Hay quien me dice que me paso la vida pidiendo perdón, pero es que me cabrea lo que otras personas puedan haber pensado indebidamente de mí, por no haber sabido capear correctamente las circunstancias en el momento. Ojalá por pedir perdón consiguiese volver a encauzar algunas de las situaciones que se estropearon en mi vida, aunque eso es prácticamente imposible. Es difícil que los afectados lean esto y aunque así fuera, la situación no cambiaría. Eso está reservado a los guiones peliculeros. Pero al menos quiero volcar mis pensamientos aquí, en mi pequeño rincón particular.
Me doy cuenta de que la mayoría de estas peticiones de perdón están centradas en El Tema, pero creo que es debido a cómo me siento ahora. No poder sentir el placer de antes me ha cambiado. Sentirme excitado pero no poder consumar me ha afectado en lo más profundo de mi personalidad. Creo que ya no soy un hombre completo. Siempre he creido que tener una pareja sería preferible a vivir solo, pero en las circunstancias actuales veo muy difícil plantearme nada.
Hay pocas personas que me han marcado en la vida. Me refiero a que por pocas personas he sentido una pasión tal que me obligaba a plantearme cambiar mi vida. Pero cuando llegaron esas ocasiones fue muy fuerte, unos flechazos que me colmaban de felicidad, aunque al poco tiempo me daba cuenta de que no funcionaría y me hundía bastante moralmente. De hecho, creo que desde que no funcionó con la persona con quien tuve planes más serios, no he levantado cabeza por completo. Y ya han pasado casi siete años, ahí es nada.
Quisiera pedir perdón a un hombre que tuve que abandonar porque no me gustaba cómo estaba evolucionando la situación. Yo hubiera continuado bajo ciertas condiciones, pero no bajo las que él me impuso. Me pareció demasiado egoísta por su parte cómo me quería controlar, con lo a gusto que yo estaba con él, esperando a verle cuando se acercaba por mi ciudad; siempre hubiera tenido un hueco para él, pero no, él lo quería todo aunque ya lo tenía por otra parte, aunque yo no tenía nada y él sí, quería más aún. Y aun así, si supiese que iba a aceptar mis condiciones y vernos más relajados sin sus presiones, le pediría perdón.
Quiero pedir perdón a aquellos que me hacían disfrutar tanto, con los que me hubiera gustado repetir de vez en cuando. Pero algo le pasó a mi cuerpo y no me he vuelto a atrever a llamarles, porque ya no disfruto. Les sigo deseando tanto... y no puedo hacer nada. Ojalá me entendiesen, comprendiesen por lo que estoy pasando y me perdonasen. Aunque me temo que para ellos puedo no haber significado nada... Para mí sí que fueron muy importantes y ahora que sé desenvolverme un poco mejor, no sirve de nada. Por favor, perdonadme. Si vuelvo a estar bien, os llamaré.
No lo necesito, pero podría pedir perdón a aquellos que tratan de acercarse a mí sin haber leído el breve texto de mis anuncios. Lo siento, chicos, es que no me atraen vuestros músculos torneados, vuestros cuerpos fibrados sin rastro de grasa, ni vuestros pollones largos y gordos como el cuello de un cantaor. De verdad que no entiendo lo que podéis haber visto en mí, vosotros que podríais escoger a quien os diese la gana. Perdonad, es que tengo unos gustos muy cerrados y definidos. Me gustan los hombres fornidos, velludos y maduretes. También me dan muchas calabazas, pero no me traumatizo por ello, símplemente lo acepto. Por muchas veces que insistáis, no voy a cambiar de opinión, yo soy "asín".
domingo, 31 de enero de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
Guardando Las Apariencias
Muchas noches tengo problemas para quedarme dormido, como si estuviese viviendo en otro huso horario... Me suelen dar entre las tres y las cuatro de la mañana, lo que me da demasiado tiempo para pensar y muchas veces tengo que levantarme a hacer algo, porque en la cama no consigo pegar ojo hasta que se acerca la hora.
Había oido hablar sobre "El juego de tu vida". Había visto algunas imágenes en algún programa de "zapping". El concurso de las preguntas indiscretas. El que acierta, se lleva un montón de pasta a costa de que sus familiares y conocidos se queden transtornados por descubrir sus secretos más oscuros. El que falla... bueno, supongo que tiene que ser muy duro quedar en evidencia encima de no llevarse un euro.
Nunca he sabido bien cómo funciona el concurso. Por lo que entiendo, a los concursantes les hacen 200 preguntas mientras los tienen enchufados a un polígrafo. Se toma como respuesta lo que diga la máquina y supongo que ahí está la incertidumbre... Porque si realmente la máquina supiese cuándo estás diciendo la verdad, con no mentir nunca todos los aspirantes se llevarían el premio ¿no?
Total que una de estas noches insomnes, me planté delante de la tele y apareció el concursito de marras. Yo no soy nada intuitivo, pero lo que vino a continuación me pareció tan predecible que no me podía creer que pudiera acertar tan plenamente. De todas formas, aparte de la falta de fiabilidad de los polígrafos, a veces se ha rumoreado de este concurso (y de otros programas) que algunos de los participantes no son más que actores, ya sean profesionales o no.
El concursante de la noche era un hombre de unos 60 años. Lo presentaron junto a sus acompañantes: su hermana, un amigo de unos 50 años (llamémosle "Gerardo") y la madre de éste último, de unos... n años. Eso tirando por lo bajo, si no eran más.
En cuanto los vi a todos, teniendo en cuenta la naturaleza escandalosa de las preguntas que suelen hacer, pensé: "Um, un hombre maduro, su hermana, un gordito tímido con bigote y su madre... Si no fuera porque no voy a acertar, diría que los caballeros están liados y ni la hermana ni la madre lo saben".
No recuerdo todos los detalles (a ver si en algún sitio encuentro el vídeo por casualidad) ni todas las preguntas que le hicieron, pero de todas formas lo curioso es que a todas respondió afirmativamente... Que digo yo que ya podrían preguntar en alguna ocasión lo contrario para que fuese más complicado... Porque eso de llevarse 10000 euros en media hora no lo consigo yo todos los días.
Entre pregunta y pregunta "oficiales", la presentadora comentaba con él algunos aspectos de su vida para que el público le conociera un poco mejor (debe ser para que no resalten tanto las cosas malas, digo yo). También se recordaba que en cualquier momento, los acompañantes pueden pulsar un botón si quieren que el concurso se detenga antes de que él dé alguna de las respuestas.
Al parecer este hombre, por lo que comentaban, había sido monje en su juventud y luego lo había dejado. También parece que era bastante culto y contaba que tenía una colección de no sé cuantos libros y blablabla. El caso es que el concurso comenzó y estas son algunas de las preguntas más o menos en el orden que salieron:
"¿Se considera usted un hombre de ideas conservadoras?". "Sí".
