloqueando mis sensaciones, estamos jodidos. Muy jodidos. Porque no existe ninguna causa razonable que yo pueda recordar, ningún trauma que pueda haberme afectado de esta manera. Si de verdad ha existido y mi mente está haciéndome la puñeta, significaría que ya no tengo control sobre mis actos, que en cualquier momento mi mente podría putearme de otro modo y no tendría posibilidad de detectarlo para defenderme.

¿De verdad una mente puede hacer esto?

¿Qué siento? Pues por explicarlo con un símil, imagínese que en nuestro cuerpo existiese un mando de volúmen, como el que tienen los equipos de sonido. Casi todos los mandos suelen tener una escala, por ejemplo de 0 a 10, que para nuestro caso, en lugar de indicarnos el volumen, indicaría el placer físico sexual experimentado. Cuando yo no tenía este problema, tener relaciones sexuales (tanto con otras personas como masturbándome) significaba un placer del 7 hacia arriba, y entre el 9 y el 10 durante un buen periodo y durante el orgasmo. Sentía cómo se acumulaba la tensión sexual físicamente y cómo se liberaba durante el clímax; las contracciones pélvicas eran plenas, profundas, muy nítidas. Era un placer físico satisfactorio, saciante, apremiante: el cuerpo me pedía sentirlo, disfrutarlo y compartirlo. Hacerlo era una sensación de bienestar y de plenitud.

Cuando comencé a tener este problema, las sensaciones bajaron prácticamente a cero tras mi segunda operación (que yo pienso que puede estar relacionada, pero según los médicos que me han visto no lo creen). Las primeras veces que ocurre, la mente no encuentra una explicación a lo que está pasando: no cuadra que en el momento del orgasmo no se siente nada, es como un error de procesamiento. Se te rompen los esquemas, vaya. Posteriormente, te das cuenta de que en realidad, el mando del volumen está muy bajo casi todo el tiempo: existen sensaciones de tacto, leves cosquilleos con las caricias... pero no pasa de ahí. No se siente una tensión sexual creciente y cuando llega el supuesto orgasmo, las contracciones pélvicas son casi imperceptibles, aunque existen (se notan al tacto). Entonces es cuando la frustración comienza a crecer, por no poder desahogarse y sentir lo que el cuerpo está pidiendo.

El deseo sexual no desaparece. La necesidad tampoco. Si al menos fuese así, la solución podría ser la abstinencia. Pero el cuerpo lo necesita, lo pide. La atracción hacia los objetos de deseo permanece, pero no se puede saciar. Se sigue introduciendo uno mentalmente en el acto, intentando satisfacer al compañero, intentando disfrutar de las sensaciones, pero no es suficiente.

No se trata de un problema de situación: ocurre tanto con la masturbación, como en las relaciones con otras personas. De hecho, cada una de las formas tiene su parte buena: en una relación con alguien más, existe la ternura, el calor del otro, verle disfrutar, intentar que disfrute más, sentir que él está haciendo lo mismo por ti. En la masturbación, por otra parte, se tiene más control sobre las propias sensaciones, existen las fantasías y los incentivos visuales que pueda uno proporcionarse... Ambas formas son disfrutables de diferentes maneras.

Si todo esto fuese mental, ¿por qué ocurre que a veces (por desgracia pocas), las sensaciones vuelven parcialmente? Sin hacer nada especial con respecto a otras veces, el mando del volumen del placer vuelve a subir unos cuantos puntos. La sensación es tan potente en el glande y en otras zonas erógenas, con respecto a la habitual "anestesia", que casi asusta. Entonces es cuando recuerdo: esto es lo que yo sentía antes, qué placer. Disfruto lo que puedo de esa ocasión y me siento bien. Pero las siguientes veces vuelve a bajar el volumen.

Puede que suene fatal, pero tengo que decirlo: No me gustaría nada hacer terapia, perdiendo tiempo y dinero, para no obtener ningún resultado. Como he dicho, ojalá esto fuese psicológico, porque eso significaría que se puede corregir. Entiendo que intentará ayudarme y para ello necesitará algunas sesiones. Pero por favor, si llega a la conclusión de que esto no se debe a una causa psicológica, le ruego que lo diga cuanto antes.

domingo, 16 de mayo de 2010

Pruebas Médicas Desagradables IV

ATENCIÓN: ESTE ARTÍCULO PUEDE RESULTAR DESAGRADABLE. SI ERES APRENSIVO NO LO LEAS.

Bueeeeeno, pues nada, ya ha pasado otro episodio en esta interminable historia médica. Quien sea fuerte de estómago y quiera ver los anteriores capítulos de la saga, aquí dejo unos enlaces a ellos: PRIMERO, SEGUNDO y TERCERO.

Como diría una voz en off si esto fuera una serie de TV: "Anteriormente, en redondeados"... El último urólogo que me había visto en la SS me dijo que me iban a hacer una cistoscopia y una cistouretrografía miccional seriada (en este caso inapropiadamente abreviada como CUMS, porque ¡qué más quisiera yo que correrme!). El impreso de solicitud de las pruebas médicas ya parecía una quiniela con tantas casillas marcadas.

