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domingo, 24 de abril de 2011

¿Y Por Qué Estoy Que No Me Aguanto?

La razón principal, en mi opinión y conociéndome desde dentro, por la que estoy que no me aguanto, es por Lo Único. Tomando prestado lo que dijo Homer Simpson acerca del alcohol: causa y -al mismo tiempo- solución de todos nuestros problemas.

Sí, el sexo. No es la primera vez que lo digo ni será la última. Está clarísimo. Desde que no siento placer sexual, no soy el mismo. Nunca he sido la alegría de la huerta y aún así puedo decir que se me ha jodido el carácter, probablemente porque pienso que ahora tengo una razón para ser negativo. Hay quien llama "mal follados" a quienes tienen un carácter agrio y desagradable. Y no les falta razón. Donde esté una buena corrida, que se quite el fútbol. Y los toros. El desahogo que proporciona el sexo es difícil de encontrar en otra parte, si es que existe.

Y es una cosa sencilla: cuando alguien te gusta, o cuando la imaginación se pone a trabajar, las caricias tienen un sabor extraordinario, el placer se siente de forma natural, muy intensa, y sobre todo AUTOMÁTICAMENTE. No hay que hacer nada especial: te acaricias y te da un gusto que te mueres. ¿En qué cabeza cabe no sentir algo que es automático, que es deseado y que siempre ha funcionado sin preocuparse de su mecanismo interno?

Ni siquiera estando con alguien que me guste mucho, que me apetezca mucho, consigo sentir nada. Es desesperante. Yo creo que no fue una depresión lo que me causó la anhedonia, sino que va a ser la consecuencia. No sé si estaré deprimido ya. El caso es que no tengo ganas de experimentar más. En este momento, puede que parte de la culpa la tenga la medicación.

Lo último ha sido probar un cambio en mi antihistamínico, a sabiendas de que me iba a sentir cansado, adormilado y posiblemente me despertaría el apetito. Por suerte esto último no ha ocurrido: no me ha dado más hambre y sigo en mi peso habitual. Pero estoy cansadísimo, todo el día arrastrándome, recuperándome sólo a media tarde... Y no ha habido ninguna mejora en cuanto a sentir más placer. Ni siquiera creo que llegue a completar la caja de pastillas. Volveré para que me receten lo de siempre.

Lo siento mucho si he hecho daño a alguien, porque no lo pretendo. No me encuentro bien para iniciar una aventura en serio. Quizá sea mi anhedonia; quizá sean más cosas como mi miedo al cambio. Agradezco ver que hay buenas personas en el mundo y estaré encantado de encontrar amistad, compartir momentos agradables, vivir experiencias... No creo estar preparado para algo más profundo. Digan lo que digan, el sexo es algo importante y privar de ello a una relación es un duro golpe. No quiero cargar a nadie con este problema.

Sólo me queda reiterar desde aquí que disfruten todo lo posible, porque nunca se sabe si en algún momento ese placer va a desaparecer. Las cosas no se suelen apreciar mientras se tienen, sino cuando se pierden.

En mi caso, una vez probado el camino de intentar sentir algo sin conseguirlo, me queda otro camino por probar: olvidarme un poco del tema y diversificar mis actividades, buscando otros intereses que llenen mi vida.

jueves, 21 de abril de 2011

Estoy Que No Me Aguanto

Hace mucho que no escribo por aquí. No encontraba una razón clara para escribir. Creo que tengo un ovillo de sentimientos completamente liados unos con otros, cada vez más complicado y no hay forma de desentrelazarlos. Pero por algún sitio tengo que empezar a tirar del hilo, y ojalá al menos me sirva para desenredar una parte. Esto va a ser destructivo conmigo y con otros, y probablemente durante varias entradas.

Hay algo que aflora bastante estos días: rabia. Me siento mal, enrabietado con cientos de cosas. Ahora mismo ha aflorado con fuerza: mis vecinos me tienen hasta los cojones. No lo puedo decir de otra forma. No entiendo como a alguien le puede alegrar tanto que un equipo de millonarios gane un trofeo de fútbol por encima de otro equipo de millonarios. Ni por qué esa necesidad de llamar hijosdeputa a los del otro equipo, ni gritar, ni dar palmas, ni saltar como loco, cantando "hemos ganado la copa, qué alegría". No lo entiendo.

Y no son los únicos: en el barrio ya andan tirando cohetes, saliendo a la calle a dar vueltas con el coche, pitando y celebrándolo.

La verdad, me daría igual que celebrasen lo que les salga del nabo, pero es que no puedo. Me cabrea vivir entre estas paredes de papel donde todo se oye, desde el más pequeño susurro, así que no digo nada cómo es con los gritos, los saltos, los cánticos... Y para hacerlo más interesante, la estúpida de arriba caminando con zapatos de tacón todo el puto día (y la noche cuando quiere también), aunque ya le pedí por favor que se moderase, que molestaba mucho. Sigue igual o peor, porque ahora diversifica: cuando le peta el coño, se pone a cantar ópera, a hacer sus clases de aerobic saltando, a gritarle al perro, o lo último: tocar los bongos.

Les da igual, la gente es feliz con sus mierdas y les importa un pito si molestan a los demás. Hace poco tuve que estudiar y todavía no sé cómo aprobé; desde luego no fue gracias al silencio en casa ni en la academia. Por mucho autocontrol que utilizo, viendo el egoísmo que gasta todo el mundo, hay días que iría repartiendo ostias con la mano abierta a todo el que se pusiese en mi camino. Lo malo es que sé que no me desahogaría ni serviría de nada útil. Y me aguanto, y me aguanto... Y así, cuando algún día exploto con alguien, no tengo medida. Quiero la Destrucción Total. A tomar por culo todo.

Para calmarme intento pensar que todo podría ser mucho peor, intento apreciar lo que tengo, pero no me siento satisfecho. Quiero cambiar y sé que va a ser difícil y que va a ser necesario dar pasos complicados para los que no sé si estoy preparado.

Joder, y qué envidia me dan, sintiendo esa felicidad, desconectando así de los problemas del mundo. Qué envidia les tengo, porque yo no siento esa pasión por nada ni por nadie. Me siento desconectado, pero del resto del mundo. No me siento integrado. Me siento un bicho raro. Me siento mal por sentirme enrabietado. Unas cosas me llevan a otras, y ninguna productiva.

Hablando de producir, ahora mismo no sé qué hacer con este blog ni con lo demás, ni con muchas cosas. Si esto no es la crisis de los 40 a los 38, poco le debe faltar.

Continuará...