"¿Piensa que es superior en inteligencia a la gente de su entorno?". "Sí".
"¿En su trabajo ha comparado alguna vez a sus compañeros con monos que se masturban descontroladamente?". "Sí".
"¿Crees que tu hermana te trata de forma diferente a otros hermanos porque no estás casado ni tienes hijos?". "Sí".
A todo esto, en los intermedios iban enfocando a los familiares y les preguntaban cómo veían al concursante y si querían que continuase. Siempre dijeron que sí, a veces intentando disimular el poema de la cara (o eso me pareció a mí), otras con atisbos de nerviosismo (pero bastante controlado, o quizá sabían más o menos lo que iba a contestar) propios de los secretos que estaban siendo revelados... Que continuaron por la línea prevista:
"¿Sientes remordimientos después de tener relaciones sexuales?". "Sí".
"¿Te da asco ver por la calle a dos personas del mismo sexo besándose". "Sí".
"¿Si tu amigo Follardo desapareciera de tu vida sufrirías mucho?". "Sí. Oye, que mi amigo se llama Gerardo". "Ah si, ¿en qué estaría pensando yo? Continuamos".
"¿Ocultas a tu familia una relación que dura ya varios años?". "Sí".
"¿Ocultas esa relación porque se trata de un hombre". "Sí".
"¿Mantienes una relación sentimental desde hace ocho años con Gerardo?". "Sí".
"¿Has contribuido a que más de un hombre incumpla su compromiso de fidelidad a su pareja?". "Sí".
En ese momento quedaban las dos últimas fases por jugar (dos preguntas en la penúltima y la pregunta final de la última fase). Pero el concursante decidió plantarse para no perder lo que había acumulado. Total que al final ¿qué resultó? Pues que el hombre se llevó 10000 euros en media hora, a cambio de salir del armario en directo delante de toda la audiencia y de la madre de su novio.
Hay que tener en cuenta que las preguntas se van haciendo más "duras" según se van avanzando fases. ¿Qué le habrían preguntado en las últimas fases?...
**** Ponga aquí su música de misterio favorita ****
Había oido hablar sobre "El juego de tu vida". Había visto algunas imágenes en algún programa de "zapping". El concurso de las preguntas indiscretas. El que acierta, se lleva un montón de pasta a costa de que sus familiares y conocidos se queden transtornados por descubrir sus secretos más oscuros. El que falla... bueno, supongo que tiene que ser muy duro quedar en evidencia encima de no llevarse un euro.
Nunca he sabido bien cómo funciona el concurso. Por lo que entiendo, a los concursantes les hacen 200 preguntas mientras los tienen enchufados a un polígrafo. Se toma como respuesta lo que diga la máquina y supongo que ahí está la incertidumbre... Porque si realmente la máquina supiese cuándo estás diciendo la verdad, con no mentir nunca todos los aspirantes se llevarían el premio ¿no?
Total que una de estas noches insomnes, me planté delante de la tele y apareció el concursito de marras. Yo no soy nada intuitivo, pero lo que vino a continuación me pareció tan predecible que no me podía creer que pudiera acertar tan plenamente. De todas formas, aparte de la falta de fiabilidad de los polígrafos, a veces se ha rumoreado de este concurso (y de otros programas) que algunos de los participantes no son más que actores, ya sean profesionales o no.
El concursante de la noche era un hombre de unos 60 años. Lo presentaron junto a sus acompañantes: su hermana, un amigo de unos 50 años (llamémosle "Gerardo") y la madre de éste último, de unos... n años. Eso tirando por lo bajo, si no eran más.
En cuanto los vi a todos, teniendo en cuenta la naturaleza escandalosa de las preguntas que suelen hacer, pensé: "Um, un hombre maduro, su hermana, un gordito tímido con bigote y su madre... Si no fuera porque no voy a acertar, diría que los caballeros están liados y ni la hermana ni la madre lo saben".
No recuerdo todos los detalles (a ver si en algún sitio encuentro el vídeo por casualidad) ni todas las preguntas que le hicieron, pero de todas formas lo curioso es que a todas respondió afirmativamente... Que digo yo que ya podrían preguntar en alguna ocasión lo contrario para que fuese más complicado... Porque eso de llevarse 10000 euros en media hora no lo consigo yo todos los días.
Entre pregunta y pregunta "oficiales", la presentadora comentaba con él algunos aspectos de su vida para que el público le conociera un poco mejor (debe ser para que no resalten tanto las cosas malas, digo yo). También se recordaba que en cualquier momento, los acompañantes pueden pulsar un botón si quieren que el concurso se detenga antes de que él dé alguna de las respuestas.
Al parecer este hombre, por lo que comentaban, había sido monje en su juventud y luego lo había dejado. También parece que era bastante culto y contaba que tenía una colección de no sé cuantos libros y blablabla. El caso es que el concurso comenzó y estas son algunas de las preguntas más o menos en el orden que salieron:
"¿Se considera usted un hombre de ideas conservadoras?". "Sí".
"¿Piensa que es superior en inteligencia a la gente de su entorno?". "Sí".
"¿En su trabajo ha comparado alguna vez a sus compañeros con monos que se masturban descontroladamente?". "Sí".
"¿Crees que tu hermana te trata de forma diferente a otros hermanos porque no estás casado ni tienes hijos?". "Sí".
A todo esto, en los intermedios iban enfocando a los familiares y les preguntaban cómo veían al concursante y si querían que continuase. Siempre dijeron que sí, a veces intentando disimular el poema de la cara (o eso me pareció a mí), otras con atisbos de nerviosismo (pero bastante controlado, o quizá sabían más o menos lo que iba a contestar) propios de los secretos que estaban siendo revelados... Que continuaron por la línea prevista:
"¿Sientes remordimientos después de tener relaciones sexuales?". "Sí".
"¿Te da asco ver por la calle a dos personas del mismo sexo besándose". "Sí".
"¿Si tu amigo Follardo desapareciera de tu vida sufrirías mucho?". "Sí. Oye, que mi amigo se llama Gerardo". "Ah si, ¿en qué estaría pensando yo? Continuamos".
"¿Ocultas a tu familia una relación que dura ya varios años?". "Sí".
"¿Ocultas esa relación porque se trata de un hombre". "Sí".
"¿Mantienes una relación sentimental desde hace ocho años con Gerardo?". "Sí".
"¿Has contribuido a que más de un hombre incumpla su compromiso de fidelidad a su pareja?". "Sí".
En ese momento quedaban las dos últimas fases por jugar (dos preguntas en la penúltima y la pregunta final de la última fase). Pero el concursante decidió plantarse para no perder lo que había acumulado. Total que al final ¿qué resultó? Pues que el hombre se llevó 10000 euros en media hora, a cambio de salir del armario en directo delante de toda la audiencia y de la madre de su novio.
Hay que tener en cuenta que las preguntas se van haciendo más "duras" según se van avanzando fases. ¿Qué le habrían preguntado en las últimas fases?...