También me propuse visitar un neurólogo privado para intentar ir averiguando cosas por otro camino. A mí particularmente me cuadra bastante que esto sea un problema neurológico o químico... Aparte de eso, en una visita a mi médico de cabecera, le consulté si podía pedir cita para un neurólogo de la SS también y me firmó el volante de solicitud.

En estas, el calendario con la SS quedaba algo asín: Pruebas Urología - 21 abril. Consulta Neurología - 27 abril. Consulta Urología - 12 mayo.

Por otra parte, comencé a ir al neurólogo privado a principios de año. Le expliqué mi problema y el hombre flipó. Me hizo unas pruebas básicas de fuerza y sensibilidad y me solicitó un electromiograma y unas resonancias de pelvis y posteriormente, del celebro. Las pruebas neurológicas fueron muy dolorosas (básicamente consisten en introducirte unas agujas y mandar descargas eléctricas).

La verdad, no sé si el médico llegó a terminarlas como quiso, porque yo no aguantaba el dolor en los gemelos. Como también llevo dos años con mi fascitis plantar, es posible que mis músculos de la parte inferior de las piernas no estén todo lo relajados que debieran. Por cierto, que este médico sí que lo flipó mucho (yo creo que hasta ahora, el que más con diferencia) cuando le conté mi problema. O nunca había visto algo parecido, o se salía completamente de sus esquemas.

No tiene nada que ver con el tema, pero la mala suerte hizo que cinco o seis días antes de las pruebas urológicas de la SS, un virus me debió atacar al sistema digestivo. Empecé el viernes por la tarde encontrándome de pena e incluso no pude evitar potar en la calle... Que para que yo vomite, ya tengo que estar mal. Pasé todo el fin de semana en casa hecho una braga y el lunes tuve que pedir la baja porque no estaba bien del todo. Más bien parecía haber recibido una paliza en las costillas, de lo que me dolían. Probablemente fue por la temblequera de la fiebre, los esfuerzos en el baño, etc. Qué mal cuerpo, pisha. En fin, menos mal que un par de días antes de las pruebas comencé a recuperarme.

Llegó el fatídico 21 de abril. Recordándome lo mal que lo pasé el año anterior por un simple sondaje, me imaginé que no iba a ser un camino de rosas. Resulta que cuando llegué a la primera prueba (cistoscopia, uséase, meterme la handycam por la punta del pepino), al parecer necesitaban el cistoscopio en quirófano, por lo que las citas se empezaron a retrasar más y más. Pude hablar con una enfermera y decirle que tenía otra prueba, para saber si me iba o me esperaba. Llamaron a la otra consulta y me dijeron que me fuera para allá y que cuando volviese, avisase de que ya estaba allí.

Total, que me fui a hacerme la cistouretrografía. Me llamaron enseguida, tan pronto que no me había dado tiempo a orinar... Para la otra prueba parece que daba igual, pero en esta tenía que ir con la vejiga vacía. Lo comenté, me dejaron salir un momento a mear y volví a entrar. Me despeloté y me subieron a la cama de radiografías. Tardaron en prepararme, porque entre medias se fueron un rato a charlar de otro caso... Yo allí tumbado, bastante nervioso. Cuando vinieron, me hicieron las preguntas de rigor para saber lo que me pasaba y tal. También les comenté que el año anterior me habían sondado y lo pasé fatal. Me dijo que no pasaba nada, que era un pequeño escozor pero pasaría enseguida.

Me preguntó si era alérgico al betadine antes de limpiarme el glande con él. Joder, mira que tengo poca sensibilidad, pero el frotamiento de la gasa por la zona (que todavia conserva algo de sensación) me daba gustirrinín. La médica me miró, como cuestionándose mi cara de poker. Luego me dijo que me iba a poner la sonda, que aguantase. Fue desagradable, pero poco a poco pasó para adentro. Luego me llenaron la vejiga de líquido de contraste. Es una sensación rara, porque en cuestión de segundos se sienten bastantes ganas de mear.

Hicieron una serie de imágenes mientras se llenaba y luego me sacaron la sonda. Me quedé bastante sorprendido y aliviado porque no sentí nada de dolor en la extracción. Luego me pusieron una botella de las que se usan para mear y me dijeron que cuando me dieran la señal, tenía que mear en ella mientras sacaban unas cuantas imágenes más. Allí tumbado de medio lado costaba horrores mear. Yo creo que no logré vaciar ni la mitad de la vejiga. Debieron pasar un par de minutos y como vieron que no terminaba, vinieron a decirme que pasase al baño, vaciase todo lo posible y me volviese a poner en la máquina para hacerme las últimas imágenes con la vejiga vacía.

