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domingo, 22 de agosto de 2010

Cuando Llegue El Día



El cansancio me invade, pero el sueño me elude.

Vuelta.

Aunque estoy destapado y en ropa interior, hace demasiado calor.

Sudo.

Vuelta.

Entra aire por la ventana. El sudor anterior se enfría desagradablemente. Me tapo con la sábana.

Vuelta.

Otra vez tengo calor. Vuelvo a sudar. Me vuelvo a destapar.

Vuelta...

Resoplo, me levanto y voy al baño por segunda vez, raro en mí. Es la tercera noche seguida que duermo mal. Estoy acostumbrado a dormir solo, pero no hay suficientes camas en esta casa. Ya sabía a lo que venía. Mi compañero duerme a pierna suelta, a juzgar por los sonoros ronquidos que emite continuamente. Envidio su suerte. Me planteo si despertarle, más que nada por fastidiar y porque sepa lo que jode. Me siento en la cama. Ya no sé qué hacer.

Miro por la ventana. Una espesa negrura lo invade todo, rota por las luces a unos cientos de metros. Los coches, precedidos por sus burbujas de luz blanquecinas, no cesan de moverse en toda la noche. Me pregunto a dónde irán a esas horas, y me imagino que se están divirtiendo más que yo, de bar en bar, de fiesta en fiesta por la zona.

Poco a poco la fatiga se va apoderando de mí. Vuelvo a la cama. Cuando llegue el día, me fengaré y promablebente ya... nno... zzzzzz.

Prueba Visual De Enfermedades Psicológicas

Por lo que decían en el sitio donde lo leí, esto era bastante popular en los blogs rusos últimamente:



Lo que se ve, se dice que es una prueba inicial filtrada desde el ejército ruso. He aquí la traducción: "Seis preguntas que ayudan a identificar cualquier enfermedad psicológica oculta que los jóvenes soldados puedan tener. Si el soldado no puede ver el número en uno de los 6 círculos en la foto de la prueba, es probable que padezca:

  • No puede ver el círculo 1: Agresividad alta, tendencia a ser conflictivo. Se recomienda que haga más ejercicio físico y duchas frías.
  • No puede ver el círculo 2: Habilidades intelectuales posiblemente por debajo de la media. No debe trabajar con equipos sofisticados.
  • No puede ver el círculo 3: Posible libertinaje. El soldado debería recibir una ración mayor; debería tener más tareas de actividad física; no debe estar relacionado con suministros de comida, etc.
  • No puede ver el círculo 4: Posible inclinación a la violencia. Puede ser asignado como un líder de su unidad, ya que puede mantener la disciplina.
  • No puede ver el círculo 5: Posible homosexualidad latente. Puede tener ligeros impulsos de atracción descontrolada por el mismo sexo.
  • No puede ver el círculo 6: Posible tendencia esquizofrénica. Se requiere inspección adicional.

Cada soldado debería pasar la prueba antes de obtener destino, de acuerdo con la orden #2299.

(visto en osogrande2.tumblr.com [página no apta para leer en el trabajo]).

Ya Toca La Depre Post-Vacacional

Y es que nada más llegar de vuelta a casa, me sentí mal. La sensación era como tristeza, aflicción, una especie de opresión en el pecho como si quisiese llorar. Además, noté el cambio porque no llegué a casa directamente del viaje, sino que pasé una noche más en casa de un amigo, para poder ayudarle con el equipaje y otras cosas. Pero cuando él me trajo a casa y se marchó, el sentimiento fue bastante repentino.

Intento mantenerme ocupado, ya que cuando pienso en ello, como ahora escribiendo estas líneas, me siento peor. Las principales razones que intuyo son dos: haberme quedado "solo" de nuevo después de quince días y el próximo retorno a la rutina del trabajo. Yo creo que me pasa siempre al final de las vacaciones y es una circunstancia superable.

En cuanto a lo de quedarme solo, en realidad no es así, puesto que tengo a mis padres, puedo llamar a algún amigo "de los de toda la vida", etc... El problema es que no me apetece: debo ser gilipollas, pero no me siento completamente a gusto con ellos. No soy capaz de disfrutar de lo que me ofrecen. Siempre he sido muy introvertido, me he tragado todos mis problemas. Y ahora que puedo explicarlos, no siento la misma comodidad con todo el mundo.

Parte de este sentimiento está provocado porque estos días prácticamente he hecho lo que me venía en gana (aunque bueno, ha habido sus honrosas excepciones) y ahora siento que vuelvo a la rutina y me faltan cosas. Por suerte, esto también se convertirá en el acicate para no quedarme parado y continuar siendo activo.

La última razón para sentirme así es la falta de compañía. Pero no de cualquiera, sino alguien especial. Así que habrá que seguir en la brecha y continuar la búsqueda.

martes, 3 de agosto de 2010

Error o Casualidad

Llevaba 5 semanas salteadas yendo a la consulta de la psicóloga privada los miércoles. Una de las primeras veces, además, coincidió la consulta inicial en la SS con una de la privada el mismo día. La verdad es que me llevé un chasco al comprobar que en la SS no me habían dirigido a un psiquiatra como yo quería. Ella me comentó que un psiquiatra me diría exactamente lo mismo. Pero yo en este caso creo que lo que necesito es un médico. He estado acudiendo a estas consultas de psicología de mala gana, por no encontrar otra salida.

En la primera consulta de la SS se dedicó a sembrar mi cabeza de dudas. Aun así, me llevé una impresión algo mejor que en la privada. Quizá el no tener que pagar influía en mi visión. Me dijo que si quería seguir adelante, concertábamos una entrevista otro día y estuve de acuerdo. Mi idea era dejar en algún momento la consulta privada y centrarme en la pública.

Pasó más de un mes y por fin llegó el día de la segunda visita en la SS. O al menos eso creía yo. Le dije a mi jefe que me iba al médico y me fui al ascensor. Mientras tanto, busqué la cartilla de las citas y vi "29 de junio, 10:30h". ¿Cómo? ¡Mierda, no puede ser! Miré el reloj: miércoles 30 de junio. El ascensor llegó abajo. Sin salir, pulsé de nuevo el botón de mi planta y volví para arriba. "La cagué: la consulta era ayer. Con tanta cita médica, se me ha pasado" -dije al entrar. Me senté y seguí trabajando.

Me sentía culpable por no haber podido llamar para cancelar la cita y que hubiera acudido alguien que lo necesitase. Saqué la cartilla. Venían cuatro números de teléfono consecutivos para llamar al centro de salud. Marqué cada uno de ellos, pero no me descolgaron. Entonces lo dejé. Dejando aparte de la culpabilidad, me sentía aliviado. No me apetecía nada tener que ir a otra psicóloga. Mi cabeza había decidido perder el hilo de la consulta y se me había pasado. ¿Habrá sido por error, o aposta aunque de forma inconsciente?

De momento he decidido dejar así el tema mental. Aunque no siento casi nada de placer sexual, no lo he dejado pasar; a veces lo vuelvo a intentar si surge la ocasión. Sigo sin sentir nada más, aunque a veces intento hacer los ejercicios, u olvidarme un poco del sexo.

Hasta después del verano no tengo ninguna cita médica, ni ganas. Me voy a pirar de viaje quince días, y espero desconectar del trabajo, aunque no creo que pueda desconectar de lo otro. Por suerte, hay otras cosas en la vida; por desgracia, esto me afecta bastante aunque intente evitarlo.