**** Ponga aquí su música de misterio favorita ****
sábado, 2 de enero de 2010
Pruebas Médicas Desagradables III
ATENCIÓN: ESTE ARTÍCULO PUEDE RESULTAR DESAGRADABLE. SI ERES APRENSIVO NO LO LEAS.
Menuda racha llevo... y lo que me queda, puesto que de momento no me han dado ninguna solución y todavía me van a hacer más pruebas, aunque todavía no tocan, así que habrá que aguantar unos meses ante la previsión de ellas.
Como comenté anteriormente, el día 1 de diciembre después de verme el urólogo (otro diferente), al que tuve que volver a explicarle todo, me hicieron dos resonancias magnéticas el día 3 (unos 40 minutos metido en el tubo, bastante agobiante si no consigues relajarte). Luego el día 9 me hicieron el estudio urodinámico. Qué tortura. Como adelanté en el anterior capítulo de la saga (y ahora puedo confirmar en detalle), el estudio urodinámico consta de los siguientes pasos:
En cuanto al antibiótico (ciprofloxacino) que tenía que tomar por hacerme el sondaje, en esta ocasión no noté ningún aumento de las sensaciones como me ocurrió hace algo más de un año. Si bien es cierto que en aquella ocasión fue ofloxacino y además me mandaron un par de comprimidos de azitromicina, para destruir causantes de una posible ETS. Por tanto, ya tengo otra duda más: ¿por qué experimenté esa pequeña mejoría?
Por otra parte, esta vez había tenido bastante suerte con las pruebas y la nueva cita médica, porque es rarísimo que en este hospital no tengas meses de espera. Así que el día 21 volví a la consulta del urólogo (otro diferente, y ya no sé cuántos van). Tuve que volver a explicarle todo: que en principio fui porque había dejado de tener sensaciones sexuales, que no sentía el orgasmo pero tenía erecciones y eyaculaba. Que también había notado dificultades para orinar y lo estaban viendo. El tío se encogió de hombros con respecto al tema sexual, como lo hacen todos, y se centró en el tema urinario.
Me comentó que orino fatal, como una persona de 70 años. Le dije que sí, que esto había empeorado desde mis operaciones, pero que no tenía ni idea de si tendrían que ver. A él le extrañó, porque dice que el lugar donde se hacen esas operaciones está muy alejado del sistema urinario (ya no mencionaba para nada lo otro). Le pregunté si se había visto algo en las resonancias y... Ni siquiera se había dado cuenta de que estaban ahí en mi historial. Echó un vistazo a la pantalla, aunque no sé si estaba mirando las imágenes o les habría llegado simplemente un informe de las personas que me hicieron las pruebas. Le comenté además que me habían llamado del hospital para volver a hacerme otra resonancia el día 30.
Le extrañó lo de esas pruebas, me preguntó quién me las había mandado y le dije que ellos mismos, el equipo de urología, pero otros médicos. Que cada vez que acudo, me ve una persona diferente y no sé cómo me van a controlar así. Me dijo que eso daba igual, que cualquiera del equipo podía verme. Que tenían que averiguar por qué orinaba tan mal, así que tendrían que hacerme más pruebas.
"Vamos a hacerte una cistoscopia"- dijo. Se me escapó un "no, por favor". Me preguntó qué ocurría y le dije que sabía en qué consistía la prueba, y que si ponerme una sonda me había dolido, no me quería imaginar lo que debía ser meter una cámara por la uretra. Intentó tranquilizarme, diciéndome que se pone anestesia local, que sólo es un poco molesto y que era necesario para el diagnóstico. Además me recetó "omnic ocas" para ayudar a la micción hasta que me hicieran las pruebas. Me comentó que era posible que disminuyese la cantidad de eyaculación, ya que el medicamento a veces producía eyaculación retrógrada, pero que no me preocupase.
Bajé a pedir citas y me dieron a mediados de abril para las pruebas y en mayo para la consulta. Menos mal que me habían puesto "preferente" en la solicitud, que sino seguro me tocaría esperar otro año completo.
El día 30 fui a hacerme la otra resonancia, que al final debieron ser dos o tres seguidas, puesto que noté las pausas y estuve en el tubo cerca de una hora. Salí con un dolor de brazos y hombros tremendo, debido a la mala postura en la que estuve sin moverme, y todavía la doctora se quejaba de que al final, cuando ya había terminado la prueba y estaban examinándola, me había visto moverme mucho. Le comenté que me dolía todo de la mala postura y aún me contestó: "ya, pero modificas la posición del cuerpo". Y yo pensé "Ya, claro, tendrías que volver a recalibrar la máquina o algo". Pero me callé porque la prueba ya había terminado, aunque si me hubieran dicho de seguir, hubiera sido imposible. A día de hoy todavía me duele el hombro derecho. Probablemente se me ha vuelto a avivar una tendinitis que suelo tener medio dormida.
Pues nada, en esas estamos de momento. Creo que voy a intentar ir a un neurólogo (me lo recomendó un urólogo privado en septiembre) o a un psiquiatra (recomendado por el penúltimo urólogo). Sigo pensando que no es psicológico, pero creo que me podrían ayudar si doy con el profesional adecuado, puesto que parte de mis sospechas recaen en cómo el sistema nervioso está enviando o decodificando erróneamente las señales del placer. Es por Deformación profesional: pensar siempre en términos similares a los de tu profesión.
Menuda racha llevo... y lo que me queda, puesto que de momento no me han dado ninguna solución y todavía me van a hacer más pruebas, aunque todavía no tocan, así que habrá que aguantar unos meses ante la previsión de ellas.
Como comenté anteriormente, el día 1 de diciembre después de verme el urólogo (otro diferente), al que tuve que volver a explicarle todo, me hicieron dos resonancias magnéticas el día 3 (unos 40 minutos metido en el tubo, bastante agobiante si no consigues relajarte). Luego el día 9 me hicieron el estudio urodinámico. Qué tortura. Como adelanté en el anterior capítulo de la saga (y ahora puedo confirmar en detalle), el estudio urodinámico consta de los siguientes pasos:
- Primero te hacen una flujometría: miden la velocidad y cantidad de orina que meas, pero en este caso en una micción normal. Es decir, que hay que ir con las "ganas normales" de orinar, ni demasiadas ganas, ni demasiado pocas, porque sino no sirve. En la flujometría que me hicieron anteriormente tuve que ir con todas las ganas posibles.
- Después, te introducen una sonda por el culete, sin besarte antes ni nada. A tomar por saco el romanticismo. No es que me apasionase la idea, pero dadas las circunstancias, pensé que era uno de los pasos más sencillos.
