Buscar en este blog

lunes, 9 de noviembre de 2009

Realidad Distorsionada

Una de las razones por las que he dejado de escribir es que... No sé hacia dónde ir, estoy desorientado, lo que no quiere decir que haya abandonado los blogs, pero no quiero estar escribiendo cada dos por tres el típico artículo de "sigo aquí, este blog no está cerrado". También me pregunto muchas veces si es adecuado contar según que cosas aquí, puesto que un amigo ya me dijo desde el principio que le parecían cosas demasiado personales para compartir.
Pero no tengo muchas otras "terapias" en las que apoyarme, así que pienso que contar este tipo de cosas puede servir de algo, sobre todo si la gente comenta, da ideas, etc. Allá va la historia de hoy...

Estoy en el pasillo observando a la gente. Me sorprende la cantidad de público, pero en realidad no es extraño debido a ser un fin de semana con puente incluido. A veces me entretiene acudir a uno de estos sitios aunque sólo sea para tomar un poco de calor, sudar y darme una buena ducha, porque me relaja bastante. La verdad es que hay bastantes personas agradables de ver, pero más o menos desde hace año y medio, unas cosas por otras y entre pitos y flautas, no hay mucho que hacer.

Por eso me sorprende que aparentemente mi invisibilidad no funcione por un día. Alguno que otro pasa mirando, hay quien incluso lo hace rozando para llamar la atención, y siempre está quien va más allá, directamente metiendo mano sin pedir permiso. A veces cuesta lidiar con la gente, hay quien no entiende un "no" con educación, y la mayoría de las ocasiones, no te hará caso quien tú quieres que te lo haga.

Y sin embargo, un hombre ya ha pasado un par de veces rozando mi barriga con su antebrazo. A la tercera vez, le acaricio levemente la espalda en respuesta. Se da la vuelta y me mira, tratando de saber si he sido yo. Le hago un gesto afirmativo para que se acerque si quiere. Viene hacia mí, le saludo y le pregunto qué tal le va.

-Bien, por aquí dando una vuelta -responde.
-Pues ya somos dos. ¿Eres de aquí?
-No, soy de fuera pero vivo aquí.
-Ahá.
-Esto, es que he venido con un amigo y no puedo despistarme mucho.
-Ya, tranquilo, no pasa nada.
-¿Tienes perfil en el bear?
-Sí, es fácil de recordar: "redondeado".
-Pues te mandaré un mensaje.
-Vale, cielo.

Me da un beso y se marcha. Yo sigo en el mismo sitio, viendo pasar a la gente. Me voy a dar una vuelta. Casi todas las cabinas están ocupadas hoy, o bien cerradas con gente dentro, o bien abiertas pero también con hombres esperando lo-que-sea. Nunca he esperado dentro de una con la puerta abierta. Prefiero hacer contacto fuera y buscar una vacía si me hace falta. Vuelvo al pasillo de fuera, que hay algo más de luz. A mí el tema cuartos oscuros y similares no me hace gracia. La vista juega un papel clave para mí y en la oscuridad soy incapaz de entrar en situación, menos aún con gente anónima.

Uno de los hombres a los que había echado el ojo pasa por delante de mí. Le hago una pequeña caricia en el hombro. Se detiene y me mira. Tarda un segundo en decidir, pero al final se queda. Sin una palabra, acerca sus labios a los míos. Nos besamos, agarrados. Enseguida me pregunta si quiero que vayamos a buscar una cabina. Allá que vamos, a ver si hay suerte, porque está casi todo lleno. Encontramos una y entramos, cerrando por dentro.

Nos besamos y acariciamos un rato. Le digo si quiere que nos tumbemos un poco y accede. Más besos y caricias, ya acostados. Entonces me pregunta:

- ¿Te gusta el popper?
- No, yo de drogas nada.
- Jejeje, si no es una droga...
- Claro que es una droga.
- No es cocaína o algo así... Además no tengo.
- Vale, pero vamos, aunque no sea como la coca u otras, es una droga.

Volvemos unos segundos a los besos que habíamos dejado, pero enseguida me dice:

- Oye chico, lo siento, pero se me baja. Vamos a dejarlo.
- Pues como quieras, no sé si habré hecho algo mal.
- Jeje, no hombre, esto es cosa de dos, no es culpa de nadie, tranquilo.
- Venga, pues hasta luego entonces.
- Hasta luego.

Se marcha. Me enrollo de nuevo la toalla y salgo a dar otra vuelta. ¿Cómo que el popper no es droga? Allá cada uno con su conciencia, pero me da que mucha gente se engaña a sí misma.

2 comentarios:

Chico,la Lola 2 dijo...

Claro que el popper es una droga,terapèutica en su dìa,servìa de vasodilatador,pero lo triste no es que use drogas,sino que no pueda follar sin ella...

Las saunas,que frecuento sòlo cuando estoy de viaje ,me atraen porque se respira ese ambiente "sacrosanto" de los templos,ese silencio y esa penumbra parecen sacadas de una pelìcula de Fasbinder,pero si te digo la verdad prefiero follar en casa

redondeado dijo...

Me pareció triste porque lo dijo totalmente convencido, como si fuera lo más normal del mundo. Es la primera vez que me topo con una situación así y me llamó la atención. De todas formas no es la primera situación "rara" que me encuentro, así que se va uno "acostumbrando" (mal que bien).

Yo últimamente no voy con mucha idea de follar, ni ahí ni en casa, pero de vez en cuando apetece dar una vuelta.