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martes, 28 de octubre de 2008

Pruebas Médicas Desagradables

ATENCION: ARTICULO DESAGRADABLE. SI ERES APRENSIVO NO LO LEAS.

Llevo unos días bastante tenso. Tuve un accidente haciendo "guarreridas sesuales" con mi pareja... Está claro que ni siquiera importa si es estable, si tienes la mala suerte de tu lado. Aunque siempre utilizo preservativo si hay penetración, hubo un rato que me lo quité, porque estaba intentando penetrar pero se me acabó bajando la erección. Más adelante me volví a colocar el mismo preservativo y seguramente me entró suciedad o aire. Seguí intentando el tema pero no había manera. El sexo anal nunca ha sido lo mío en ninguno de los sentidos, pero a veces se intenta complacer al compañero aunque no se trate de una práctica agradable, para qué él disfrute.

Tres días después del incidente, comenzó a dolerme cuando iba a mear, sobre todo al inicio de la micción. El dolor estaba bastante localizado a poca distancia del orificio de salida. Enseguida comprendí que había pillado algo y pedí cita con el médico, al que no pude ir hasta pasados dos días más. Le expliqué a mi doctora lo que me pasaba y me preguntó si había tenido alguna relación de riesgo. Le conté lo que había pasado, me examinó (para entonces se me veía la uretra inflamada y bastante cerrada) y después de mirar el vademécum un rato, me recetó unos antibióticos, me solicitó una prueba de orina y una muestra del exudado uretral para descartar las ETS más comunes.

El nombre de la prueba ya me sonaba fatal. Intenté tomármelo a coña pensando "exudado uretral: me suda la polla", pero mi preocupación no disminuyó a pesar de las risas nerviosas que traté de echarme en casa.

La toma de la muestra (el exudado uretral) al día siguiente en el hospital fue muy desagradable. En la consulta había dos enfermeras. Me mandaron bajarme la ropa y sentarme en el sillón. Observé la larga varilla con una terminación más ancha (supongo que de algodón) con la que tenían que tomarme la muestra. Aparté la vista. Sentí cómo intentaba introducirla por mi uretra; le costó bastante porque la tenía muy cerrada por la inflamación. Intentaba no quejarme, pero era imposible. Después de bastante forcejeo la volvió a sacar, dijo "ya está" y cuando estaba a punto de levantarme, me dijo que no, que ya estaba la primera, pero que faltaba una segunda muestra. Repitió el proceso. En total fueron un par de minutos como mucho, aunque la tortura los hace largos.

Pasaron dos semanas y volví al médico para ver los resultados de los análisis. Me comunicó que ninguna de las pruebas, ni siquiera el análisis de orina, había dado un resultado evaluable. La doctora me preguntó qué tal estaba y si le había comentado a mi pareja el tema. Le dije que me encontraba bien y que sí, se lo había dicho y él no tenía ningún síntoma. Me comentó que con los antibióticos que me había mandado, en principio estaría solucionado, pero que prefería repetirme las pruebas para quedarse más tranquila. Acepté, aunque estuve de acuerdo con ella en que era muy doloroso.

Al día siguiente me escapé un rato del trabajo para volver al hospital. Las enfermeras que había eran otras y la que me tocó no se anduvo con chiquitas: Casi no me había dado tiempo a apartar la vista cuando introdujo la varilla con bastante rapidez y la removió allí dentro antes de extraerla. Después hizo lo mismo con la segunda. No pude contener mis exclamaciones de dolor. Luego me entregó el resguardo para recoger los resultados. Me despedí y salí de allí. Pasé por la puerta de la sala donde debía pedir el justificante médico para el trabajo, pero había tanta gente que no me molesté en esperar y fui a buscar mi coche.

Volví al trabajo. Lo peor de todo fue el estado de ansiedad con el que me quedé; estuve todo el día bastante obsesionado mentalmente con el tema. No me podía sacar de la mente la imagen de lo que había pasado y eso que ni siquiera miré, porque no hubiera podido hacerlo, pero el dolor, la sensación de que me rasgaba por dentro, mi angustia... Mi control mental me falló por completo. No podía dejar de pensar en ello aunque ya había pasado y no rendí mucho ese día. Fui a mear varias veces con dolores. La primera vez incluso vi unas gotas de sangre. La "tía mujer" me llegó a hacer herida por dentro.

Llevo unas semanas entre médicos, fisioterapeutas y chorradas varias que no paro, no puedo parar y querría quedarme en casa descansando o distraerme de alguna forma. Esta misma semana tengo otra revisión médica y espero no encontrarme tan mal, sino lo mismo me da por saltármela después de haber esperado a que llegase. Estoy un pelín agobiado por los acontecimientos... Ya iré comentando más por aquí. Sé que si no me obligo un poco, nunca me pondría a escribir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola que tal? losiento qeria hacerte una pregunta,no pued ser un contagio de vih? gracias un saludo y losiento

Anónimo dijo...

qq

redondeado dijo...

Anónimo: Pues va a ser que no, yo estoy sano ¿Por qué lo dices? ¿Eres seropositivo y no tienes sensaciones? Un saludo.