- Luego viene la introducción de otra sonda por la uretra. Para mí esta fue la mayor tortura. No sé si es que tengo el orificio de la uretra muy estrecho, pero al igual que en la ocasión anterior, fue bastante doloroso. El pobre ATS, que es muy majo, se agobió un poco al verme sufrir. Según comentaba él, durante el paso de la sonda se siente escozor, incomodidad... Pero yo ya me imaginaba lo que ocurriría por haber experimentado antes algo similar en el "Capítulo I", cuando me tomaron las muestras de la uretra en 2008. Una vez pasada la sonda, te aseguran todos los cables con esparadrapos y tal, para que no se salga nada.
- Entonces comienzan a llenarte la vejiga lentamente con líquido estéril a través de la sonda y te van pidiendo que tosas de vez en cuando para comprobar si vas teniendo ganas de orinar. Creo que también se va comprobando la presión a través de la sondas. Cuando llegas aproximadamente a la cantidad de líquido que tenías antes, se detienen.
- Después, con las sondas todavía puestas, hay que orinar el líquido que te han introducido. Me costó un puñao hacerlo, iba muy lento, pero si ya me cuesta de forma normal, con un tubo obstruyendo el orificio de salida, no te digo na'.
- Por último, te sacan las sondas (desagradable, pero un alivio), te quitan los esparadrapos (cuasi-depilación) y otra vez sin que te den un beso de despedida ni nada, te vas.
En cuanto al antibiótico (ciprofloxacino) que tenía que tomar por hacerme el sondaje, en esta ocasión no noté ningún aumento de las sensaciones como me ocurrió hace algo más de un año. Si bien es cierto que en aquella ocasión fue ofloxacino y además me mandaron un par de comprimidos de azitromicina, para destruir causantes de una posible ETS. Por tanto, ya tengo otra duda más: ¿por qué experimenté esa pequeña mejoría?
Por otra parte, esta vez había tenido bastante suerte con las pruebas y la nueva cita médica, porque es rarísimo que en este hospital no tengas meses de espera. Así que el día 21 volví a la consulta del urólogo (otro diferente, y ya no sé cuántos van). Tuve que volver a explicarle todo: que en principio fui porque había dejado de tener sensaciones sexuales, que no sentía el orgasmo pero tenía erecciones y eyaculaba. Que también había notado dificultades para orinar y lo estaban viendo. El tío se encogió de hombros con respecto al tema sexual, como lo hacen todos, y se centró en el tema urinario.
Me comentó que orino fatal, como una persona de 70 años. Le dije que sí, que esto había empeorado desde mis operaciones, pero que no tenía ni idea de si tendrían que ver. A él le extrañó, porque dice que el lugar donde se hacen esas operaciones está muy alejado del sistema urinario (ya no mencionaba para nada lo otro). Le pregunté si se había visto algo en las resonancias y... Ni siquiera se había dado cuenta de que estaban ahí en mi historial. Echó un vistazo a la pantalla, aunque no sé si estaba mirando las imágenes o les habría llegado simplemente un informe de las personas que me hicieron las pruebas. Le comenté además que me habían llamado del hospital para volver a hacerme otra resonancia el día 30.
Le extrañó lo de esas pruebas, me preguntó quién me las había mandado y le dije que ellos mismos, el equipo de urología, pero otros médicos. Que cada vez que acudo, me ve una persona diferente y no sé cómo me van a controlar así. Me dijo que eso daba igual, que cualquiera del equipo podía verme. Que tenían que averiguar por qué orinaba tan mal, así que tendrían que hacerme más pruebas.
"Vamos a hacerte una cistoscopia"- dijo. Se me escapó un "no, por favor". Me preguntó qué ocurría y le dije que sabía en qué consistía la prueba, y que si ponerme una sonda me había dolido, no me quería imaginar lo que debía ser meter una cámara por la uretra. Intentó tranquilizarme, diciéndome que se pone anestesia local, que sólo es un poco molesto y que era necesario para el diagnóstico. Además me recetó "omnic ocas" para ayudar a la micción hasta que me hicieran las pruebas. Me comentó que era posible que disminuyese la cantidad de eyaculación, ya que el medicamento a veces producía eyaculación retrógrada, pero que no me preocupase.
Bajé a pedir citas y me dieron a mediados de abril para las pruebas y en mayo para la consulta. Menos mal que me habían puesto "preferente" en la solicitud, que sino seguro me tocaría esperar otro año completo.
El día 30 fui a hacerme la otra resonancia, que al final debieron ser dos o tres seguidas, puesto que noté las pausas y estuve en el tubo cerca de una hora. Salí con un dolor de brazos y hombros tremendo, debido a la mala postura en la que estuve sin moverme, y todavía la doctora se quejaba de que al final, cuando ya había terminado la prueba y estaban examinándola, me había visto moverme mucho. Le comenté que me dolía todo de la mala postura y aún me contestó: "ya, pero modificas la posición del cuerpo". Y yo pensé "Ya, claro, tendrías que volver a recalibrar la máquina o algo". Pero me callé porque la prueba ya había terminado, aunque si me hubieran dicho de seguir, hubiera sido imposible. A día de hoy todavía me duele el hombro derecho. Probablemente se me ha vuelto a avivar una tendinitis que suelo tener medio dormida.
Pues nada, en esas estamos de momento. Creo que voy a intentar ir a un neurólogo (me lo recomendó un urólogo privado en septiembre) o a un psiquiatra (recomendado por el penúltimo urólogo). Sigo pensando que no es psicológico, pero creo que me podrían ayudar si doy con el profesional adecuado, puesto que parte de mis sospechas recaen en cómo el sistema nervioso está enviando o decodificando erróneamente las señales del placer. Es por Deformación profesional: pensar siempre en términos similares a los de tu profesión.
viernes, 11 de diciembre de 2009
No Es Para Mí
Hace tiempo salía bastante más de noche... La historia básica es demasiado personal hasta para contarla aquí, así que no lo haré. El caso es que al menos lo pasaba bien, o eso creía. Las circunstancias eran diferentes, yo era más joven y supongo que tenía algo más de aguante para aquello de dormir mal, entre otras cosas... Me imagino que me compensaba algo más, o por lo menos eso pensaba. Después el tiempo todo lo cambia, uno se hace más cómodo, la visión del mundo es diferente, se buscan otros alicientes...
Pero el otro día tocó salir de noche. Empezamos yendo a un pub de tantos que hay, donde unos amigos míos habían quedado con más gente que yo no conocía. La idea era estar allí un rato charlando y después ir a una discoteca donde se celebraba una fiesta como cualquier otra. Obsérvese la multitud de detalles que doy, que denotan mi completo interés sobre el tema.