Una vez hecho esto, me dijeron que ya me podía marchar, que mandarían las imágenes automáticamente a la otra doctora. Me vestí y salí, volviendo con mis padres a la otra consulta. Cuando llegamos, le comenté a la enfermera que ya me habían hecho la otra prueba. Me dijo que de acuerdo, que esperase y cuando me llegase el turno me avisarían.

Empezó a pasar tiempo y más tiempo. Yo me imaginaba que no podría ir a recuperar nada del trabajo, pero ya estaba claro. Lo bueno es que yo estaba casi en plan zen, intentando conservar la calma y mis padres, por el contrario, poniéndome de los nervios: que si por qué no preguntas cuándo te toca, que si a ver si se han olvidado de ti... Yo alucino, cuando tienen que reclamar algo no lo hacen y cuando sólo hay que esperar, son un manojo de nervios... En fin, que bastante nervioso estaba yo ya con todo el asunto como para encima tener que lidiar con ellos.

Yo sabía que había tres o cuatro personas por delante de mí. Además, cada vez que usaban el cistoscopio, veía cómo lo sacaban en un carrito (tapado) y lo llevaban a limpiar antes de usarlo con el siguiente paciente... Así que el proceso era lento, pero sólo quedaba esperar. Por fin me llamaron, entré a la consulta, expliqué lo que me pasaba y la médica me dejó con las enfermera para que me preparasen.

Me retrajeron el prepucio, me volvieron a limpiar y me pusieron una cánula de anestésico por la uretra, un tanto desagradable. Unos minutos después vino la doctora y me dijo que no me preocupase, que el proceso era bastante rápido. Me dijo que si quería, podía ver en la pantalla las imágenes del interior. Le di las gracias, pero no me apetecía; sabía que no se veía nada raro, pero no era lo mismo mientras andaban hurgando en mi interior. Me insistió que lo que se veía era como un campo de nubes, pero volví a decirle que no educadamente. Interiormente pensé que mejor me esperaba a que la distribuidora publicase el DVD.

No sentía dolor propiamente dicho, pero sí mucha incomodidad. Me dijo que primero iba a notar frío y agua y comenzó a entrar. Iba comentando a las enfermeras lo que se veía, al parecer nada anormal salvo un poco de suciedad en algún punto. Pronto llegó al cuello de la vejiga y me dijo que inspirase fuerte mientras lo atravesaba. Fue una sensación de escozor bastante intensa. Miró todo por dentro, preguntándome cómo me encontraba. Me costó contestar y puede que pensaran que me pasaba algo. Dije que estaba muy incómodo. Luego dijo que iba a empezar a salir despacio. Poco a poco fue hacia fuera hasta salir del todo. Me dijo que ya estaba, que me había portado muy bien y que me quedase un momento tumbado.

Las enfermeras comenzaron a limpiar los instrumentos, preparándolo todo para el siguiente paciente, si lo había. Un minuto después me dijeron que me fuera incorporando despacio y me quedase sentado un momento. Le pregunté a la doctora si había visto algo raro. Se levantó del ordenador, al otro lado de un biombo donde yo no la veía y vino a charlar conmigo. Me dijo que se veía todo prácticamente normal, que había visto las otras imágenes y si acaso el cuello de la vejiga era un poco estrecho. Le comenté que mi problema principal era que había perdido la sensación de placer sexual. Me dijo que era difícil que los urólogos pudieran darme una solución, que normalmente esto debía tratarlo un sexólogo. Luego me dijo que podía prepararme para irme, mientras terminaba de escribir el informe.

Pasé al baño/vestidor y decidí orinar, ya que me habían metido bastante líquido y todavía tenía el anestésico que evitaría sentir dolor. Al poco de acabar, la enfermera llamó y pasó para darme el informe y el antibiótico que debía tomar para prevenir las infecciones por las pruebas. Terminé de vestirme y salí a reunirme con mis padres.

Nos marchamos cada uno a nuestra casa. Me apetecía comer tranquilamente e intentar descansar un poco, pues tenía que ir en un rato al médico de cabecera a por el parte de baja del día. El resto de la tarde, cuando iba a mear veía las estrellas, como era previsible.

Una semana después, acudí a la última cita del neurólogo privado. Tras ver todas las pruebas que me había mandado, me recomendó ir a un psicólogo y también a otro urólogo, porque pensaba que podría tener algún problema muy específico del suelo pélvico. Le pregunté si un psiquiatra podría servir, más que nada porque eso sí que me lo cubre la sociedad médica y porque me fío más de un médico que también me pueda poner un tratamiento, que sólo de hacer terapia psicológica. Pero me dijo que lo que él creía que yo necesitaba, era terapia.

A la semana siguiente, acudí a la cita del neurólogo de la SS. Básicamente lo único que hizo fue anotar las pruebas médicas que le llevé y sin pensar en otra causa posible, me recomendó ir a un psicólogo.

