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martes, 3 de agosto de 2010

Error o Casualidad

Llevaba 5 semanas salteadas yendo a la consulta de la psicóloga privada los miércoles. Una de las primeras veces, además, coincidió la consulta inicial en la SS con una de la privada el mismo día. La verdad es que me llevé un chasco al comprobar que en la SS no me habían dirigido a un psiquiatra como yo quería. Ella me comentó que un psiquiatra me diría exactamente lo mismo. Pero yo en este caso creo que lo que necesito es un médico. He estado acudiendo a estas consultas de psicología de mala gana, por no encontrar otra salida.

En la primera consulta de la SS se dedicó a sembrar mi cabeza de dudas. Aun así, me llevé una impresión algo mejor que en la privada. Quizá el no tener que pagar influía en mi visión. Me dijo que si quería seguir adelante, concertábamos una entrevista otro día y estuve de acuerdo. Mi idea era dejar en algún momento la consulta privada y centrarme en la pública.

Pasó más de un mes y por fin llegó el día de la segunda visita en la SS. O al menos eso creía yo. Le dije a mi jefe que me iba al médico y me fui al ascensor. Mientras tanto, busqué la cartilla de las citas y vi "29 de junio, 10:30h". ¿Cómo? ¡Mierda, no puede ser! Miré el reloj: miércoles 30 de junio. El ascensor llegó abajo. Sin salir, pulsé de nuevo el botón de mi planta y volví para arriba. "La cagué: la consulta era ayer. Con tanta cita médica, se me ha pasado" -dije al entrar. Me senté y seguí trabajando.

Me sentía culpable por no haber podido llamar para cancelar la cita y que hubiera acudido alguien que lo necesitase. Saqué la cartilla. Venían cuatro números de teléfono consecutivos para llamar al centro de salud. Marqué cada uno de ellos, pero no me descolgaron. Entonces lo dejé. Dejando aparte de la culpabilidad, me sentía aliviado. No me apetecía nada tener que ir a otra psicóloga. Mi cabeza había decidido perder el hilo de la consulta y se me había pasado. ¿Habrá sido por error, o aposta aunque de forma inconsciente?

De momento he decidido dejar así el tema mental. Aunque no siento casi nada de placer sexual, no lo he dejado pasar; a veces lo vuelvo a intentar si surge la ocasión. Sigo sin sentir nada más, aunque a veces intento hacer los ejercicios, u olvidarme un poco del sexo.

Hasta después del verano no tengo ninguna cita médica, ni ganas. Me voy a pirar de viaje quince días, y espero desconectar del trabajo, aunque no creo que pueda desconectar de lo otro. Por suerte, hay otras cosas en la vida; por desgracia, esto me afecta bastante aunque intente evitarlo.

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