Por una parte la música, si es que se puede llamar así: tres tíos en la cabina que daba la sensación de que cada uno pinchaba algo diferente y lo mezclaban todo junto. Además, a un volumen ensordecedor, con lo cual no se puede hablar con nadie: ni con los amigos para hacer gracias, ni con extraños para intentar contactar, ni nada de nada. Tampoco se podía bailar: cuando conseguías hacer dos movimientos seguidos, al tercero ya había alguien empujando para pasar. Eso teniendo en cuenta que era todo el rato chunda-chunda electrónico del que no se podían diferenciar prácticamente unos temas de otros. Dónde estarán mis viejos tiempos con temas conocidos, bailables, que animaban a moverse... Quizá en alguna discoteca sigan poniendo otros tipos de música.
Estuvimos en ese antro unas tres o cuatro horas, tras de lo cual se decidió que nos íbamos cada uno para nuestras respectivas casas. Después de un buen rato en la cola del ropero para conseguir recuperar nuestros abrigos, conseguimos salir de allí, nos despedimos y me marché a buscar el modo de volver a casa.
Ahí llegó el tema del transporte por la noche, que es una de las razones más poderosas que evitan que salga con mayor frecuencia. La opción de taxi la descarté salvo encontrarme muy mal, porque no estaba dispuesto a gastarme alrededor de 30 euros, que el dinero no me cae del cielo. Así que tocó caminar bastante, esperar un bus, bajar a la otra parada, caminar un poco más, esperar una eternidad al otro bus, llegar a mi pueblo y darme una última caminata larga. Salida: 4 am. Llegada: 6 am. Sinceramente paso de repetir, además se me han quedado los pieses hechos mierda, que no consigo recuperarme.
...Y es que no lo entiendo. No entiendo qué se puede sacar en claro de salir de noche. No puedo utilizarlo para hablar con los amigos, ni para intentar ligar; pierdo sueño, cojo frío en invierno... Supongo que a mucha gente le debe gustar, por cómo están de llenos los garitos por las noches, pero desde luego no es para mí.
Pero el otro día tocó salir de noche. Empezamos yendo a un pub de tantos que hay, donde unos amigos míos habían quedado con más gente que yo no conocía. La idea era estar allí un rato charlando y después ir a una discoteca donde se celebraba una fiesta como cualquier otra. Obsérvese la multitud de detalles que doy, que denotan mi completo interés sobre el tema.
Por una parte la música, si es que se puede llamar así: tres tíos en la cabina que daba la sensación de que cada uno pinchaba algo diferente y lo mezclaban todo junto. Además, a un volumen ensordecedor, con lo cual no se puede hablar con nadie: ni con los amigos para hacer gracias, ni con extraños para intentar contactar, ni nada de nada. Tampoco se podía bailar: cuando conseguías hacer dos movimientos seguidos, al tercero ya había alguien empujando para pasar. Eso teniendo en cuenta que era todo el rato chunda-chunda electrónico del que no se podían diferenciar prácticamente unos temas de otros. Dónde estarán mis viejos tiempos con temas conocidos, bailables, que animaban a moverse... Quizá en alguna discoteca sigan poniendo otros tipos de música.
Estuvimos en ese antro unas tres o cuatro horas, tras de lo cual se decidió que nos íbamos cada uno para nuestras respectivas casas. Después de un buen rato en la cola del ropero para conseguir recuperar nuestros abrigos, conseguimos salir de allí, nos despedimos y me marché a buscar el modo de volver a casa.
Ahí llegó el tema del transporte por la noche, que es una de las razones más poderosas que evitan que salga con mayor frecuencia. La opción de taxi la descarté salvo encontrarme muy mal, porque no estaba dispuesto a gastarme alrededor de 30 euros, que el dinero no me cae del cielo. Así que tocó caminar bastante, esperar un bus, bajar a la otra parada, caminar un poco más, esperar una eternidad al otro bus, llegar a mi pueblo y darme una última caminata larga. Salida: 4 am. Llegada: 6 am. Sinceramente paso de repetir, además se me han quedado los pieses hechos mierda, que no consigo recuperarme.
...Y es que no lo entiendo. No entiendo qué se puede sacar en claro de salir de noche. No puedo utilizarlo para hablar con los amigos, ni para intentar ligar; pierdo sueño, cojo frío en invierno... Supongo que a mucha gente le debe gustar, por cómo están de llenos los garitos por las noches, pero desde luego no es para mí.
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martes, 8 de diciembre de 2009
Pruebas Médicas Desagradables II
ATENCIÓN: ARTÍCULO DESAGRADABLE. SI ERES APRENSIVO NO LO LEAS.
Tengo Miedo.
Como ya apunté hace más de un año en la primera parte de esta "serie de entradas" (que espero que no tenga muchos episodios más), hay pruebas médicas que por las que no es nada agradable pasar. Mañana me hacen un estudio urodinámico y estoy un poco acojonado. La hoja informativa del estudio explica el funcionamiento del mismo y no apunta nada bien:
"[...] En algunas ocasiones este estudio no es necesario pues con pruebas menos molestas para el enfermo se puede saber exactamente cuál es la disfunción que las ocasiona. Si se va a realizar Ud. este estudio es porque no tenemos otro medio de saber cuál es su problema [...]"
El estudio, en resumen, consiste en que te meten una sonda por la uretra y otra por el ano. Entonces te van llenando la vejiga de líquido estéril para ver cómo se comporta. Cuando hay ganas inminentes de orinar, se hace en un aparato destinado a medir el vaciado.
Lo que me da pavor es la sonda uretral. Como comenté en la otra entrada, me produjeron un dolor insoportable cuando me tomaron las muestras el año pasado. Espero que esto no sea igual, porque soy un tirillas y no aguanto. Un amigo mío que ya ha sido sondado más de una vez dice que es diferente, que evidentemente no es un paseo de rosas, pero que no es doloroso sino molesto. Yo sólo quiero que pase ya el momento, quitármelo de la cabeza y que sirva para el diagnóstico. Menos mal que mañana me pilla de vacaciones y al menos no estaré con el mal rollo en la oficina, como la vez anterior.
Por otra parte no debo quejarme mucho, ya que "he tenido suerte" con las citas médicas este mes... Llevaba casi nueve meses esperando a que me viera el andrólogo por el tema de la anorgasmia, anhedonia sexual, o como quiera llamársele. Un par de semanas antes de la consulta, me llamaron al móvil para comunicarme que mi cita se retrasaba unos días...
Por fin me vio el pasado día 1. La verdad es que en cuanto a la anorgasmia parece que no van a hacer nada; en los análisis de sangre y orina no ve nada fuera de lugar y me remitió a que buscase un sexólogo privado si puedo. Pero por lo menos fue amable, no como el capullo que me vio la primera vez. Le mostré las pruebas médicas que me había hecho por mi cuenta en la medicina privada y como se ve claramente que orino muy despacio, decidió solicitarme el estudio urodinámico y un par de resonancias magnéticas.
Cuando bajé a pedir las citas después de la consulta, estaba la sala hasta arriba de gente, como suele ser costumbre. Cogí número y cuando creí que llegó mi turno, me acerqué al mostrador. La señorita me contestó que tenía que esperar, que mi número era del turno de tarde. Bastante fastidiado, volví a sentarme un buen rato. Volvió a salir mi número, esta vez el de verdad.