Otra semana más tarde (la semana pasada), acudí a la última cita del urólogo privado. Con las pruebas que le mostré, me dijo que era muy difícil que el problema fuera físico. También me recomendó ir a un psicólogo. Me comentó que en la clínica Rúber Internacional pasaba consulta "la Doctora Pajarón. Y no es ninguna broma, se llama así" -me dijo. Anoté mentalmente el nombre para buscarlo más adelante. Esa misma semana también tenía cita con el urólogo de la SS para que me comentase el compendio de todas las últimas pruebas. Su conclusión fue la misma, que debía acudir a un psicólogo. Y curiosamente, como le dije que no conocía a ningún sexólogo, me dio el teléfono de la doctora Parajón (el nombre real, que ya me parecía raro el otro). Me dijo que le comentase que iba de su parte y que si era necesario acudir a otro especialista, ella me lo recomendaría.

En conclusión, ahora que he llegado a otro punto muerto, las recomendaciones de casi todos son acudir a un psicólogo, cosa que no me apetece nada por múltiples razones, que quizá dejaré para otra entrada. Como he dicho, preferiría ir a un psiquiatra. De todas formas, es posible que al menos contacte con esta psicóloga a ver qué me cuenta, ya que de momento no veo muchas otras opciones. Y si acaso encuentro un psiquiatra adecuado, pues también me acercaré por ahí.

domingo, 14 de marzo de 2010

Insípido

Casi no podía creerlo, pero iba a comer a "El Bulli". El gran sueño de mucha gente se le había concedido: uno de sus contactos importantes le había ofrecido una invitación para acompañarle.

Viajó a Rosas con sus amigos. Esperaron impacientes la hora de entrar. Les condujeron a su mesa. Les presentaron la carta de tapas que iban a servir y comenzó el espectáculo. Los camareros se movían rápido, como bailando entre las mesas y sirvieron las primeras tapas en unos platos imposibles. Máxima concentración. Todos cogieron la primera porción y se la llevaron a la boca. Exclamaciones y murmullos de sorpresa se extendieron por el restaurante. Todo el mundo comentó que estaba excelente. Pero a él le supo prácticamente a agua.

"¿Pero qué demonios...?" -se preguntó. Entonces razonó que quizá esa era la gracia del plato; "aquí experimentan con los sabores, así que es posible que el primero sea una especie de broma para pillar a la gente desprevenida", concluyó. Pero entonces, ¿qué pasaba con los demás? ¿Por qué comentaban extasiados ese momento? ¿Quizá temían quedar como tontos ante los otros? Entre esas cavilaciones llegó la segunda tapa, emplatada en una cuchara ovalada. La observó detenidamente, tomándola con la mano derecha. La acercó a sus labios y sorbió lentamente, dejando que inundase su lengua y su paladar. Nada. Agua, igual que la anterior, e igual que la siguiente, y la siguiente, y la siguiente...

Empezó a sentirte mal, viendo como todos los demás disfrutaban mientras él no conseguía saborear ni la más mínima porción de comida. Sus compañeros estaban ajenos a su sufrimiento, comentando entre ellos los matices que iban descubriendo a cada paso. Él cada vez estaba más angustiado. ¿Qué podía hacer? Quizá disimular, como si estuviese disfrutando al igual que ellos... Pero en su pecho crecía una angustia que pronto sería incapaz de contener. De repente se levantó y se apresuró hacia la salida. Sus amigos le miraron marcharse, pero se quedaron callados por la sorpresa y no se movieron.

Trastabilló hasta la esquina, bajó las escaleras y a unos pasos, se apoyó como pudo en un árbol. Le costaba respirar. Las piernas le flaquearon y cayó de rodillas junto al árbol. Entonces rompió a llorar sin control. Los sollozos le ahogaban y creyó que nunca podría llorar todo lo que su cuerpo le pedía.

Por suerte no apareció nadie por allí. El llanto le fue desahogando poco a poco. Entonces estuvo en situación de pensar de nuevo. Razonó que nadie podría comprender lo que le pasaba, que tendría que ocultarlo para no ser visto como un bicho raro. Con bastante esfuerzo se fue recomponiendo, secó sus lágrimas, se sacudió y se colocó la ropa, suspiró y se dirigió de nuevo hacia el restaurante.

Buscó de nuevo su mesa. Sus compañeros le observaron y alguien preguntó:
-Pero hombre, ¿dónde estabas? Te has saltado un montón de tapas...
-Ya, tuve que salir un momento.
-Desde luego, mira que eres raro.
-¡Un brindis por los raros del mundo! -propuso alguien.
-¡Eso, que también tienen derecho!

Brindaron y rieron. Por suerte, siempre había quien desdramatizaba las situaciones. Imaginaba que así es como tendría que tomárselo a partir de ese momento.

De vuelta en su hogar, concertó una cita con su médico y unos días después, pasó por la consulta.

-¿Cuál es el problema? -preguntó el médico.
-Pues verá... No saboreo nada. Los alimentos han dejado de tener sabor para mí.
-Ya... Pero ¿sigue teniendo apetito?
-Sí, eso no lo he perdido. Sigo teniendo ganas de comer, tengo la sensación de hambre y la de que me apetece esto o aquello... Pero no me sabe a nada.
-Vaya... Pues no se conoce ningún transtorno físico que produzca los efectos que me comenta. Tiene toda la pinta de ser psicológico.
-¿Psicológico?