Me acerqué a la ventanilla y me atendió un hermoso caballero que, aparte de alegrarme la vista, sabía hacer su trabajo con diligencia. La primera cita que me daba era para el próximo mes de junio. Protesté un poco, diciéndole que había esperado nueve meses para la cita que acababa de tener. Me comentó que me podía dar cita para el mes en curso, pero el problema eran las pruebas médicas que debía hacerme antes. Entonces le pregunté si me podía dar la cita y yo hacerme las pruebas por mi cuenta: mi idea era acudir a la medicina privada, aunque me costase un dinero.
Asintió y entonces me ofreció otra posibilidad: hacerme las pruebas algún fin de semana, o por la noche. Le comenté que no había problema, así que se puso a buscar en el ordenador y me preguntó si podría ir a la resonancia el día 3 por la noche. Yo no daba crédito, por supuesto que acepté. Luego me buscó cita para la película de terror, digooo, para el estudio urodinámico. Y por último, para la consulta médica de revisión. Quedé prendado por su buen hacer (y porque encima estaba muy potable). Le di las gracias (ya me hubiera gustado darle algo más, con cariño) y me marche.
Las resonancias magnéticas fueron ya la semana pasada. Tuve que hacer bastante acopio de calma y concentración para aguantar más de media hora metido en el tubo (eran dos resonancias diferentes, una detrás de otra). La sensación es muy agobiante, más aún teniendo en cuenta lo gordo que estoy y el poco espacio que queda, en el que no te puedes mover. Lo soporté porque podía ver una pequeña ranura del mundo exterior, pero ya tenía claro antes que yo no podría hacer espeleología ni ninguna actividad en la que el espacio fuera tan limitado. Además, los ruidos son tremendos, al volumen de una discoteca pero encima no es música y ni siquiera me pusieron una protección auditiva. En fin, una cosa que me he quitado de encima y que ahora sé que puedo superar, pero nada agradable.
Por suerte cuando alguien pueda leer esto, seguramente ya habrá pasado el mal trago. Por otra parte, como tengo que tomar antibióticos para la prueba de mañana (para prevenir una posible infección), a ver si hay suerte y me ocurre como la otra vez que tomé ese antibiótico debido a una uretritis. Si vuelvo a sentir un pequeño aumento de las sensaciones, será hora de comentárselo al médico.
¿Será posible tener una infección que no se vea en los análisis? De todas formas yo creo que no es la única causa, porque las sensaciones placenteras han disminuido en general... Recuerdo el gustazo que sentía antes con las caricias, lametones... Ahora todo está apagado, dormido. El cuerpo responde a los reflejos de erección y eyaculación, pero no hay sensación eléctrica, ni la escalada hacia el orgasmo; no se sienten los espasmos, ni el alivio posterior.
Yo sé que la respuesta está ahí fuera, en algún sitio, y lo voy a descubrir. POR MIS COJONES.
Tengo Miedo.
Como ya apunté hace más de un año en la primera parte de esta "serie de entradas" (que espero que no tenga muchos episodios más), hay pruebas médicas que por las que no es nada agradable pasar. Mañana me hacen un estudio urodinámico y estoy un poco acojonado. La hoja informativa del estudio explica el funcionamiento del mismo y no apunta nada bien:
"[...] En algunas ocasiones este estudio no es necesario pues con pruebas menos molestas para el enfermo se puede saber exactamente cuál es la disfunción que las ocasiona. Si se va a realizar Ud. este estudio es porque no tenemos otro medio de saber cuál es su problema [...]"
El estudio, en resumen, consiste en que te meten una sonda por la uretra y otra por el ano. Entonces te van llenando la vejiga de líquido estéril para ver cómo se comporta. Cuando hay ganas inminentes de orinar, se hace en un aparato destinado a medir el vaciado.
Lo que me da pavor es la sonda uretral. Como comenté en la otra entrada, me produjeron un dolor insoportable cuando me tomaron las muestras el año pasado. Espero que esto no sea igual, porque soy un tirillas y no aguanto. Un amigo mío que ya ha sido sondado más de una vez dice que es diferente, que evidentemente no es un paseo de rosas, pero que no es doloroso sino molesto. Yo sólo quiero que pase ya el momento, quitármelo de la cabeza y que sirva para el diagnóstico. Menos mal que mañana me pilla de vacaciones y al menos no estaré con el mal rollo en la oficina, como la vez anterior.
Por otra parte no debo quejarme mucho, ya que "he tenido suerte" con las citas médicas este mes... Llevaba casi nueve meses esperando a que me viera el andrólogo por el tema de la anorgasmia, anhedonia sexual, o como quiera llamársele. Un par de semanas antes de la consulta, me llamaron al móvil para comunicarme que mi cita se retrasaba unos días...
Por fin me vio el pasado día 1. La verdad es que en cuanto a la anorgasmia parece que no van a hacer nada; en los análisis de sangre y orina no ve nada fuera de lugar y me remitió a que buscase un sexólogo privado si puedo. Pero por lo menos fue amable, no como el capullo que me vio la primera vez. Le mostré las pruebas médicas que me había hecho por mi cuenta en la medicina privada y como se ve claramente que orino muy despacio, decidió solicitarme el estudio urodinámico y un par de resonancias magnéticas.
Cuando bajé a pedir las citas después de la consulta, estaba la sala hasta arriba de gente, como suele ser costumbre. Cogí número y cuando creí que llegó mi turno, me acerqué al mostrador. La señorita me contestó que tenía que esperar, que mi número era del turno de tarde. Bastante fastidiado, volví a sentarme un buen rato. Volvió a salir mi número, esta vez el de verdad.
Me acerqué a la ventanilla y me atendió un hermoso caballero que, aparte de alegrarme la vista, sabía hacer su trabajo con diligencia. La primera cita que me daba era para el próximo mes de junio. Protesté un poco, diciéndole que había esperado nueve meses para la cita que acababa de tener. Me comentó que me podía dar cita para el mes en curso, pero el problema eran las pruebas médicas que debía hacerme antes. Entonces le pregunté si me podía dar la cita y yo hacerme las pruebas por mi cuenta: mi idea era acudir a la medicina privada, aunque me costase un dinero.
Asintió y entonces me ofreció otra posibilidad: hacerme las pruebas algún fin de semana, o por la noche. Le comenté que no había problema, así que se puso a buscar en el ordenador y me preguntó si podría ir a la resonancia el día 3 por la noche. Yo no daba crédito, por supuesto que acepté. Luego me buscó cita para la película de terror, digooo, para el estudio urodinámico. Y por último, para la consulta médica de revisión. Quedé prendado por su buen hacer (y porque encima estaba muy potable). Le di las gracias (ya me hubiera gustado darle algo más, con cariño) y me marche.
Las resonancias magnéticas fueron ya la semana pasada. Tuve que hacer bastante acopio de calma y concentración para aguantar más de media hora metido en el tubo (eran dos resonancias diferentes, una detrás de otra). La sensación es muy agobiante, más aún teniendo en cuenta lo gordo que estoy y el poco espacio que queda, en el que no te puedes mover. Lo soporté porque podía ver una pequeña ranura del mundo exterior, pero ya tenía claro antes que yo no podría hacer espeleología ni ninguna actividad en la que el espacio fuera tan limitado. Además, los ruidos son tremendos, al volumen de una discoteca pero encima no es música y ni siquiera me pusieron una protección auditiva. En fin, una cosa que me he quitado de encima y que ahora sé que puedo superar, pero nada agradable.
Por suerte cuando alguien pueda leer esto, seguramente ya habrá pasado el mal trago. Por otra parte, como tengo que tomar antibióticos para la prueba de mañana (para prevenir una posible infección), a ver si hay suerte y me ocurre como la otra vez que tomé ese antibiótico debido a una uretritis. Si vuelvo a sentir un pequeño aumento de las sensaciones, será hora de comentárselo al médico.
¿Será posible tener una infección que no se vea en los análisis? De todas formas yo creo que no es la única causa, porque las sensaciones placenteras han disminuido en general... Recuerdo el gustazo que sentía antes con las caricias, lametones... Ahora todo está apagado, dormido. El cuerpo responde a los reflejos de erección y eyaculación, pero no hay sensación eléctrica, ni la escalada hacia el orgasmo; no se sienten los espasmos, ni el alivio posterior.
Yo sé que la respuesta está ahí fuera, en algún sitio, y lo voy a descubrir. POR MIS COJONES.
lunes, 30 de noviembre de 2009
Gamberradilla
De verdad que no lo he hecho con mala intención, pero es que me lo han puesto tan fácil...
Como he comentado en alguna ocasión, uno de mis problemas es que sólo me atrae físicamente un tipo muy determinado de hombres... Gorditos (o más bien debería decir fornidos), velludos, no jóvenes ni demasiado mayores... Aunque todo es relativo y generalizar no es bueno (tampoco en esta frase), soy como soy y no puedo darle más vueltas.
El caso es que me estaba dando un paseo por gayroyal y un chicarrón del norte de 24 años me escribe "olaaaaa".
Me he dicho: jo, otra vez a no contestar, porque cuando lo hago con educación no lo entienden, se ilusionan y piensan que la atracción es mutua. Por una parte es comprensible que piensen así, pero al final acabo por no contestar unos cuantos mensajes para no herir sensibilidades... Creo que en algún momento hablaré del tema, pero no ahora.
Resulta que antes de borrar el mensaje, he mirado la página del chico. Un tío guapo, alto, fuerte... Pero por desgracia no es mi tipo para nada, además muy jovencito. Si a mí me gustan bajitos, gordetes y con cara de buenos, ¿qué le voy a hacer? Total, que encuentro en una de las páginas su texto de presentación, que decía lo siguiente:
"buscando gente maja... si lo que primero me vas a preguntar es si soy activo o pasivo vete a chuparla... pierdes el tiempo... los demas bienvenidos"
Entonces pulsé en el enlace de "responder" y en el texto del mensaje escribí: "¿eres activo o pasivo?".
Un minuto después tenía su respuesta: "perdona?". Entonces ya sí que borré el mensaje.
¿Soy malo? No sé, yo creo que no. Simplemente sé lo que quiero y lo que no... Soñar es bonito y eso.
Como he comentado en alguna ocasión, uno de mis problemas es que sólo me atrae físicamente un tipo muy determinado de hombres... Gorditos (o más bien debería decir fornidos), velludos, no jóvenes ni demasiado mayores... Aunque todo es relativo y generalizar no es bueno (tampoco en esta frase), soy como soy y no puedo darle más vueltas.
El caso es que me estaba dando un paseo por gayroyal y un chicarrón del norte de 24 años me escribe "olaaaaa".
Me he dicho: jo, otra vez a no contestar, porque cuando lo hago con educación no lo entienden, se ilusionan y piensan que la atracción es mutua. Por una parte es comprensible que piensen así, pero al final acabo por no contestar unos cuantos mensajes para no herir sensibilidades... Creo que en algún momento hablaré del tema, pero no ahora.
Resulta que antes de borrar el mensaje, he mirado la página del chico. Un tío guapo, alto, fuerte... Pero por desgracia no es mi tipo para nada, además muy jovencito. Si a mí me gustan bajitos, gordetes y con cara de buenos, ¿qué le voy a hacer? Total, que encuentro en una de las páginas su texto de presentación, que decía lo siguiente:
"buscando gente maja... si lo que primero me vas a preguntar es si soy activo o pasivo vete a chuparla... pierdes el tiempo... los demas bienvenidos"
Entonces pulsé en el enlace de "responder" y en el texto del mensaje escribí: "¿eres activo o pasivo?".
Un minuto después tenía su respuesta: "perdona?". Entonces ya sí que borré el mensaje.
¿Soy malo? No sé, yo creo que no. Simplemente sé lo que quiero y lo que no... Soñar es bonito y eso.
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lunes, 9 de noviembre de 2009
Realidad Distorsionada
Una de las razones por las que he dejado de escribir es que... No sé hacia dónde ir, estoy desorientado, lo que no quiere decir que haya abandonado los blogs, pero no quiero estar escribiendo cada dos por tres el típico artículo de "sigo aquí, este blog no está cerrado". También me pregunto muchas veces si es adecuado contar según que cosas aquí, puesto que un amigo ya me dijo desde el principio que le parecían cosas demasiado personales para compartir.
Pero no tengo muchas otras "terapias" en las que apoyarme, así que pienso que contar este tipo de cosas puede servir de algo, sobre todo si la gente comenta, da ideas, etc. Allá va la historia de hoy...
Estoy en el pasillo observando a la gente. Me sorprende la cantidad de público, pero en realidad no es extraño debido a ser un fin de semana con puente incluido. A veces me entretiene acudir a uno de estos sitios aunque sólo sea para tomar un poco de calor, sudar y darme una buena ducha, porque me relaja bastante. La verdad es que hay bastantes personas agradables de ver, pero más o menos desde hace año y medio, unas cosas por otras y entre pitos y flautas, no hay mucho que hacer.
Por eso me sorprende que aparentemente mi invisibilidad no funcione por un día. Alguno que otro pasa mirando, hay quien incluso lo hace rozando para llamar la atención, y siempre está quien va más allá, directamente metiendo mano sin pedir permiso. A veces cuesta lidiar con la gente, hay quien no entiende un "no" con educación, y la mayoría de las ocasiones, no te hará caso quien tú quieres que te lo haga.