¿Psicológico?

¿A que te doy dos ostias?

viernes, 12 de marzo de 2010

Pofale

...
-¿algo más?
-Sí, también venía a por mis pastillas. ¿Me puede hacer un par de recetas, por favor?
-Claro. Ah, pregunté lo tuyo a un urólogo conocido. Es un chico que estudia bastante...
-¿Ah sí? ¿y le ha dicho algo?
-Dice que le parece muy raro que sea por tus operaciones, que es mucho más normal que sea psicológico... Que en algún momento hayas asociado algo y te haya afectado.
-Ya... -(Pofale. Hala, otro más con el cuento de siempre).
-Es que no ha visto un caso como el tuyo, ni ha leído nada igual.
-... Bueno, pues yo la verdad es que sí he leído algo. Llevo dos años buscando. No soy médico, pero sí que he llegado a alguna conclusión...
-¿Sí? ¿cuál?
-Bueno, perdone mi imprudencia, pero yo diría que esto puede ser algún neurotransmisor que no está funcionando bien. Hay un grupo en Internet de gente a la que le pasa lo mismo. Y hay algún caso que ha mejorado con un neurotransmisor... El GABA.
-¿inhibiendo el GABA?
-No, tomando GABA.
-Vaya, ¿y eso cómo se toma?
-Pues parece ser que se vende como suplemento para la gente que va al gimnasio, les servirá para aumentar el músculo o algo, no sé...
-Mmhhh... Ten cuidado...
-No, si yo no voy a tomar algo sin control médico. Además no he encontrado ningún sitio donde se venda en España.
-Vale, que sepas que puede ser peligroso.
-Claro. Bueno, gracias de todas formas por preguntar.
-De nada, es que también me quiero enterar yo de cómo va el asunto.
-Claro, gracias... Hasta luego.

Pofale.

Hoy en día, casi todo se puede encontrar. Sólo hace falta que un buscador lo tenga enlazado, un poco de suerte y habilidad buscando. Pero por suerte o por desgracia, también se encuentran las teorías contrarias al uso de la sustancia... Está claro que no me quiero joder ninguna función corporal intentando arreglar otra, pero mi vida sexual está prácticamente parada en este momento. Lo cual no quiere decir que vaya a dejar de luchar; sólo estoy declarando cómo me siento ahora mismo: tengo deseo, pero no puedo satisfacerlo porque mi cuerpo no me deja, así que disminuir mi actividad es lo único que me alivia un poco: dejar de pensar en la parte de mí que no funciona.

Dentro de un par de semanas vuelvo a tener visita con el neurólogo. Las pruebas han sido dolorosas, así que espero que no sean inútiles, que es lo que me parecen ahora mismo.

Espero equivocarme y que me recomienden un psiquiatra o algo así (al final, después de tanto insistir, voy a tener que probarlo, ya sea para demostrar que no es un problema mental o para corregirlo si lo es). Pero alguien especializado en problemas sexuales, no pienso acudir al primero que encuentre.

La guinda de hoy es que, como tantos otros días, estaba viendo a un tío tremendo (en este caso, en intenné), me puse como una moto, pero al tratar de acabar... Pofale. Es frustrante, y más todavía el que nadie al que no le pase pueda siquiera imaginar el vacío, la insatisfacción... Que esto no puede ser psicológico joder, con lo que yo he disfrutado hasta que se acabó... Que el problema psicológico se me está creando después con la incapacidad de disfrutar.

domingo, 31 de enero de 2010

Pido Perdón

Hay quien me dice que me paso la vida pidiendo perdón, pero es que me cabrea lo que otras personas puedan haber pensado indebidamente de mí, por no haber sabido capear correctamente las circunstancias en el momento. Ojalá por pedir perdón consiguiese volver a encauzar algunas de las situaciones que se estropearon en mi vida, aunque eso es prácticamente imposible. Es difícil que los afectados lean esto y aunque así fuera, la situación no cambiaría. Eso está reservado a los guiones peliculeros. Pero al menos quiero volcar mis pensamientos aquí, en mi pequeño rincón particular.

Me doy cuenta de que la mayoría de estas peticiones de perdón están centradas en El Tema, pero creo que es debido a cómo me siento ahora. No poder sentir el placer de antes me ha cambiado. Sentirme excitado pero no poder consumar me ha afectado en lo más profundo de mi personalidad. Creo que ya no soy un hombre completo. Siempre he creido que tener una pareja sería preferible a vivir solo, pero en las circunstancias actuales veo muy difícil plantearme nada.

Hay pocas personas que me han marcado en la vida. Me refiero a que por pocas personas he sentido una pasión tal que me obligaba a plantearme cambiar mi vida. Pero cuando llegaron esas ocasiones fue muy fuerte, unos flechazos que me colmaban de felicidad, aunque al poco tiempo me daba cuenta de que no funcionaría y me hundía bastante moralmente. De hecho, creo que desde que no funcionó con la persona con quien tuve planes más serios, no he levantado cabeza por completo. Y ya han pasado casi siete años, ahí es nada.

Quisiera pedir perdón a un hombre que tuve que abandonar porque no me gustaba cómo estaba evolucionando la situación. Yo hubiera continuado bajo ciertas condiciones, pero no bajo las que él me impuso. Me pareció demasiado egoísta por su parte cómo me quería controlar, con lo a gusto que yo estaba con él, esperando a verle cuando se acercaba por mi ciudad; siempre hubiera tenido un hueco para él, pero no, él lo quería todo aunque ya lo tenía por otra parte, aunque yo no tenía nada y él sí, quería más aún. Y aun así, si supiese que iba a aceptar mis condiciones y vernos más relajados sin sus presiones, le pediría perdón.

Quiero pedir perdón a aquellos que me hacían disfrutar tanto, con los que me hubiera gustado repetir de vez en cuando. Pero algo le pasó a mi cuerpo y no me he vuelto a atrever a llamarles, porque ya no disfruto. Les sigo deseando tanto... y no puedo hacer nada. Ojalá me entendiesen, comprendiesen por lo que estoy pasando y me perdonasen. Aunque me temo que para ellos puedo no haber significado nada... Para mí sí que fueron muy importantes y ahora que sé desenvolverme un poco mejor, no sirve de nada. Por favor, perdonadme. Si vuelvo a estar bien, os llamaré.

No lo necesito, pero podría pedir perdón a aquellos que tratan de acercarse a mí sin haber leído el breve texto de mis anuncios. Lo siento, chicos, es que no me atraen vuestros músculos torneados, vuestros cuerpos fibrados sin rastro de grasa, ni vuestros pollones largos y gordos como el cuello de un cantaor. De verdad que no entiendo lo que podéis haber visto en mí, vosotros que podríais escoger a quien os diese la gana. Perdonad, es que tengo unos gustos muy cerrados y definidos. Me gustan los hombres fornidos, velludos y maduretes. También me dan muchas calabazas, pero no me traumatizo por ello, símplemente lo acepto. Por muchas veces que insistáis, no voy a cambiar de opinión, yo soy "asín".

miércoles, 20 de enero de 2010

Guardando Las Apariencias

Muchas noches tengo problemas para quedarme dormido, como si estuviese viviendo en otro huso horario... Me suelen dar entre las tres y las cuatro de la mañana, lo que me da demasiado tiempo para pensar y muchas veces tengo que levantarme a hacer algo, porque en la cama no consigo pegar ojo hasta que se acerca la hora.

Había oido hablar sobre "El juego de tu vida". Había visto algunas imágenes en algún programa de "zapping". El concurso de las preguntas indiscretas. El que acierta, se lleva un montón de pasta a costa de que sus familiares y conocidos se queden transtornados por descubrir sus secretos más oscuros. El que falla... bueno, supongo que tiene que ser muy duro quedar en evidencia encima de no llevarse un euro.

Nunca he sabido bien cómo funciona el concurso. Por lo que entiendo, a los concursantes les hacen 200 preguntas mientras los tienen enchufados a un polígrafo. Se toma como respuesta lo que diga la máquina y supongo que ahí está la incertidumbre... Porque si realmente la máquina supiese cuándo estás diciendo la verdad, con no mentir nunca todos los aspirantes se llevarían el premio ¿no?

Total que una de estas noches insomnes, me planté delante de la tele y apareció el concursito de marras. Yo no soy nada intuitivo, pero lo que vino a continuación me pareció tan predecible que no me podía creer que pudiera acertar tan plenamente. De todas formas, aparte de la falta de fiabilidad de los polígrafos, a veces se ha rumoreado de este concurso (y de otros programas) que algunos de los participantes no son más que actores, ya sean profesionales o no.

El concursante de la noche era un hombre de unos 60 años. Lo presentaron junto a sus acompañantes: su hermana, un amigo de unos 50 años (llamémosle "Gerardo") y la madre de éste último, de unos... n años. Eso tirando por lo bajo, si no eran más.

En cuanto los vi a todos, teniendo en cuenta la naturaleza escandalosa de las preguntas que suelen hacer, pensé: "Um, un hombre maduro, su hermana, un gordito tímido con bigote y su madre... Si no fuera porque no voy a acertar, diría que los caballeros están liados y ni la hermana ni la madre lo saben".

No recuerdo todos los detalles (a ver si en algún sitio encuentro el vídeo por casualidad) ni todas las preguntas que le hicieron, pero de todas formas lo curioso es que a todas respondió afirmativamente... Que digo yo que ya podrían preguntar en alguna ocasión lo contrario para que fuese más complicado... Porque eso de llevarse 10000 euros en media hora no lo consigo yo todos los días.