Y sin embargo, un hombre ya ha pasado un par de veces rozando mi barriga con su antebrazo. A la tercera vez, le acaricio levemente la espalda en respuesta. Se da la vuelta y me mira, tratando de saber si he sido yo. Le hago un gesto afirmativo para que se acerque si quiere. Viene hacia mí, le saludo y le pregunto qué tal le va.
-Bien, por aquí dando una vuelta -responde.
-Pues ya somos dos. ¿Eres de aquí?
-No, soy de fuera pero vivo aquí.
-Ahá.
-Esto, es que he venido con un amigo y no puedo despistarme mucho.
-Ya, tranquilo, no pasa nada.
-¿Tienes perfil en el bear?
-Sí, es fácil de recordar: "redondeado".
-Pues te mandaré un mensaje.
-Vale, cielo.
Me da un beso y se marcha. Yo sigo en el mismo sitio, viendo pasar a la gente. Me voy a dar una vuelta. Casi todas las cabinas están ocupadas hoy, o bien cerradas con gente dentro, o bien abiertas pero también con hombres esperando lo-que-sea. Nunca he esperado dentro de una con la puerta abierta. Prefiero hacer contacto fuera y buscar una vacía si me hace falta. Vuelvo al pasillo de fuera, que hay algo más de luz. A mí el tema cuartos oscuros y similares no me hace gracia. La vista juega un papel clave para mí y en la oscuridad soy incapaz de entrar en situación, menos aún con gente anónima.
Uno de los hombres a los que había echado el ojo pasa por delante de mí. Le hago una pequeña caricia en el hombro. Se detiene y me mira. Tarda un segundo en decidir, pero al final se queda. Sin una palabra, acerca sus labios a los míos. Nos besamos, agarrados. Enseguida me pregunta si quiero que vayamos a buscar una cabina. Allá que vamos, a ver si hay suerte, porque está casi todo lleno. Encontramos una y entramos, cerrando por dentro.
Nos besamos y acariciamos un rato. Le digo si quiere que nos tumbemos un poco y accede. Más besos y caricias, ya acostados. Entonces me pregunta:
- ¿Te gusta el popper?
- No, yo de drogas nada.
- Jejeje, si no es una droga...
- Claro que es una droga.
- No es cocaína o algo así... Además no tengo.
- Vale, pero vamos, aunque no sea como la coca u otras, es una droga.
Volvemos unos segundos a los besos que habíamos dejado, pero enseguida me dice:
- Oye chico, lo siento, pero se me baja. Vamos a dejarlo.
- Pues como quieras, no sé si habré hecho algo mal.
- Jeje, no hombre, esto es cosa de dos, no es culpa de nadie, tranquilo.
- Venga, pues hasta luego entonces.
- Hasta luego.
Se marcha. Me enrollo de nuevo la toalla y salgo a dar otra vuelta. ¿Cómo que el popper no es droga? Allá cada uno con su conciencia, pero me da que mucha gente se engaña a sí misma.
Pero no tengo muchas otras "terapias" en las que apoyarme, así que pienso que contar este tipo de cosas puede servir de algo, sobre todo si la gente comenta, da ideas, etc. Allá va la historia de hoy...
Estoy en el pasillo observando a la gente. Me sorprende la cantidad de público, pero en realidad no es extraño debido a ser un fin de semana con puente incluido. A veces me entretiene acudir a uno de estos sitios aunque sólo sea para tomar un poco de calor, sudar y darme una buena ducha, porque me relaja bastante. La verdad es que hay bastantes personas agradables de ver, pero más o menos desde hace año y medio, unas cosas por otras y entre pitos y flautas, no hay mucho que hacer.
Por eso me sorprende que aparentemente mi invisibilidad no funcione por un día. Alguno que otro pasa mirando, hay quien incluso lo hace rozando para llamar la atención, y siempre está quien va más allá, directamente metiendo mano sin pedir permiso. A veces cuesta lidiar con la gente, hay quien no entiende un "no" con educación, y la mayoría de las ocasiones, no te hará caso quien tú quieres que te lo haga.
Y sin embargo, un hombre ya ha pasado un par de veces rozando mi barriga con su antebrazo. A la tercera vez, le acaricio levemente la espalda en respuesta. Se da la vuelta y me mira, tratando de saber si he sido yo. Le hago un gesto afirmativo para que se acerque si quiere. Viene hacia mí, le saludo y le pregunto qué tal le va.
-Bien, por aquí dando una vuelta -responde.
-Pues ya somos dos. ¿Eres de aquí?
-No, soy de fuera pero vivo aquí.
-Ahá.
-Esto, es que he venido con un amigo y no puedo despistarme mucho.
-Ya, tranquilo, no pasa nada.
-¿Tienes perfil en el bear?
-Sí, es fácil de recordar: "redondeado".
-Pues te mandaré un mensaje.
-Vale, cielo.
Me da un beso y se marcha. Yo sigo en el mismo sitio, viendo pasar a la gente. Me voy a dar una vuelta. Casi todas las cabinas están ocupadas hoy, o bien cerradas con gente dentro, o bien abiertas pero también con hombres esperando lo-que-sea. Nunca he esperado dentro de una con la puerta abierta. Prefiero hacer contacto fuera y buscar una vacía si me hace falta. Vuelvo al pasillo de fuera, que hay algo más de luz. A mí el tema cuartos oscuros y similares no me hace gracia. La vista juega un papel clave para mí y en la oscuridad soy incapaz de entrar en situación, menos aún con gente anónima.
Uno de los hombres a los que había echado el ojo pasa por delante de mí. Le hago una pequeña caricia en el hombro. Se detiene y me mira. Tarda un segundo en decidir, pero al final se queda. Sin una palabra, acerca sus labios a los míos. Nos besamos, agarrados. Enseguida me pregunta si quiero que vayamos a buscar una cabina. Allá que vamos, a ver si hay suerte, porque está casi todo lleno. Encontramos una y entramos, cerrando por dentro.
Nos besamos y acariciamos un rato. Le digo si quiere que nos tumbemos un poco y accede. Más besos y caricias, ya acostados. Entonces me pregunta:
- ¿Te gusta el popper?
- No, yo de drogas nada.
- Jejeje, si no es una droga...
- Claro que es una droga.
- No es cocaína o algo así... Además no tengo.
- Vale, pero vamos, aunque no sea como la coca u otras, es una droga.
Volvemos unos segundos a los besos que habíamos dejado, pero enseguida me dice:
- Oye chico, lo siento, pero se me baja. Vamos a dejarlo.
- Pues como quieras, no sé si habré hecho algo mal.
- Jeje, no hombre, esto es cosa de dos, no es culpa de nadie, tranquilo.
- Venga, pues hasta luego entonces.
- Hasta luego.
Se marcha. Me enrollo de nuevo la toalla y salgo a dar otra vuelta. ¿Cómo que el popper no es droga? Allá cada uno con su conciencia, pero me da que mucha gente se engaña a sí misma.
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