Entre pregunta y pregunta "oficiales", la presentadora comentaba con él algunos aspectos de su vida para que el público le conociera un poco mejor (debe ser para que no resalten tanto las cosas malas, digo yo). También se recordaba que en cualquier momento, los acompañantes pueden pulsar un botón si quieren que el concurso se detenga antes de que él dé alguna de las respuestas.

Al parecer este hombre, por lo que comentaban, había sido monje en su juventud y luego lo había dejado. También parece que era bastante culto y contaba que tenía una colección de no sé cuantos libros y blablabla. El caso es que el concurso comenzó y estas son algunas de las preguntas más o menos en el orden que salieron:

"¿Se considera usted un hombre de ideas conservadoras?". "Sí".
"¿Piensa que es superior en inteligencia a la gente de su entorno?". "Sí".
"¿En su trabajo ha comparado alguna vez a sus compañeros con monos que se masturban descontroladamente?". "Sí".
"¿Crees que tu hermana te trata de forma diferente a otros hermanos porque no estás casado ni tienes hijos?". "Sí".

A todo esto, en los intermedios iban enfocando a los familiares y les preguntaban cómo veían al concursante y si querían que continuase. Siempre dijeron que sí, a veces intentando disimular el poema de la cara (o eso me pareció a mí), otras con atisbos de nerviosismo (pero bastante controlado, o quizá sabían más o menos lo que iba a contestar) propios de los secretos que estaban siendo revelados... Que continuaron por la línea prevista:

"¿Sientes remordimientos después de tener relaciones sexuales?". "Sí".
"¿Te da asco ver por la calle a dos personas del mismo sexo besándose". "Sí".
"¿Si tu amigo Follardo desapareciera de tu vida sufrirías mucho?". "Sí. Oye, que mi amigo se llama Gerardo". "Ah si, ¿en qué estaría pensando yo? Continuamos".
"¿Ocultas a tu familia una relación que dura ya varios años?". "Sí".
"¿Ocultas esa relación porque se trata de un hombre". "Sí".
"¿Mantienes una relación sentimental desde hace ocho años con Gerardo?". "Sí".
"¿Has contribuido a que más de un hombre incumpla su compromiso de fidelidad a su pareja?". "Sí".

En ese momento quedaban las dos últimas fases por jugar (dos preguntas en la penúltima y la pregunta final de la última fase). Pero el concursante decidió plantarse para no perder lo que había acumulado. Total que al final ¿qué resultó? Pues que el hombre se llevó 10000 euros en media hora, a cambio de salir del armario en directo delante de toda la audiencia y de la madre de su novio.

Hay que tener en cuenta que las preguntas se van haciendo más "duras" según se van avanzando fases. ¿Qué le habrían preguntado en las últimas fases?...

**** Ponga aquí su música de misterio favorita ****

sábado, 2 de enero de 2010

Pruebas Médicas Desagradables III

ATENCIÓN: ESTE ARTÍCULO PUEDE RESULTAR DESAGRADABLE. SI ERES APRENSIVO NO LO LEAS.

Menuda racha llevo... y lo que me queda, puesto que de momento no me han dado ninguna solución y todavía me van a hacer más pruebas, aunque todavía no tocan, así que habrá que aguantar unos meses ante la previsión de ellas.

Como comenté anteriormente, el día 1 de diciembre después de verme el urólogo (otro diferente), al que tuve que volver a explicarle todo, me hicieron dos resonancias magnéticas el día 3 (unos 40 minutos metido en el tubo, bastante agobiante si no consigues relajarte). Luego el día 9 me hicieron el estudio urodinámico. Qué tortura. Como adelanté en el anterior capítulo de la saga (y ahora puedo confirmar en detalle), el estudio urodinámico consta de los siguientes pasos:
  • Primero te hacen una flujometría: miden la velocidad y cantidad de orina que meas, pero en este caso en una micción normal. Es decir, que hay que ir con las "ganas normales" de orinar, ni demasiadas ganas, ni demasiado pocas, porque sino no sirve. En la flujometría que me hicieron anteriormente tuve que ir con todas las ganas posibles.
  • Después, te introducen una sonda por el culete, sin besarte antes ni nada. A tomar por saco el romanticismo. No es que me apasionase la idea, pero dadas las circunstancias, pensé que era uno de los pasos más sencillos.
  • Luego viene la introducción de otra sonda por la uretra. Para mí esta fue la mayor tortura. No sé si es que tengo el orificio de la uretra muy estrecho, pero al igual que en la ocasión anterior, fue bastante doloroso. El pobre ATS, que es muy majo, se agobió un poco al verme sufrir. Según comentaba él, durante el paso de la sonda se siente escozor, incomodidad... Pero yo ya me imaginaba lo que ocurriría por haber experimentado antes algo similar en el "Capítulo I", cuando me tomaron las muestras de la uretra en 2008. Una vez pasada la sonda, te aseguran todos los cables con esparadrapos y tal, para que no se salga nada.
  • Entonces comienzan a llenarte la vejiga lentamente con líquido estéril a través de la sonda y te van pidiendo que tosas de vez en cuando para comprobar si vas teniendo ganas de orinar. Creo que también se va comprobando la presión a través de la sondas. Cuando llegas aproximadamente a la cantidad de líquido que tenías antes, se detienen.
  • Después, con las sondas todavía puestas, hay que orinar el líquido que te han introducido. Me costó un puñao hacerlo, iba muy lento, pero si ya me cuesta de forma normal, con un tubo obstruyendo el orificio de salida, no te digo na'.
  • Por último, te sacan las sondas (desagradable, pero un alivio), te quitan los esparadrapos (cuasi-depilación) y otra vez sin que te den un beso de despedida ni nada, te vas.


En cuanto al antibiótico (ciprofloxacino) que tenía que tomar por hacerme el sondaje, en esta ocasión no noté ningún aumento de las sensaciones como me ocurrió hace algo más de un año. Si bien es cierto que en aquella ocasión fue ofloxacino y además me mandaron un par de comprimidos de azitromicina, para destruir causantes de una posible ETS. Por tanto, ya tengo otra duda más: ¿por qué experimenté esa pequeña mejoría?

Por otra parte, esta vez había tenido bastante suerte con las pruebas y la nueva cita médica, porque es rarísimo que en este hospital no tengas meses de espera. Así que el día 21 volví a la consulta del urólogo (otro diferente, y ya no sé cuántos van). Tuve que volver a explicarle todo: que en principio fui porque había dejado de tener sensaciones sexuales, que no sentía el orgasmo pero tenía erecciones y eyaculaba. Que también había notado dificultades para orinar y lo estaban viendo. El tío se encogió de hombros con respecto al tema sexual, como lo hacen todos, y se centró en el tema urinario.

Me comentó que orino fatal, como una persona de 70 años. Le dije que sí, que esto había empeorado desde mis operaciones, pero que no tenía ni idea de si tendrían que ver. A él le extrañó, porque dice que el lugar donde se hacen esas operaciones está muy alejado del sistema urinario (ya no mencionaba para nada lo otro). Le pregunté si se había visto algo en las resonancias y... Ni siquiera se había dado cuenta de que estaban ahí en mi historial. Echó un vistazo a la pantalla, aunque no sé si estaba mirando las imágenes o les habría llegado simplemente un informe de las personas que me hicieron las pruebas. Le comenté además que me habían llamado del hospital para volver a hacerme otra resonancia el día 30.

Le extrañó lo de esas pruebas, me preguntó quién me las había mandado y le dije que ellos mismos, el equipo de urología, pero otros médicos. Que cada vez que acudo, me ve una persona diferente y no sé cómo me van a controlar así. Me dijo que eso daba igual, que cualquiera del equipo podía verme. Que tenían que averiguar por qué orinaba tan mal, así que tendrían que hacerme más pruebas.

"Vamos a hacerte una cistoscopia"- dijo. Se me escapó un "no, por favor". Me preguntó qué ocurría y le dije que sabía en qué consistía la prueba, y que si ponerme una sonda me había dolido, no me quería imaginar lo que debía ser meter una cámara por la uretra. Intentó tranquilizarme, diciéndome que se pone anestesia local, que sólo es un poco molesto y que era necesario para el diagnóstico. Además me recetó "omnic ocas" para ayudar a la micción hasta que me hicieran las pruebas. Me comentó que era posible que disminuyese la cantidad de eyaculación, ya que el medicamento a veces producía eyaculación retrógrada, pero que no me preocupase.

Bajé a pedir citas y me dieron a mediados de abril para las pruebas y en mayo para la consulta. Menos mal que me habían puesto "preferente" en la solicitud, que sino seguro me tocaría esperar otro año completo.

El día 30 fui a hacerme la otra resonancia, que al final debieron ser dos o tres seguidas, puesto que noté las pausas y estuve en el tubo cerca de una hora. Salí con un dolor de brazos y hombros tremendo, debido a la mala postura en la que estuve sin moverme, y todavía la doctora se quejaba de que al final, cuando ya había terminado la prueba y estaban examinándola, me había visto moverme mucho. Le comenté que me dolía todo de la mala postura y aún me contestó: "ya, pero modificas la posición del cuerpo". Y yo pensé "Ya, claro, tendrías que volver a recalibrar la máquina o algo". Pero me callé porque la prueba ya había terminado, aunque si me hubieran dicho de seguir, hubiera sido imposible. A día de hoy todavía me duele el hombro derecho. Probablemente se me ha vuelto a avivar una tendinitis que suelo tener medio dormida.

Pues nada, en esas estamos de momento. Creo que voy a intentar ir a un neurólogo (me lo recomendó un urólogo privado en septiembre) o a un psiquiatra (recomendado por el penúltimo urólogo). Sigo pensando que no es psicológico, pero creo que me podrían ayudar si doy con el profesional adecuado, puesto que parte de mis sospechas recaen en cómo el sistema nervioso está enviando o decodificando erróneamente las señales del placer. Es por Deformación profesional: pensar siempre en términos similares a los de tu profesión.